La cadena de televisión norteamericana HBO no escatimó en gastos para llevar a buen destino su engranaje de series después del éxito de "los Soprano". Llevar uno de sus nuevos proyectos a la Antigua Roma desde sus inicios como República liderada por Julio César hasta la instauración de un Imperio gobernado por Octavio Augusto, no era tarea difícil si se enfocaba desde dos perspectivas distintas: de las intrigas palaciegas a lo "Yo Claudio" a la violencia y pestilencia de las calles de una ciudad cubierta de suciedad, violadores, asesinos, ladrones pero también de buenas gentes así como de renegados héroes recién llegados del Campo de batalla en la lejana Galia.

Ésta visión social y algo jerarquizada de la Roma de los antiguos se demuestra en la afrenta continuada que se produce entre un Pueblo y una Nobleza que liderada por unos pocos tiene que asumir que el verdadero Poder lo asume el vencedor, en ese caso Julio Cesar (Ciarán Hinds) contra un Pompeyo (Kenneth Cranham) incapaz de seguir gobernando. Así como los conflictos que se van sucediendo tras el asesinato del Cesar hasta la rebelión de marco Antonio (James Purefoy) y la llegada de Octavio Augusto (Max Pirkis) al poder, los verdaderos protagonistas que viven y sufren en carne propia esos cambios son el centurión Lucio Voreno (Kevin McKidd) y su inseparable y subordinado Tito Pullo (Ray Stevenson).

Una gran superproducción angloamericana que contó con la supervisión de John Millius y la dirección de Michael Apted en algunos de los capítulos de la primera de las dos temporadas que la conforman.