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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama Jerry Kingsley (March), un hombre viudo y solitario, es el propietario de una fábrica de ropa, en la que trabaja Betty Preisser (Novak), una joven y atractiva divorciada de la que se enamora. Al igual que en "Marty" (1955), su opera prima, Delbert Mann vuelve a tratar el tema de la soledad. (FILMAFFINITY)
22 de julio de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia de amor en 2 actos, “Middle of the Night”, es una obra escrita por, Paddy Chayefsky, que primero se llevó a la televisión (en 1954) como un episodio de, The Philco-Goodyear Television Playhouse, dirigido por Delbert Mann, y con, E.G. Marshall y Eva Marie Saint, en los roles protagónicos. Luego, bajo la dirección de Joshua Logan, se estrenó en las tablas, en el ANTA Playhouse de New York, el 8 de febrero de 1956 y estuvo en cartelera hasta el 25 de mayo de 1957. La interpretaron, Edward G. Robinson y Gena Rowlands, y fueron muy bien acogidos por la chispa que pusieron en sus personajes.

Como era de esperarse -¡todo lo que tiene éxito huele muy bien!- no tardó el cine en interesarse por la adaptación de la obra… y el notable director, Delbert Mann, fue nuevamente el encargado de dirigirla, al tiempo que se eligió a dos estrellas de renombre: Fredric March y Kim Novak.

La historia que se nos cuenta, tiene como protagonista a, Betty Preisser (adorable, Kim Novak), la digna recepcionista de una fábrica de confecciones quien, recién separada, al sentirse mal un día, opta por irse para su casa y se lleva un trabajo para terminarlo allí. Cuando el jefe, Jerry Kingsley (Fredric March), un hombre de 56 años, viudo y bastante recto, pasa a recoger el material, al ver la crisis emocional por la que pasa la chica, se dispone a escucharla… y la adorable figura… la manera de hablar y de moverse… y la indefensión de la joven, lo deja atrapado… y desde entonces, hará la forma de verla dentro o fuera de la empresa.

Comienza, así, una historia de amor que, de entrada, podría alentar el prejuicio de la chica pobre en busca del dinero del hombre rico, pero, la honestidad de la joven quizás desvanezca esta suposición, y lo que surja sea una atracción que bien puede darse no obstante las diferencias de edad, pues, el hombre mayor sigue anhelando los grandes e inolvidables amores de su juventud; y la mujer joven puede sentirse atraída por la madurez, el respeto y la seguridad que le brinda un hombre con canas.

Pero, aunque el amor no sabe de edades, la razón sí… y es claro que, por lo general, sobre el hombre mayor pesa la falta de energía para el sexo y el poco entusiasmo para la aventura; la vida laboral de alto compromiso le deja poco tiempo; y será inevitable la comparación que hará con sus anteriores relaciones. En cuanto a la mujer, anhelará sin duda a un hombre fogoso y apasionado con la vida. Un hombre lleno de energía dispuesto a las aventuras, las fiestas y los trasnochos; y será inevitable que se sienta atraída por hombres más jóvenes que no faltarán en su camino. Es entonces, cuando el hombre, si es celoso, querrá tenerla en una jaula o siempre bajo control… y así comenzarán los disgustos, las amarguras, el desencanto… y talvez hasta la desgracia.

(Aquí citaré situaciones claves) El afán de libertad que, en numerosas ocasiones expone la honesta Betty, es una clarísima alarma de que, en la relación con Kingsley, le será muy difícil ser feliz. Lo que ocurre, la única vez en que ve de nuevo a su exmarido, ¡es contundente!, y pasarlo de largo será un fatal error. En este sentido, justificar un final feliz es una pobre esperanza, y por más que entendamos que, para el amor no hay edades, las condiciones de esta pareja –a la que se suma una rotunda oposición familiar de lado y lado- no permite augurar felicidad alguna.

Por otro lado -quizás por problemas de censura- el trato que se dan en el filme, Jerry y Betty, luce como el de nieta y abuelo, e imposible es creer que sea el de una pareja que se alma al punto de enfrentarse contra todos los prejuicios.

Ahora entiendo por qué, Joshua Logan, quedó tan desencantado al ver la película. La obra de teatro tenía una buena dosis de humor y no se tomaba demasiado en serio.

Título para Latinoamérica: MEDIANOCHE PASIONAL
Luis Guillermo Cardona
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