Si Oriol Paulo ya me irritó en su anterior y mediocre película (inexplicable su exitazo en China, no lo entiendo) CONTRATIEMPO, si fue capaz de indignarme (no se puede tratar al espectador como a un bobo al que se le engaña y se le explica qué va pasando en la trama) en su ya algo lejana y penosa EL CUERPO, en esta especie de Frankenstein cinematográfico logra algo que antes no había conseguido: el peor casting de todos los tiempos. Es incluso capaz de que el casi infalible y multipremiado Javier Gutiérrez haga el ridículo con un peluquín imposible; logra que la mueca casi perenne con la que se muestra Ugarte durante toda la película resulte patética o que Francesc Orella, un secundario de lujo, o la gran Nora Navas resulten anodinos. Se salva el niño protagonista, muy bueno el chaval Julio Bohigas-Couto, y las escasas apariciones, al final, de Wagener, siempre en su sitio.
Por lo demás, la música es irritante, plana; la trama es inverosímil; los diálogos penosos. Sí hay que valorarle a Oriol Paulo su cinefília, aunque aquí se le va la mano y mezcla los viajes en el tiempo tipo REGRESO AL FUTURO con el suspense de ultratumba de VÉRTIGO, un poquito de RECUERDA y alguna escena casi copiada a ABRE LOS OJOS. En fin, no siempre el cine español de género va a triunfar. Entre regular y mala, simplemente.