!Aaahhh!, Aventuras marinas a la vieja usanza con el gran Curtiz en la dirección y un ágil Flynn capitaneando el temido barco inglés, terror de los viejos galeones españoles, repletos de oro en sus bodegas provenientes de ultramar.
Pero Flynn no podía ser un simple ladrón del mar. Debía tener patente de corso, en este caso de la reina Isabel I (Flora Robson), cuando Inglaterra y la España de Felipe II se encontraban envueltos en una guerra fría ya que todavía los ingleses no se encontraban en condiciones de hacer frente en una guerra oficial a los, entonces, todopoderosos (y aquí muy malignos) españoles bajo cuyo imperio no se ponía la luz del sol.

Nos falta Olivia de Havilland en esta historia, que es sustituida por la guapa pero peor actriz Brenda Marshall, aunque su papel en la historia está calcada casi punto por punto por el que realizaba aquella en "Robin Hood", sin que nos falte la presencia humorística de Una O'Connor como su dama de compañía. También Alan Hale acompaña en esta ocasión a Flynn, juntos hasta la muerte, ya sea en un barco en alta mar o en el bosque de "Sherwood".

Del lado de los malvados y acaparadores españoles (que todo lo querían pa ellos los jodíos), un estupendo Claude Rains interpreta al astuto diplomático español en liza con la reina (no disimules Isabel, que sabemos que tu pájaro actúa bajo tus órdenes) y Henry Daniell, capitán de uno de los barcos saqueados (es comprensible que esté un poco picado) achuchan a su majestad para que les presente la cabeza de Flynn o, por lo menos, les devuelvan el dinero, !qué menos!.

Una narración magnífica por parte de Curtiz. Estupendas escenas de batallas en el mar. Fantásticos detalles como la localización del mapa (que los españoles son malos pero no tontos). Un plus más por la escena de galeras. Las aventuras que continúan en tierra por si hay algún espectador que se marea. Las marismas. Las escenas de esgrima...Estas historias habrán pasado de moda pero el niño que llevo dentro todavía no se ha enterado, !qué le vamos a hacer!.