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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Romance Año 1849, en Nueva York. Catherine Sloper, una rica heredera, tímida, inocente, poco agraciada y no muy joven, es pretendida por un apuesto joven. Ella se enamora de él apasionadamente, pero su cruel y despótico padre se opone a la boda y amenaza con desheredarla. Adaptación de la novela de Henry James "Washington Square". (FILMAFFINITY)
24 de mayo de 2011
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuánto más atroz es el maltrato psicológico que el maltrato físico? No sabría decirlo exactamente, pero, una palmada o una azotaina quizás deje huellas en el cuerpo, pero pocas veces te carcome el alma. En cambio, aquella punzada constante del “no sirves para nada”, “eres incapaz”, “este nació imbécil”, “no te pareces ni poquito a…”, “deberías ser como…”, va desmoronando el alma y pronto llega ese maldito momento en que te crees plenamente que, “careces de valor alguno”. Entonces, te vuelves rebelde o pusilánime; lleno de odio o de temor; agresivo o totalmente sumiso... pero, de una o de otra manera, te estarás cobrando el daño que te han hecho.

Siempre se está a tiempo de despertar, de abrir los ojos, de darse cuenta. Siempre hay ocasión de comprender que, quienes te maltrataban, no sabían lo que hacían. Quizás recibieron de lo mismo y lo devolvieron por instinto; de pronto, querían decir otra cosa, pero no sabían expresarlo y generalizaban lo particular; o quizás, como el Dr. Sloper, perdieron a alguien muy importante para ellos y anhelan, infructuosamente, que surja otro ser muy semejante a aquel a quien ahora añoran. Se olvidan -o no saben- que cada ser es uno y único.

Katherine Sloper, no se parece en nada a su madre quien era rubia, entusiasta y de excelente gusto; y tras haber fallecido ella, el padre se cobra con su hija el dolor de la pérdida que no consigue sanar. El Dr. Sloper es un eminente cirujano, un hombre brillante y perspicaz, y más por apego al dinero que por amor a su hija, huele a kilómetros quien está tras ella en busca de su dote.

Y así ocurre cuando, con el deseo de pretender a la heredera Katherine, entra en escena, Morris Townsend, un joven bastante atractivo, bien hablado y de buenas maneras, quien, de inmediato pone a la defensiva al avisado médico. Comienza, entonces, un duelo de intereses donde la joven pareciera un conejillo entre dos fuegos, hasta que, quizás, todo esto le sirva para lo que más requiere todo ser humano: La toma de Conciencia.

<<LA HEREDERA>>, filme que parte de otra gran novela ("Washington Square", 1881) de ese gran escritor que fuera, Henry James, confirma, una vez más, el vigor narrativo del director William Wyler. Cada imagen de esta película, es una perfecta conjunción de brillantes interpretaciones (Olivia de Havilland, Ralph Richardson y Montgomery Clift, absolutamente perfectos); encuadres, ambientación y edición, acordes a plenitud con la carga emocional de cada instante; y la historia: fluida, impactante y sostenida con una fuerte y muy sólida estructura psicológica.

¡Un filme memorable!
Luis Guillermo Cardona
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