Después de una obra maestra como Million dollar Baby y una magnífica película como Mystic River, esperaba más de esta recreación no de la batalla de Iwo jima, sino de lo que les ocurrió después a sus supervivientes.
Cierto es que Eastwood vuelve a demostrar que es un director de primera, elegante y eficaz como pocos. Las escenas bélicas poco o nada tienen que envidiar a las de Salvar al soldado Ryan y concentran los pocos momentos emocionantes de la cinta (en especial ese momento en que Ryan Philippe descubre lo que ha sido de Jamie Bell).
Pero el resto de la película peca de frialdad y sobre todo aburrimiento. Los actores tampoco dan la talla, por más que Adam Beach intente resultar dramático, y se echa en falta algún nombre más notable y célebre.
En definitiva, una película pasable que sin embargo se queda a años luz de esa maravilla llamada Cartas desde Iwo Jima, que sí sabe cómo insertar un flash-back emocionante y que sí cuenta con personajes que despiertan algo en el espectador.

Lo mejor: Las escenas bélicas.
Lo peor: Es aburrida y se hace muy pesada.