A mí que no me digan que esa chica quiere a sus hijos; sólo quiere jugar con ellos. Pese a su cuerpo y edad de adulta, se porta como una niña que los encuentra más divertidos que las muñecas. ¿De dónde saca ese chiquillo la madurez y el valor, ambos impresionantes? De su madre no, desde luego, y tampoco de su desconocido padre, que debía ser otro que tal baila.

La película es interesante, pero no fácil de ver pese a su demasiado contenido tono. Agradezco que apenas haya banda sonora, pero no es natural que un niño - ni un adulto - pase las que pasa Jack sin más desahogo que la lágrima que medio suelta en el parque. ¿Tanto miedo tenía el director a que le acusaran de buscar la lágrima fácil? ¿Por qué algunos no son capaces de admitir que les da cien patadas que les haga llorar el cine?