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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Bélico. Drama Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho una promesa a sí mismo: no coger jamás ningún arma. (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El presidente de los Estados Unidos de América, en nombre del Congreso, tiene el placer de entregar la Medalla de Honor, al soldado de primera clase, Desmond Thomas Doss, Ejército de los EE.UU., por su sobresaliente caballerosidad e intrepidez en acción, por encima y más allá del deber, entre abril 29 y el 21 de mayo de 1945, mientras servía con el destacamento médico, regimiento de Infantería 307°, división de infantería 77°, en acción en Urasoe, Mura, Okinawa, islas Ryukyu (…) Mediante su destacada valentía y firme determinación frente a condiciones desesperadamente peligrosas, el Primera Clase, Doss, salvó la vida de un gran número de soldados…”

Son estos, apartes de la declaración con la que se hizo entrega de la Medalla de Honor, a un soldado, y un hombre, que transformó para siempre el concepto de Valor entre los ejércitos de Estados Unidos de Norteamérica y del mundo entero, y cuya experiencia vital y trascendental, ha sido magistralmente llevada al cine por el renombrado actor y director, Mel Gibson.

Es, ésta, una historia que, ¡nadie debería perderse!. Primero, porque ilustra con precisión el infierno de la guerra en la que todos pierden, y miles, millones de muchachos -casi todos con grandes carencias- ven brutalmente extinguidas sus existencias… mientras que los hijos de los gobernantes y de los altos mandos militares, siguen en sus universidades privadas y/o se relajan en sus haciendas (esto último no lo muestra el filme, pero es verdad). Después, estaremos ante el más espléndido tratado sobre el Valor, el cual ya no consiste en matar y/o en hacerse matar; violar a las mujeres de los “enemigos” o torturar a civiles inocentes; o en volar estructuras industriales o edificios de apartamentos que dejarán en la ruina a millones de familias… Ahora, el valor consiste en salvar el mayor número de vidas, sin usar un arma, sin agredir al enemigo… salvando incluso a éste, cuando la oportunidad se presente… y todo esto, sujeto a que nadie lo entienda (excepto Aquel que todo lo entiende), y con el altísimo riesgo de que una bala, una granada o un sable, acaben con tu propósito y tu fértil vida. Pero, cuando el ideal es firme y sagrado, también aquí -aunque parezca imposible- está el Hado jugando su papel para que el cometido llegue a buen puerto, pues, todo lo que el hombre hace en nombre de la vida, es bendito para siempre.

Impecable la manera como, Gibson, comienza contrastando la apariencia larguirucha y débil del soldado Doss, con los musculosos cuerpos, la fortaleza y la virilidad del resto de los soldados de su división. Después, el contraste es ideológico, y cuando todos piensan que “llevar un arma y asesinar al enemigo es lo que hacen los hombres”, Desmond Doss defiende el, “No Matarás”, que reclaman los libros sagrados y demostrando que su religión es de hecho y no de palabra, como objetor de conciencia defenderá este principio hasta las últimas consecuencias… y para su fortuna, la constitución lo respalda.

Lo que se aviene, removerá el alma del más pintado, dejará a los fabricantes de armas y promotores de guerras como los seres más obtusos del mundo… y la vida emergerá triunfante con este hecho real que, los nuevos gobiernos de los EE.UU., no han logrado asimilar como debieran.

Mi aplauso para, Robert Schenkkan y Andrew Knight, por la perfecta estructura de su guion; para la impecable cinematografía de, Simon Duggan, que logra un clima impactante y envolvente; para el diseño de producción de, Barry Robison, que recrea el más terrible infierno; también para las precisas actuaciones de, Andrew Garfield, Sam Worthington, Teresa Palmer, Vince Vaughn y el resto del reparto… y por supuesto para, Desmond T. Doss, un personaje que, desde ahora, tiene un lugar en mi corazón.

<<HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE>>, es un filme para la eternidad.
Luis Guillermo Cardona
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