“El mundo de Kanako” se ha presentado como una mezcla de Laura Palmer (la adolescente fallecida de “Twin Peaks”) y “Oldboy” (el brutal thiller coreano), y creo que esa afirmación resulta tremendamente acertada. Laura Palmer es presentada en la serie como una adolescente intachable y conforme avanza la investigación descubrimos que esconde oscuros secretos y que está metida en mundos turbulentos. Lo mismo sucede con Kanako, una adolescente de apariencia angelical que nos dirigirá a un mundo de profunda perversión conforme más sepamos de ella. “Oldboy” es la búsqueda obsesiva del repelente Dae-su a un encierro que ha durado 15 años. En “El mundo de Kanako” Akikazu Fujishima también es un personaje absolutamente despreciable que inicia una búsqueda obsesiva, en este caso para conocer el paradero de su desaparecida hija. Con ritmo frenético y estresante en su arranque, la obra se calma un poco al avanzar el metraje, pero no olvida en ningún momento un tipo de montaje que recuerda al formato videoclip. La historia pone el foco en dos personajes para explicar que ha sucedido con Kanako, el del padre alcoholico y violento, y el de un estudiante anónimo que se obsesiona con ella al que hacen bullying en el instituto. Violencia explícita, una historia alocada llena de sorpresas, buenas actuaciones (especialmente la del explosivo Kôji Yakusho como padre salvaje), una gran banda sonora y un ritmo trepidante para una película que trata muchos de los miedos del Japón actual: las roturas de los nucleos familiares típicos, el desconocimiento de los padres y madres de la vida de los hijos e hijas, el consumo de drogas, el maltrato en las aulas, los abusos sexuales… Excesiva, angustiosa y tremendamente adictiva.

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