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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Thriller. Drama El 22 de noviembre de 1963, en Dallas, fue asesinado J.F. Kennedy, el Presidente de los Estados Unidos. Algunos suponían que Kennedy era muy tolerante con el comunismo y que protegía demasiado a los negros; su proyecto de Ley Anti-Trust perjudicaba gravemente a grupos económicos muy poderosos; la revisión de la Tasa sobre el consumo de petróleo provocaba inseguridad. Tampoco resultaba satisfactorio para algunos el veto a la C.I.A. que ... [+]
4 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abogado, legislador del Estado de New York, investigador de los crímenes de guerra cometidos en Vietnam y defensor de los derechos civiles, entre otras labores, Mark Lane se convirtió en un personaje conocido a lo largo y ancho de los EEUU cuando, profundamente interesado en el asesinato del presidente John F. Kennedy, se atrevió a cuestionar el informe de la Comisión Warren, tras haber analizado concienzudamente las grabaciones y los 26 volúmenes de que éste constaba. Él mismo entrevistó entonces a muchas de las personas que estuvieron en el lugar de los hechos, y de su trabajo surgió un libro titulado, Juicio precipitado (Rush to judgement, 1967) que, en los EEUU, se convirtió en número uno en ventas durante siete meses.

Con sus muy serias y bien documentadas críticas, el libro deja por el piso el informe Warren, y de inmediato interesó al notable documentalista Emile de Antonio, quien -conservando el título original-, lo convirtió en uno de los más celebrados trabajos que se hayan hecho sobre el caso Kennedy. Pocos años después, el renombrado productor Edward Lewis (“Espartaco”, “El último atardecer”, “Los valientes andan solos” y una larga y memorable lista), consigue hacerse con los derechos del libro y, como puede imaginarse por los títulos citados, en quien pensó de inmediato para que hiciera la adaptación cinematográfica, fue en Dalton Trumbo, escritor que, sorprendido por la idea de una conspiración surgida del propio Estado con la venia de algunos “todopoderosos”, no se conformó con el libro de Lane y se tomó un buen tiempo para ahondar en otros trabajos realizados sobre el magnicidio.

El resultado, es un filme objetivo hasta donde se pudo, al que -como era de esperarse-, le llovieron críticas y repulsas de los más tendenciosos promulgadores de las tesis de un fanático-comunista-demente (Lee Harvey Oswald) o la de una conspiración ruso-cubana para desestabilizar al régimen democrático.

Puesto en manos del director David Miller -sugerido a Lewis por Dalton Trumbo tras su éxito juntos en “Lonely are the brave”-, el filme resulta bastante atractivo por el sinnúmero de datos curiosos y relevantes que transmite a lo largo de la historia, además de que, la teoría que sustenta es por mucho verosímil (es bien cierto que, a la ultraderecha, le repugnaba que el presidente hablara de igualdad racial, que quisiera terminar la guerra contra el Vietnam, y que denegara los subsidios tras la caída del petróleo), y quizás por primera vez en el cine político, los hechos están todo el tiempo descritos desde la perspectiva de los conspiradores.

Infortunadamente, falta esa sensación de thriller que hace de esta suerte de historias entramados de alto calibre y el filme termina pesando más como semi-documental, pues contiene numerosos insertos de los hechos sucedidos alrededor de Kennedy y otras remembranzas pacifistas. Con todo, es una trama que sorprende y que pone los puntos sobre las íes para desmontar el gran fardo de especulaciones que se avinieron con el asesinato del presidente.

Queriendo hacer su filme con gran altura, Lewis se hizo con un renombrado reparto que incluye a Burt Lancaster como James Farrington, el experto en operaciones encubiertas; Robert Ryan (quien fallecería sin haber visto el filme) en el temible rol de Robert Foster; y Will Geer, quien tiene a su cargo al magnate del petróleo, Harold Ferguson, sintiendo que las decisiones del presidente están afectando directamente su bolsillo.

Para sacarle el máximo provecho a este filme, vale la pena estar muy atentos a cada uno de sus diálogos, pues hay en ellos muy serias denuncias, clarifican hechos relevantes, y contienen un necesario llamado a la prevención.

Título para Latinoamérica: “ASESINATO DE UN PRESIDENTE NORTEAMERICANO”
Luis Guillermo Cardona
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