Una interesante vuelta de tuerca a las películas con asesino en serie a las que nos tienen acostumbrados Hollywood o muchas series, y en las que suele destacar la maldad retorcida del asesino, la espectacularidad de sus crímenes, su planificación maquiavélica o la profundidad de su drama. Aquí nos encontramos con un personaje gris, aburrido y solitario que sencillamente estalla en determinados momentos no se sabe muy bien por qué. Esas explosiones lo llevan a ser un asesino en el fondo bastante apresurado y descuidado, algo que contrasta con la minuciosidad que exhibe en su profesión, la sastrería, donde se muestra como un escrupuloso y más que competente maestro artesano. Se muestra así el crimen como algo cotidiano, casi diríamos de andar por casa, en el fondo tan vulgar como la vida diaria, incluso aburrido, en el otro extremo del "show".

Excelente interpretación, sobre todo corporal (hay muchos silencios) de Antonio de la Torre, también de Olimpia Melinte con dos personajes contrapuestos. Las calles de Granada y los paisajes de Sierra Nevada se convierten casi en un personaje más.

Excelente y muy recomendable.