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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Musical. Romance Hannes Kröger, antiguo marinero al que la vida ha defraudado, canta todas las noches en un cabaré hamburgués de mala muerte llamado la “Gran Libertad”. En el lecho de muerte su hermano le confía a su antigua amante. La joven va conquistando poco a poco el corazón de Hannes. Él le dedica la canción “La Paloma” y empieza a soñar con compartir la vida con ella. Pero Gisa no se entera en absoluto de la situación y sale a menudo con el ... [+]
30 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cualquier escritor o director de cine de avanzada conciencia, Helmut Käutner fue un progresista que tuvo muy claro el empobrecimiento moral y la decadencia que traía para su país, y para la humanidad entera, el régimen nazi-fascista que surgiera en Alemania desde 1933. Justo en el año en que estallaba la II Guerra Mundial, 1939, Kautner lograba debutar como director con la película, “Kitty und die Weltkonfernz”, pero, la estricta censura que había impuesto el III Reich, lo obligó a contar historias con bastante caramelo como para que pudiesen sortear el escrutinio de la maquinaria nazi. Sin embargo, con una táctica a la manera de Mihaly Kertesz, cuando éste trabajó para los Estudios de la Warner Bros., en Hollywood, también Käutner se las ingenió para aparentar que complacía los dictados del nuevo régimen, pero, sutilmente y en forma metafórica, incorporaba ciertas situaciones críticas en las que dejaba sentada su posición política.

Pero, durante estos oscuros años, no siempre tuvo, Käutner, la fortuna de conseguir saltar las barreras… y cuando hizo, <<LA PALOMA>>, desde el mismo rodaje el asedio era incesante y tras la posproducción tuvo un nuevo encontronazo con los dirigentes del partido, quienes comenzaron por objetar el título original: “Große Freiheit ” (traducible como: Gran Libertad). El director explicó a Goebbels que, el título aludía a la calle del mismo nombre que, desde 1610, se encuentra en el distrito St. Pauli de Hamburgo y que, en dicho lugar, hay una discoteca con el mismo nombre que era famosa por los espectáculos artísticos que allí se efectuaban, y lo que él quería rescatar era “el ambiente de fiesta, romance y amistad que de allí surgía”. El título pasó teniendo que añadir solamente el indicativo, 7, para mejor referencia de la calle, y quedó así: “Große Freiheit No. 7”.

Pero, el siguiente reclamo vino cuando los censores vieron la película en una preview: “No pude ver a un sólo marino heroico”. “Sus personajes son bebedores, pendencieros y mujeriegos que no dan señal del alemán ideal y mucho menos del recto marinero”. -Dijeron dos de ellos. Goebbels, también sintió que, “la película es demasiado melancólica, subrayada por canciones que no evitan alusiones políticas como esa letra de, ‘La Paloma’, que dice ‘un día acabará’…” La dirigencia en pleno se entusiasmó enseguida buscando objeciones… y el almirante, Karl Dönitz, cerró la sarta de reproches sosteniendo que, “la historia destruye la fuerza de los militares” (¡!!!¡) Conclusión: la película fue prohibida en Alemania.

Habiendo logrado sacarla al extranjero con el título: “Die terra Zeigt - Große Freiheit No. 7”, la película pasó como el director la mostrara a los alemanes… y cada quien podrá comprobar si las objeciones de los censores eran razonables… y cuál era, entonces, el propósito de Helmut Käutner.

El guion fue escrito por el propio director, en compañía de Richard Nicholas, y la base central es la célebre canción, “La Paloma”, que el español, Sebastián Iradier, compusiera durante un viaje a Cuba, en 1863, y popularizada en versión instrumental por la Sousa’s Band. Para la película, Käutner le escribió una letra que fue cantada por el protagonista, Hans Albers, cuando su personaje, Hannes Kröger, se enamora de Gisa, la novia de su hermano fallecido, que ahora vive con él y a quien ha decidido llamar, (la) Paloma.

La encantadora ambientación en Estudio y la fotografía full color de, <<LA PALOMA>>, aseguran un constante ambiente de “fiesta” en aquel hipódromo-cabaret, el cual está sobriamente contrastado con el pesimismo, la frustración, el desengaño… y otras penas que embargan los corazones.

Alemania no es una tierra feliz… por eso, quizás lo mejor sea hacerse a la mar.
Luis Guillermo Cardona
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