Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Comedia Elwood P. Dowd (James Stewart) es un hombre afable, cariñoso y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su único problema es que va a todas partes acompañado por un imaginario conejo gigante al que llama Harvey. La familia de Elwood no sabe qué hacer y opta por llevarlo a un psiquiátrico. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás, la explicación para que los más cuerdos a los demás les parezcan locos, puede encontrarse en el hecho de que, el más cuerdo, al ser más evolucionado y ver las cosas de otra manera, en ocasiones resulta extraño, diferente y “anormal”, puesto que la “normalidad” es actuar como Vicente: ir para donde va la gente. ¡Y hay de aquellos que consiguen ver cosas que la humanidad simple y llana ni siquiera ha imaginado! Hasta la misma psiquiatría los tratará de alucinados, esquizofrénicos, y más peyorativamente, locos de remate. Y claro, como usted no puede demostrar que ha visto lo que ha visto, imposible convencer a nadie porque, para la todavía corta ciencia, lo que no podemos ver todos, sencillamente no existe.

¡En que lío (que involucra a toda su familia y al personal médico y asistente de un hospital psiquiátrico), termina metido Elwood P. Dowd por el simple hecho de haber entablado amistad con un pooka llamado Harvey! Lo encontró, un día cualquiera, al pasar por un semáforo… y bueno, a Harvey le resultó simpático el buenazo de Elwood y ahora va con él a todos lados. Lamentablemente, el amigo de Harvey no parece tomar en cuenta que los demás no ven lo que él sí ve, y se dedica a hablarle en público a su amigo pooka, al tiempo que, haciendo uso de su habitual cortesía, lo presenta a todas las personas con las que comparte.

¿El resultado? Mejor que lo vean en esta divertidísima comedia con un James Stewart en una de sus más especiales actuaciones y con la memorable Josephine Hull (“Arsénico por compasión”) como su especial y confundida hermana, en una interpretación que la haría, por fin, merecedora del premio Oscar.

El propósito de “EL INVISIBLE HARVEY” es divertirnos y a fe que lo logra con esa bella locura de su personaje protagónico, pero también se propone (en un tema que hace parte de la obra “Harvey” con la que su autora Mary Chase pudo llevarse a casa el famoso premio Pulitzer), dejar bien sentado que, con marcada frecuencia, resultan con más pinta de locos los que presumen de cuerdos, que aquellos a los que la gente condena o estigmatiza por su singular comportamiento. Aprecien tan sólo la manera como Dowd va transformando la vida de los que le rodean. Psicología sin título, altamente estimada en otras dimensiones.

Grandes actores secundarios consolidan esta divertidísima comedia de enredos con la que, el director Henry Koster, se reafirma nuevamente como un talentoso director al que, de tanto en tanto, se le prendía la lucecita.

Título para Latinoamérica: “HARVEY”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow