Casi 20 años después del estreno (y el éxito abrumador) de Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra, Disney vuelve a apostar por un filme basado en una atracción de sus parques, Jungle Cruise.
Jungle Cruise repite la exitosa fórmula que Disney suele aplicar a sus películas en acción real; protagonistas carismáticos (Dwayne Johnson y Emily Blunt) que se embarcan (nunca mejor dicho) en una aventura que será entretenida y divertida y que pondrá a los personajes en aprietos y otras situaciones divertidas.

Por una parte puede parecer una más del montón, por otra es más creativa que los remakes que se limitan a mostrar el clásico animado en acción real sin apenas variaciones en la historia. Jungle Cruise es una especie de Indiana Jones versión Disney, que da muy buen rollo y consigue que te metas de lleno en la película, hasta tal punto que te dan ganas de montarte en ese barco. Eso se consigue principalmente gracias a una cautivadora Emily Blunt y a Dwayne Johnson, aunque el personaje más divertido es probablemente al que interpreta Jack Whitehall. Los villanos, patéticos, aunque en cierto modo la historia (y la película en sí) exigen que así sean; una caricatura de los generales alemanes y otra de conquistadores.

De vez en cuando se agradece una película como Jungle Cruise; no aspira necesariamente a iniciar una saga (aunque no estaría mal si lo hiciese) ni tiene que expandir una; y tampoco aspira a triunfar en los premios. Es sencillamente una película de aventuras de esas que a todos nos gustan. Yo estoy más que satisfecho y sé que tiene muchas papeletas para convertirse en una de esas que cuando no sepa qué ver acabaré tragándome. Y mira, un par de horas que estaré entretenido.