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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Comedia Una jovencita hace cambiar a todo un pueblo gracias a su alegría. Aunque se quedó huérfana a los doce años, Pollyanna siempre tiene ganas de sonreír, incluso a su severa tía, a la que acabará ablandando con su contagiosa alegría. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es el poder de las armas, no son los grandes flujos de dinero, no es la prepotencia ni la agresividad, lo que habrá de producir el gran cambio en la humanidad: aquel que traerá paz y concordia entre todos los humanos. Ese poder se llama AMOR y puede brotar del hombre sabio y experimentado, del maestro elocuente y generoso, de la madre que lo da todo sin esperar nada a cambio… o de una niñita huérfana que llega, un día, a un lugar donde está haciendo harta falta la concordia porque las sombras anidan ya por casi todos los rincones.

Pollyanna Whittier ha quedado huérfana y su tía Polly Harrington acepta acogerla quizás tan sólo por deber filial… o tal vez, porque algo muy adentro le dice que pueden venir con ella rayos de luz que renovarán su vida. De un ambiente de pobreza, en el que nunca tuvo acceso ni siquiera a una muñeca, la niña ha pasado ahora a vivir en una gran casona donde sobran la comida y el lujo, y donde su tía es prácticamente la gamonala del pueblo.

Pero, el afecto y el calor de hogar que un día recibiera, se ha convertido aquí en una fría compañía, donde el rigor y la apariencia son el modelo de cada día. La niña comprueba entonces que, no sólo aquí, sino en muchos otros lugares de Harrington Town, falta la alegría y el afecto, y que muchos seres humanos se han dejado envolver por la soledad y el sinsentido. Y sin proponérselo, de su ser comienza a fluir un manantial de luz que pronto dejará huella, y a nosotros nos dejará bien sentado cual es el camino a seguir para que el mundo pueda verse de otra manera.

Remake de la película que hiciera, la célebre Mary Pickford, cuarenta años atrás, “POLLYANNA” está basada en la clásica obra de Eleanor H. Porter, una mujer para quien la convivencia humana era el objetivo supremo. Y aunque pueda sentirse un tanto idealista y edulcorada, yo creo que, tanto la obra como el filme, nos hablan de algo posible, porque aquellos que han vivido para el amor incondicional han iluminado siempre a muchos corazones.

Una impecable Hayley Mills, que mereció un Oscar especial por su rol de Pollyanna, y un reparto de grandes estrellas que incluye a Jane Wyman como la apagada y dominante tía Polly, Karl Malden como el sacerdote que ve a Dios como un verdugo, Agnes Moorehead como la hipocondríaca sra Snow, y Adolphe Menjou como el retraído señor Pendergast, entre otros, consolidan y dan fuerza a una historia humana que se vuelve imprescindible en una época donde, el calor de hogar y la sensibilidad social, se están dejando bastante relegados.

“Cuando buscas la maldad en la humanidad esperando encontrarla –decía Abraham Lincoln en una frase que se cita en el filme- seguro la encontrarás”. Y yo añadiría: Cuando buscas con sinceridad el lado amable de toda persona que se cruza en tu camino, verás resplandecer su bondad y su ternura, porque siempre se encuentra aquello que con fervor se busca.
Luis Guillermo Cardona
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