! Buah!, ! Vaya peliculón que acabo de ver!.
Yo no entiendo nada el criterio que usan los profesionales para dar bombo y platillo a unas pelis y a otras no.
El Nieves Conde éste, me está dejando alucinando y, sin embargo, no lo conoce ni su padre.
Es la cuarta película que veo de él y me está dejando cada vez más sorprendido.
Tengo entendido que era un director falangista y ésa debe ser la explicación de por qué sus películas están tan escondidas.
Pero pido a los usuarios que no se equivoquen. Por lo que estoy viendo,este director era un tocapelotas con ideas propias y en absoluto complaciente para con los suyos. Al revés. Al parecer le gustaba ejercer de mosca cojonera y la censura debió tener no pocos problemas con él. Y es que, no hay nada más incómodo de sobrellevar que quien te critique sea de tu mismo equipo, ¿ verdad?.
El director de " Surcos", " Los peces rojos", " Todos somos necesarios" ..., todas ellas muy recomendables, mete el dedo en la llaga en esta ocasión en uno de los grandes problemas crónicos que afectan a esta sociedad. La vivienda.
Todas las nuevas generaciones que hemos vivido los años de la burbuja inmobiliaria y su posterior pinchazo, nos vamos a dar cuenta que nuestros padres también tuvieron ese problema, solo que, todavía, de una manera más trágica.
Nieves Conde recurre a la tragicomedia para contárnoslo, menos mal, porque si no, habría sido difícilmente soportable.
En los años 50, se dio el éxodo masivo de las poblaciones rurales hacia las capitales. El campo no daba para comer, mientras que las ciudades comenzaban su industrialización y hacía falta mucha mano de obra. Cientos y cientos de personas llegaban cada día a las estaciones de las capitales y éstas no tenían vivienda suficiente para acoger a los inmigrantes.
Conseguir piso en Madrid se convirtió en algo imposible, por lo que su periferia se llenó de chabolismo o la mayoría de las familias se acogían a los alquileres de habitaciones con derecho a cocina, dándose la situación de que, quizá, en una sola vivienda de tres habitaciones vivieran tres familias con seis hijos cada una.
La misma situación que nosotros oíamos en el Telediario de inmigrantes sin papeles, en el que vivían 20 personas poco más o menos.
Ésta es la historia de un matrimonio con cuatro hijos, en el que su odisea comienza cuando el piso, que tienen alquilado, lo van a derribar y se ven obligados a buscar otro.
Es tronchante. Es trágica. Es realista. Es moderna. Es irónica. Es sarcástica. Es tierna. Todos vamos a reconocer lo que están viviendo. Todas esas situaciones las conocemos, bien porque las hayamos vivido o de oídas.
Un soberbio y tragicómico retrato de algo muy cercano.
Esta película, naturalmente, sufrió cortes de censura. Si no de qué.
Pero yo he sido afortunado. He podido ver una versión con los cortes prohibidos añadidos, además de la conservación del final alternativo que la censura obligó a rodar otra vez. Y lo cierto es que me parece una película acojonante.
Por purísima curiosidad he estado mirando los votos que obtienen en esta página dos películas de Berlanga ( Plácido y El verdugo), ya que ésta tiene la misma acidez y crítica que aquellas y, no cabe duda, la misma calidad.
Plácido tiene alrededor de 17.000 votos y El verdugo, unos 36.000. Ésta, en cambio, no llega a los 1.000.
Si alguien quiere explicarme por qué le estaré muy reconocido. Ésta es la difusión que el gobierno da al patrimonio cultural del país.
Ni siquiera en democracia se ha hecho una película más incisiva que ésta sobre el jodido tema de la vivienda.
Que la disfruten. Y vayan a por Nieves Conde. No le va a defraudar.