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Voto de Chris Jiménez:
5
Terror Una joven es atropellada y queda en estado de coma. El accidente sucede mientras escapa avergonzada después de sufrir una broma de mal gusto de sus compañeros. Desde el hospital se comunica mentalmente con otra muchacha que mata uno por uno a los chicos y así se venga de los que se rieron de ella. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2021
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Un repulsivo acto de humillación que desatará unas consecuencias terribles.
Lucio Fulci, maestro de lo imposible, se va a esforzar para hacernos partícipes de una horrible venganza perpetrada desde más allá de los recónditos lugares de la psique...

Al igual que muchos de sus coetáneos, el veterano cineasta tuvo una buena entrada en los '80, y durante algún tiempo elevó su arte para el horror a niveles increíbles con títulos como "El Destripador de New York" y los pertenecientes a su eterna Trilogía del Más Allá; pero el inmiscuirse en este género, además de en la ciencia-ficción y la fantasía, le llevaría a cruzar por terrenos farragosos hasta casi hundirse irremisiblemente. Puede ser este film uno de los mejores ejemplos, si bien no precipitado al extremo ridículo como otros trabajos que acometió en aquel final de década.
Con "Aenigma", escrita junto a Giorgio Mariuzzo y rodada por entero en Yugoslavia con muchos actores nativos, regresa al terror de corte sobrenatural tras algunos "giallos" de contenido erótico y sabor americano, y se propone empezar con una secuencia que remite sin ningún pudor a "Carrie" (cuya trama se fusila bastante), donde somos testigos de las perversas burlas llevadas a cabo por las alumnas de un internado femenino contra la pobre Kathy que, a causa de ello, termina en coma en un hospital. Lo que reclama ésta (a quien da vida una Milijana Zirojevic de mirada inquietante) es una venganza, pues eso es lo que desea el espectador.

¿Pero cómo desarrollarla si en efecto la víctima está tumbada en una camilla, quizás muerta, aunque consciente en sus impulsos cerebrales? Nada más terminar este prólogo Fulci decide resolver nuestras dudas utilizando un personaje tan incongruente como esa nueva alumna llamada Eva, a la que incluso vemos transmutarse por unos segundos en la chica mientras entra en el tétrico internado. Con el avanzar del metraje se nos presenta a las responsables de la muerte (física) de Kathy, que no pasan de esos estereotipos "teen" del cine de terror ochentero, marcados por un coeficiente nulo, maneras de auténticas zorras y las papeletas para candidatas a más horrible asesinato.
En este débil argumento (cuyas bases beben a partes iguales de las "argentianas" "Suspiria" y "Phenomena", "Siete Mujeres Atrapadas", "The Medusa Touch", el pequeño clásico de Richard Franklin "Patrick", la obra de DePalma y retazos de "Pesadilla en Elm Street"...) poco nos convence la presencia de una protagonista tan insípida (y estrangulable) como la actriz que la "interpreta" (Lara Lamberti) si el guión ya nos plantea una serie de crímenes ejecutados por la comatosa víctima a través del pensamiento. Es decir, que el por qué está ahí y por qué se construye una trama dramática a su alrededor es poco menos que un misterio indescifrable (sobre todo cuando la madre de Kathy está allí también haciendo de las suyas...).

Y es precisamente el atractivo de contar con una asesina psíquica lo que permite a Fulci usar uno de los recursos constantes de su cine de terror: desatar la ilógica por encima de cualquier sentido narrativo. Nos da igual los celos amorosos que se producen entre las alumnas, sus problemas personales o el papel del médico (que además de aparecer siempre en la habitación de Kathy en el momento más oportuno, resulta ser un desgraciado por predilección por el cinismo y la promiscuidad); lo que llama la atención entra directamente por los ojos, punto de fuga de confusión de la realidad y su quiebra hacia grotescos pliegues según las obsesiones del cineasta.
Como en "El Más Allá", "Aenigma" se ve atravesada de instantes de puro barroquismo que desafían nuestra persistencia retiniana: el asesinato de un profesor por medio de su reflejo en el espejo, una alumna siendo devorada por caracoles o la onírica secuencia donde Eva muerde al médico son sólo algunas de las muestras del gran manejo de Fulci de los elementos surrealistas y pesadillescos a través de atmósferas agobiantes bañadas por la intensidad de los colores (sobre todo el rojo y el azul), sobresaliendo por encima de cualquier cosa una factura técnica muy digna y que nada tiene que envidiar a los modelos que tan descaradamente imita.

Esto es: la labor de fotografía de Luigi Ciccarese, la dirección artística de Kemal Hrustanovic y Zijo Pasic y por supuesto esos inconfundibles efectos especiales creados por el propio Fulci. En las aristas de su imaginería salvaje y clima absorbente reposa el auténtico interés del film...que se pierde insalvable por los espesos terrenos narrativos y de la caracterización de personajes, meras excusas para todo lo anterior; quizás las únicas que merezcan ser destacadas de un elenco que, en efecto y con toda seguridad, merece ser asesinado del modo más horrendo, sean esas Zirojevic y Dusica Zegarac, quien encarna a la madre de Kathy.
Como su mentor Hitchcock, Fulci realiza un breve cameo como inspector de policía. Y lo cierto es que su presencia entristece: demacrado y cansado; aquellos años no estaban siendo precisamente los mejores de su vida, aquejado de un estado de salud deplorable a causa de su hígado y su diabetes, sólo le faltó una evidente pérdida del norte en su carrera como la que estaba sufriendo para rematar el conjunto. Sin embargo, antes de llegar horrendos títulos de carácter alimenticio como "Los Fantasmas de Sodoma", "Zombi 3" o "Demonia", aún pudo demostrar algo de genio (tampoco tanto...) en el que aquí nos ocupa.

Mitad "slasher", mitad película de posesiones y de asesinos psíquicos y con un desenlace tremendamente mejorable, "Aenigma" es muy poco recordada por los fans del realizador, pero además del poder visual de su imaginario tan inspirado en Clive Barker, conserva algo que sus posteriores obras, e incluso las que muchos de sus coetáneos estaban haciendo en aquel momento, no tienen: un peculiar y entrañable encanto.
La secuencia de los caracoles la sitúo entre las más terribles e indigestas de todo su cine.
Chris Jiménez
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