La película no engaña: promete cine familiar, explosiones y tópicos, y es lo que tendrás. Pero también se supone que una película con un gran presupuesto debería contar una buena historia, o al menos original. Se supone que los efectos visuales deberían sorprender, que los efectos sonoros deberían ayudar a sostener una atmósfera adecuada de tensión y que los actores deberían ser creíbles. Nada de todo esto se cumple. La película es una mezcolanza de todos los clásicos de suspense sobre el agua, los personajes son planos (empezando por el personaje principal y acabando en el que sale solamente dos minutos en la cinta. En suma, una pésima elección que solamente gustará a niños de ocho años que no hayan visto mejores películas hasta la fecha o a los que aprovechen para echar una cabezadita por la exigencia del horario actual.