Película que encantará a los amantes de las batallas navales históricas, Weir (Único testigo, El show de Truman...), hace una recreación estupenda y muy fiel, de aquellos barcos cañoneros de vela que combatían en mar abierto durante el siglo XIX.
Adaptada de las novelas de Patrick O´Brian, nos narran las peripecias navales del capitán Aubrey, al servicio del gobierno británico, navegando por las costas de Brasil con su nave la Surprise, con la misión de perseguir, hundir, apresar o quemar al Aquerón, una fragata francesa que le dobla en cañones y tripulación.
LLena de escenas de acción y muy documentada históricamente, los profanos como yo, nos sentiremos un poco perdidos con todo el lenguaje técnico que utilizan, jarcias, nudos, trinquetes, mesanas y no sé qué más...que junto con la confusión de las batallas nos resulta difícil seguir el ritmo rápido que Weir le confiere.
La parte dramática y argumental, que la tiene, se queda un tanto escondida entre tanto fragor y eso, es lo que echo de menos yo en este film. Disfruto más con las escenas dramáticas, como los conflictos que suceden entre los tripulantes o las escasas conversaciones entre el capitán y su médico de a bordo y hubiera preferido menos acción y más drama.
A pesar de ello, no puedo menos que reconocer lo bien recreada que está esa época, no hay anacronismos y respiras el ambiente de esos cascarones de nuez en esos mares terroríficos. Como recreación histórica es soberbia. Quizá un segundo visionado mejore mi percepción de ella.