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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Bélico Durante la II Guerra Mundial, el Mayor Nelson y sus hombres son lanzados en paracaídas sobre la jungla birmana, tras las líneas enemigas, para destruir una estación de radar japonesa. La angustiosa y extenuante expedición a través de la jungla y los pantanos repletos de soldados enemigos se convertirá en un juego mortal en el que tan importante será cumplir con éxito la misión como poder ser rescatados... (FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se me ocurre que esta película puede verse de dos maneras, y según el punto de mira que predomine en nosotros, hará que la disfrutemos o la abominemos. En primer lugar, la perspectiva histórica: Colonia británica desde el siglo XIX, Birmania fue invadida en 1942 (II Guerra Mundial) por los japoneses y tailandeses, quienes expulsaron a los ingleses del territorio. Pero, dos años después, no conformes con haber perdido su colonia, y con el apoyo aéreo de The Flying Tigers estadounidenses, los ingleses y australianos iniciaron la retoma del norte de Birmania y, en 1945, conseguirían expulsar del país hasta al último comando japonés que sobrevivió a sus ataques.

Para ambas naciones (Inglaterra y Japón), Birmania era de gran importancia por ser la vía de comunicación más directa con la República de China y el expansionismo nipón venía generando serias preocupaciones a los aliados, así que, con los Estados Unidos de Norteamérica, China e India, se aunaron esfuerzos para el ataque definitivo que terminaría con la temporal reconquista de Birmania, país que, en 1948, alcanzaría por fin su independencia definitiva, debida a la sublevación de las organizaciones comunistas las cuales comenzarían a llamar al país, Unión de Myanmar, esperando borrar así los deplorables recuerdos de la colonia.

La película que dirige, Raoul Walsh, decide mostrar a los EE. UU. como Únicos protagonistas de la retoma de Birmania, y apenas con un ligero aviso incluido al final, se hace reconocimiento a la participación de los aliados. Esto molestaría tanto a los ingleses (convencidos de que ellos y los australianos hicieron la labor más significativa) que, una semana luego del estreno, la película fue retirada de las carteleras y se prohibió su exhibición en territorio británico hasta 1952.

Ignoramos cuánto del guion que escribieran, Ranald MacDougall y Lester Cole, basados en una historia de Alvah Bessie, fue conservado por Walsh al momento de rodar, pero, la mejor parte es, sin duda, la que permite ver la historia desde su perspectiva humana, aunque, también hay que decirlo, se hizo lugar a la xenofobia con esa frase aniquiladora del periodista Williams, que no vamos a repetirla, pero, que tira por la borda todo lo hasta entonces logrado por el simpático personaje… y la manera como se caracteriza todo el tiempo a los japoneses, apunta sin reserva alguna a deshumanizarlos.

Así las cosas, lo que salva al filme es la camaradería, el sentido del humor, la perseverancia y demás valores que abundan entre los protagonistas… e incluso, el atreverse a ilustrar los temores, los altibajos emocionales y las numerosas bajas que sufren en su aventura, hace 'creíble' la historia y uno consigue simpatizar con unos cuantos soldados estadounidenses.

También queda una suerte de sensación de que la guerra es abominable, y la narrativa de Walsh consigue ciertos momentos de verdadero impacto. Por su parte, Errol Flynn, George Tobias, Warner Anderson y Henry Hull, resultan muy eficaces en sus respectivos roles.

<<OBJETIVO: BIRMANIA>>, es puro y decidido cine de propaganda, y como con el restante cine de guerra made in Hollywood, es bueno ilustrarse un poco antes de digerirlo porque, lo que no se mastica se traga entero y la indigestión es la más segura consecuencia.

Título para Latinoamérica: AVENTURAS EN BIRMANIA
Luis Guillermo Cardona
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