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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
9
Cine negro. Drama Un padre de familia en paro, acuciado por las necesidades económicas, conoce a un individuo que le propone ser su chófer en pequeños atracos. Todo se complica cuando se ve envuelto en un secuestro. (FILMAFFINITY)
25 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremenda. Tremenda e inusual, una auténtica rareza en el cine hollywoodiense de la época, un violento drama, inspirado en hechos reales, que ataca con furia el establishment americano, a su sociedad, a sus instituciones a la irresponsabilidad de los que detentan mecanismos de poder y los utilizan sólo para beneficio propio y, finalmente, al propio individuo que pierde su esencia y su razón de ser cuando actúa dominado por la masa gregaria que siempre se conduce bajo la presión de las emociones y los instintos primarios y, por lo tanto, es increíblemente fácil manipularla pero que, como ante las manadas de animales sometidos a demasiada presión, o miedo, o furia, es muy posible perder el control cuando se convierte en estampida.
Huyendo de la complacencia hacia el espectador y sin tratar de encauzar sus simpatías, el director nos presenta a los protagonistas de esta historia y los motivos por los que se inician en el camino de la delincuencia, sin disculparlos ni defenderlos, sólo los conoceremos bien, sus circunstancias y la manera con la que afrontan su condición; con despreocupación, temeridad y ausencia total de piedad uno (Lloyd Bridges), cuyo acicate es la ambición y una ira desatada hacia el mundo y con vacilación, miedo, dudas y culpa el otro (Frank Lovejoy), que no encuentra trabajo y sólo quiere poder mantener a su familia a la que engañará haciéndole creer que trabaja en una fábrica en el turno de noche.
Son muy significativas las escenas que dan inicio a la relación entre estos dos hombres y la situación de dominio que parece ejercer Bridges sobre Lovejoy (tráeme esto, tráeme lo otro...). Creo que quedan bien sentadas las bases sobre las que se desarrolla la amistad y la dinámica en la que entran. Bridges está pirado y es el líder y Lovejoy obedece sin convicción pero sin voluntad.
Los delitos irán a más. Se implicarán en el secuestro de un hombre, algo saldrá mal y Bridges lo matará sin más contemplaciones. Una escena tremenda que no vemos pero que se refleja bien en el rostro de Lovejoy en toda su crudeza.
Ahí comienza el camino del infierno para uno. Los periodistas entran en acción, hay que atajar la ola de crímenes...¿O hay que vender periódicos?. Una población asustada compra más periódicos así que vamos a adornar un poquito nuestras primeras planas, melodrama por aquí, morbo por allá, nuestra causa es justa, son asesinos a sangre fría y es nuestro deber hacer que las instituciones se espabilen...
Las palabras hieren tanto o más que las piedras. Ojo por ojo, diente por diente y la humanidad habrá retrocedido hasta el mismo lugar del que salió, su forma animal y su instinto más dañino. La furia de los justos es la barbarie de la sinrazón. La emoción ha de estar gobernada por la razón, si no, estamos perdidos.
Un magnífico drama negro, increíblemente bien expuesto a pesar de su modestia con un final abrumador que pone los pelos de punta.
Estos temas se han prodigado poco en el cine. "Furia" de Lang e "Incidente en Ox Bow" me vienen ahora a la cabeza. "A sangre fría" de Brooks también podría tener cierta similitud con ella.
Quizá se le podría achacar ciertos reiterativos subrayados bastante innecesarios en el afán de Enfield de que cale bien el mensaje que quiere transmitir y que la historia de por sí deja ya meridianamente claro pero es peccata minuta en un film que sin duda merece más prestigio que el que tiene.
No puedo finalizar sin dejar de mencionar al reparto excepcional y su gran labor.
Lloyd Bridges excepcional por supuesto. El desarrollo de su personaje se nos va a ir clarificando poco a poco hasta arrojarnos chorretones de luz sobre él. Pero también me gusta Lovejoy, su inseguridad, su nerviosismo, su miedo, sus dudas y su irritabilidad, su dejarse llevar por todo y ante todos. Creo que transmite muy bien ese estado de parálisis mental que puede dominar a un hombre sometido a una gran presión y que anula su voluntad.
Y las mujeres. Tanto la mujer de Lovejoy como la chica de Bridges y, sobre todo, el estupendo trazado que se hace de la manicura, esa muchacha tímida, apocada, a la búsqueda del amor a cualquier precio...
En fin, no dejen pasar este film. No es nada convencional y su mensaje, aunque ya no se aplique la ley de Lynch de forma literal, sigue estando pleno de actualidad.
Izeta
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