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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Drama En una pequeña ciudad del estado de Tennessee se juzga a un profesor por enseñar a sus alumnos la teoría de la evolución de las especies. El darwinismo se enfrenta a una burda y fundamentalista teoría del creacionismo en una explosiva batalla judicial entre el abogado defensor Henry Drummond (Tracy) y el líder ultraconservador Matthew Harrison Brady (March). Basada en hechos reales. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso e interesante drama judicial de Stanley Kramer ( Vencedores o vencidos, Adivina quién viene a cenar esta noche) que se inspira en unos hechos reales acaecidos en Tennessee en 1925, poco después de que el Estado aprobase la llamada ley Butler, ( una ley que prohibía la enseñanza de la evolución de las especies de Darwin en todas las escuelas públicas, en favor del creacionismo basado en la Biblia), cuando un profesor fue arrestado por enseñar a sus alumnos la teoría darwinista y sometido a un juicio que despertaría eco en todo el país.
Este hecho inspiró una obra de teatro que a su vez Kramer llevó al cine y en el que denuncia el dogmatismo religioso, el fanatismo y la intolerancia y hace una encendida defensa del derecho a discrepar, a pensar diferente y a cuestionar la ley cuando vulnera ese derecho.
Sin embargo, los que esperen apasionados debates entre religión y ciencia se sentirán defraudados. La película soslaya esos derroteros, más bien creo que es un alegato en favor de la libertad de pensamiento tal y como lo recoge la Declaración de los Derechos Humanos:
< Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia>.
Así, veremos a un Spencer Tracy en uno de los papeles que lo caracterizaban, haciendo de abogado frente a Fredric March de fiscal en un duelo muy interesante aunque excesivamente dramatizado en mi opinión.
También resulta fantástico el papel de Gene Kelly haciendo de periodista cínico y ateo, una especie de contrapunto a la fiera religiosidad de Fredric March y sobre todo al terrorífico fanatismo de Claude Akins.
La película tiene diálogos memorables por parte de todo el reparto que hacen que esta película gane muchos enteros.
Por contra, el discurso se pierde a veces resultando un poco reiterativo y farragoso en su afán de que cale el mensaje, olvidando las formas.
Mira que yo siempre suelo quejarme de los films tan preocupados del estilo y maneras que ocultan muchas veces un gran vacío, pero creo que aquí pasa al revés y mira por dónde, también lo considero un defecto.
De todos modos, a pesar de sus varios excesos, es una película que siempre veo con agrado. Me resulta muy interesante.
Izeta
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