Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Cine negro. Intriga. Drama Frank Jessup es un enfermero de urgencias que acude a una mansión para atender a la señora Tremayne que, según parece, ha intentado suicidarse. Sin embargo él sospecha que en realidad alguien ha intentado asesinarla. Allí conoce también a Diane, la hijastra de la señora Tremayne, una joven delicada, sensual y un tanto inestable, ante la que cae rendido inmediatamente. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toda proposición que se pueda demostrar es verdadera, pero no toda proposición verdadera se puede demostrar. Por ejemplo: Si yo te digo que cierto día besé a Charlize Theron (¡soñar no cuesta nada!) y te enseño un vídeo con el que compruebo que la estoy besando, mi confesión es verdadera (a menos que alguien pudiese demostrar que el vídeo es un montaje). Pero si te digo que ayer vi una preciosa estrella fugaz, más no tengo ninguna prueba de ello, aunque no puedo demostrarlo, es absolutamente cierto porque yo sé que sí la vi.

En otro sentido, aunque un abogado defensor sepa que, lo que está argumentando, lo ha decorado de tal manera que parezca verdadero, pero bien sabe que no es cierto, si el jurado lo considera suficientemente convincente como para declarar inocente al sindicado, a la luz de la “justicia” ésta será la “verdad” y en consecuencia el sindicado será sobreseído. Es decir, lo que vale para los estrados no es la Verdad sino los argumentos que convenzan a la mayoría. Si por suerte, en algún caso hay confluencia entre el entendimiento y el hecho, se habrá hecho justicia, pero si no…

De cosas como estas, trata la interesante película de Otto Preminger, “CARA DE ÁNGEL”, en la cual hay una chica que no quiere a su madrastra sin una razón evidente, y hay un hombre que atrae a la chica de tal forma que ella hace lo que sea para conseguir mantenerlo cerca. La joven, Diana Tremayne, comienza a demostrar que adora a su padre, y entonces, podemos presumir que podría haber celos por parte de ella que motivan su antipatía por la nueva señora Tremayne.

Una historia de Chester Erskine, convertida a guión por Frank Nugent y Oscar Millard, nos ofrece un nuevo alegato contra la llamada justicia, al tiempo que nos cuenta una de esas extrañas (que no escasas) tragedias de amor donde, éste, más se parece a la locura. Por aquello de ‘ojos se ven, pero corazones no’, el título nos previene de antemano con el personaje que más nos parezca que tiene cara de ángel, pero ahí estarán los abogados para convencernos de que hay que creerles más a ellos que a una radiografía.

Con unos diálogos que juegan de manera deliciosa al cinismo y a la ironía que abunda en nuestra sociedad, Otto Preminger va construyendo una suerte de film noir con claros tintes sociológicos. Una cuidada fotografía y una sobria banda sonora de Dmitri Tiomkin en la que sobresale ampliamente el tema de los títulos de crédito, coadyuvan a redondear un filme que asume un tema álgido sobre el que, todavía hoy, no se ha reflexionado lo suficiente.

Jean Simmons, da la medida precisa a un personaje ambiguo que nos tendrá guardadas algunas buenas sorpresas. La acompaña, Robert Mitchum, en otro de esos roles de tipo frío, directo y sensato que solía frecuentar. Herbert Marshall, es Charles Tremayne, el escritor que, desde que volvió a casarse, se le cayeron todas las plumas. Barbara O’Neil, es la madrastra que, muy equilibradamente, hace lo que puede. Y Leon Ames, tiene en cabeza al abogado que nos aleccionará de como es que funciona en realidad esa cosa que los gobiernos llaman “justicia”.

Título para Latinoamérica: “CARA DE INOCENCIA”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow