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Voto de Izeta:
35,236
Western
Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
14 de agosto de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
MARAVILLOSA. Uno de los mejores westerns de la historia que gustará incluso a los no aficionados al género, ya que contiene múltiples lecturas.
James Stewart encarna a un viejo senador que acude con su esposa a los funerales de un viejo y desconocido amigo de una pequeña ciudad.
Los periodistas le piden una entrevista y le preguntan qué hace en esa ciudad y quién es el difunto al que ha venido a presentar sus respetos. James, les empieza a relatar los hechos acaecidos 30 años atrás cuando él, no era más que un tímido e idealista abogado recién licenciado, que recaló en esa ciudad dispuesto a llevar la ley, a un territorio que todavía se regía por la ley del revólver.
Tenemos aquí un film que nos cuenta muchas cosas. Nos habla de los últimos coletazos del viejo Oeste, gobernados por los grandes rancheros que pagaban a sus pistoleros para imponer su orden. Nos habla de los pequeños granjeros y agricultores, tratando de unirse para formar una pequeña comunidad con la que adquirir algo de fuerza y seguridad frente a los caciques.
Nos habla del intento de formar una pequeña democracia y conseguir unos derechos, en un territorio formado mayoritariamente por personas analfabetas y su intento de formar un Estado que les protegiera.
James, encarna al idealista que rechaza el revólver y que sólo quiere luchar con sus libros de leyes.
John Wayne es el superviviente del viejo Oeste. Un hombre aclimatado a ese modo de vida salvaje, pero justo y honesto, que ve cómo es necesario que la ley y el orden vengan a sustituir a las armas.
Lee Marvin es la amenaza. A sueldo de los grandes rancheros, será el encargado de tratar de dinamitar todo intento de civilización.
¿Cómo pues, implantar una democracia por métodos democráticos en la ley de la selva?.
Grandiosa película, que nos ofrece un western espectacular, un gran film político y sobre todo, una maravillosa historia romántica con ese estilo Ford, lleno de sabiduría y amor por sus personajes, todos ellos perfectamente construídos, con sitio para el humor, la lírica y la épica, para una película que, sin duda, merece estar en los puestos de honor de las mejores películas de todos los tiempos.
James Stewart encarna a un viejo senador que acude con su esposa a los funerales de un viejo y desconocido amigo de una pequeña ciudad.
Los periodistas le piden una entrevista y le preguntan qué hace en esa ciudad y quién es el difunto al que ha venido a presentar sus respetos. James, les empieza a relatar los hechos acaecidos 30 años atrás cuando él, no era más que un tímido e idealista abogado recién licenciado, que recaló en esa ciudad dispuesto a llevar la ley, a un territorio que todavía se regía por la ley del revólver.
Tenemos aquí un film que nos cuenta muchas cosas. Nos habla de los últimos coletazos del viejo Oeste, gobernados por los grandes rancheros que pagaban a sus pistoleros para imponer su orden. Nos habla de los pequeños granjeros y agricultores, tratando de unirse para formar una pequeña comunidad con la que adquirir algo de fuerza y seguridad frente a los caciques.
Nos habla del intento de formar una pequeña democracia y conseguir unos derechos, en un territorio formado mayoritariamente por personas analfabetas y su intento de formar un Estado que les protegiera.
James, encarna al idealista que rechaza el revólver y que sólo quiere luchar con sus libros de leyes.
John Wayne es el superviviente del viejo Oeste. Un hombre aclimatado a ese modo de vida salvaje, pero justo y honesto, que ve cómo es necesario que la ley y el orden vengan a sustituir a las armas.
Lee Marvin es la amenaza. A sueldo de los grandes rancheros, será el encargado de tratar de dinamitar todo intento de civilización.
¿Cómo pues, implantar una democracia por métodos democráticos en la ley de la selva?.
Grandiosa película, que nos ofrece un western espectacular, un gran film político y sobre todo, una maravillosa historia romántica con ese estilo Ford, lleno de sabiduría y amor por sus personajes, todos ellos perfectamente construídos, con sitio para el humor, la lírica y la épica, para una película que, sin duda, merece estar en los puestos de honor de las mejores películas de todos los tiempos.
