Vi Fantasía hace unos 35 años, y me impresionó. La he vuelto a ver con mis hijos en 2012. Pensé que les gustaría, pero no ha sido así. Lo que en su momento fue un alarde de técnica e ingenio hoy solo es un producto largo, pesado, aburrido, pretencioso y por momentos hortera (véase el pasaje en el Olimpo). Mientras la veía e intentaba concentrarme en la música, empobrecida por los efectos del 4D, intentaba imaginar la misma Fantasía producida en 2012, sin resultado, porque no hay historia ni argumento. En realidad Fantasía hace honor a su nombre, pero las fantasías varáin con el tiempo. Desde luego tiene su interés como documento histórico. De Fantasía quedarán para el recuerdo el célebre pasaje del aprendiz de brujo y algunas escenas de la Consagración, el resto resulta, a estas alturas de la película, tedioso.