Y no pudo, claro. Lástima de elenco de actores, sobre todo secundarios, maravillosos, todos a gran nivel (qué gusto volver a ver a Jorge Sanz en forma o a Neus Asensi espléndida o a Sardá, Segura, Loles León a un grandísimo nivel). Todo eso, un punto para Trueba. Pero, ay, qué guión. Qué diálogos. Qué personajes. Qué historia. Si nos queremos ir por los cerros de Úbeda o criticar con sorna el fascismo y la España de posguerra, lo hacemos con cierto decoro. No se puede ser genial siempre, claro, pero tampoco perderse en mini-historias deslavazadas, sainetes sin gracia o personajes que se parodian por sí solos (qué lástima de Caudillo hace Areces). A veces es tal el desatino que de situaciones pretendidamente berlanguianas Trueba nos entrega cine de Esteso y de Pajares, con todo el respeto para ese cine, por supuesto. Resines está flojito, Penélope está preciosa y la película se ve con cierta simpatía nostálgica si tienes mi edad y si, imperdonable, recuerdas la sobrevalorada LA NIÑA DE TUS OJOS.