Justicia, es defender al débil, al maltratado, al abusado... y castigar a quien cometió el delito u obligarlo a reparar el daño. Justicia, es actuar acorde con la conciencia íntima que determina lo que es el bien; es hacer lo que es correcto, aunque ésto vaya contra nuestros propios intereses. Kevin Lomax, es un abogado que decide omitir éstos principios y cae en la trampa de la vanidad: "Mi pecado favorito", dirá John Milton, el Lucifer (gran tentador) de éste impactante filme.

Lo que hace brillante ésta historia, es que se diferencia de las ya comunes donde todo se ve desde la perspectiva de los abogados, centrándose en los efectos que éstos ejercen sobre sus clientes y contradictores. Lo que ahora nos trae, el director Taylor Hackford, es la manera como el jefe, los colegas y clientes, la madre y hasta la esposa del jurista, ven afectadas sus vidas, llevándolas a todo riesgo hasta llegar a un sendero del que sólo un hálito de luz podrá permitirles escapar.

Kevin Lomax, está teniendo éxito como abogado porque ha asumido que tiene que ganar cada caso a como dé lugar. No importa si se libera a un asesino; no cuenta si hay que dejar mal parado a un inocente; no hay pesar alguno si un violador queda suelto para que siga arruinando otras vidas… Se trata de ganar porque hay que ganar. En su afán de triunfar, para Lomax no caben los escrúpulos. El lema de la ambición es aplastante: El poder lo es todo y lo vale todo.

Este temerario empeño lo valora, John Milton, un empresario singular y poderoso que pronto seduce al joven Lomax con la fuerza de los bienes materiales, el status social y la imagen en los periódicos… entre otros encantos. A esta nueva, “gran vida”, se suma la preciosa esposa del abogado, quien ve complacida como su esposo triunfa en cada caso que se pone entre sus manos.

Pero, como es de esperar, las leyes existenciales entran en juego, y otras fuerzas empiezan a obstruir lo que ya parece la felicidad alcanzada. Con eficacia e incuestionable sabiduría, quedan sentadas las pruebas, las tentaciones y los traspiés con que puede arruinarse una valiosa profesión. Que los riesgos siempre están a la vuelta de la esquina y depende de tu sabiduría… o de tus flaquezas, la elección que tomes en cada caso. Pero, has de saber, que la Ley de Reciprocidad toma su lugar, indefectiblemente... y, a veces, se instala muy cerca, ¡quizás demasiado cerca!

La película -que parte de un guión escrito por, Jonathan Lemkin y Tony Gilroy, basados en la novela de, Andrew Neiderman-, cumple a cabalidad con los aspectos visuales (fotografía, puesta en escena, efectos especiales...); varias interesantes simbologías surgen entre diversas secuencias; y la narración se mantiene en alto sin perder el interés ni un solo momento.

<<PACTAR CON EL DIABLO>>, es un filme imprescindible para todos aquellos chicos que pasan por la universidad con el gran (iluso) deseo de sentirse superiores, triunfando por encima de la ética y de todos los escrúpulos. Brillante, Al Pacino, en su rol de, John Milton (nombre de seguro inspirado en el poeta inglés que escribiera, "El Paraíso Perdido"). Ajustado, Keanu Reeves, como el abogado prepotente, víctima de la egolatría; y adorables, Charlize Theron y Connie Nielsen, cuya presencia impone lujo y sensualidad a cada plano en el que aparecen.

Título para Latinoamérica: <<EL ABOGADO DEL DIABLO>>