No apta para todos y casi desde el segundo día de su estreno, ya convertida en una película de culto, la incontestable obra de Panos Cosmatos llamada "Mandy" solo tiene dos caminos para el espectador, el odio o el amor. Y es que este film básicamente habla sobre la venganza de una persona, pero no cualquier venganza, una que deberá llevar a cabo frente a unos seres demoníacos, casi invencibles, en un lugar que parece mas bien otro planeta dentro de un bosque encantado. Tal como lo oyes.

Sin redundar mucho, mas que una película, como dije en el titular de mi crítica, es una "experiencia" ultra colorida visualmente, que transporta a quien se atreva a verla, a un "infierno en la tierra" de forma literal, y en el que de manera lenta te sumerges cual "animalito" indefenso en medio de un pozo de lodo sin fin.

Potente acabado visual, puesta en escena sugerente y bastante simbólica, pero lo que mas brilla aparte de los apartados técnicos es la presencia poderosa de un imparable Nicolas Cage, poseído de furia y convertido en un "Infernal Avenger" que por amor (si, aunque suene contradictorio) pondrá un violento fin a quienes se atrevieron a alterar su paz. Cambien se dejan ver por ahí Andrea Riseborough, Linus Roache, Bill Duke, Richard Brake, Hayley Saywell, Line Pillet, Ned Dennehy y Clément Baronnet.

Especial mención a la bella música compuesta por el tristemente desaparecido Jóhann Jóhannsson, uno de sus últimos (y más notables) trabajos.