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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Animación. Infantil. Drama. Musical Oculto a las miradas de todos los ciudadanos de París, en lo alto del campanario de la catedral de Notre Dame, vive Quasimodo. Su tutor, el juez Frollo, no le permite bajar nunca del Campanario. En compañía de tres simpáticas gárgolas de piedra, Victor, Hugo y Laverne, Quasimodo pasa las horas observando el bullicioso ir y venir de la gente. Hasta que un día, decide bajar a escondidas y conoce a la bella Esmeralda, con la que vivirá su mayor aventura. (FILMAFFINITY) [+]
26 de septiembre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En enero de 1482, “el trabajo estaba casado con la mercadería y el clero con la nobleza” –Dice el escritor Victor Hugo en su novela, “Nuestra Señora de París” (Notre Dame de París, 1831), y como ya ustedes lo habrán advertido, igual se les ha visto durante los siglos siguientes en todos los continentes. Ésta es una de las razones por la cual la magnífica novela no ha perdido vigencia. La otra, fue esa suerte de anticipación a lo que se avendría en la Europa de los años 30 y 40 con la llegada del fascismo, cuando las minorías (judíos, negros, gitanos…) serían perseguidas, maltratadas y asesinadas… pero ellas sabrían luchar, y contra todos los afanes y atropellos para conseguir su aniquilamiento total, lograron subsistir como razas, y más aún, como culturas.

En versión muy libre y necesariamente abreviada de la inmortal novela, escrita por Tab Murphy, la Disney Productions decidió aventurarse con ésta dramática historia a la que consigue añadir algunos simpáticos toques de humor y un puñado de canciones, en su mayoría muy afortunadas y atinadamente enlazadas con la narrativa.

El personaje central, es otra vez Quasimodo, un muchacho de 20 años que, de niño, fuera rescatado por el ministro Claudio Frollo y al descubrir en él una serie de malformaciones físicas decide llamarlo, Quasimodo, que significa Casi-formado, o en términos peyorativos: deforme, malhecho… o como suele llamarlo el populacho: jorobado; y al ser confinado por Frollo a vivir en el campanario de la catedral de Notre Dame, es cuando todo el mundo lo identifica como, El Jorobado de Notre Dame.

Por otra parte en, <<EL JOROBADO DE NOTRE DAME>>, resurgirá aquella hermosa gitana llamada, Esmeralda, bailarina a sus 16 años, que, ante un maltratado Quasimodo -convertido por derecho propio en “el rey de los feos”- sentirá compasión… y con su gran corazón y su decidida rebeldía ante el poder, se ganará su voluntad y, sin pretenderlo, quizás tenga en él a su futuro salvador.

Frollo, por su lado, se convertirá en símbolo de la tiranía, la hipocresía moral, y fiel representante de una iglesia casada con las élites. Mientras que, Febo, será en ésta película, el capitán insubordinado dispuesto a ayudar a la gitana de la que se ha enamorado… y así, Esmeralda, Quasimodo y Febo, sin proponérselo siquiera, quizás terminen siendo los que den la razón a Victor Hugo cuando, en la novela, escribía: “Todo movimiento popular, sean cuales fueren su causa y su fin, desprenderá de sí un fuerte espíritu de libertad”.

El agregado que los directores, Gary Trousdale y Kirk Wise, hicieron de las gárgolas del templo, resulta entretenido; y el papel del arlequín -que podría reemplazar al, Pierre Gringoire, de la novela-, impone un aire de fiesta y alegría con sus gratas presentaciones. Así, la trama se vuelve apta para los niños, pero, igual los adultos podemos disfrutarla, porque nos tiene reservadas necesarias lecciones.

No puedo dejar de recomendar la novela de Victor Hugo, porque, en este caso, significa sentarse ante uno de los más grandes escritores de la historia… y las reflexiones políticas, sociológicas y morales que incluye en su narrativa son, sin duda, de la más alta resonancia.
Luis Guillermo Cardona
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