Tópica película de terror “slasher”, previsible y castigada por el tiempo con un argumento calcado a otros films competidores en su género: una venganza es la excusa perfecta para que un traumática pasado salga a la luz y el asesino en cuestión actúe en el momento ideal : el baile de graduación en el gimnasio del centro escolar, mientras que en resto de las oscuras y vacías dependencias la muerte acecha ya sea con una navaja o un hacha en busca de jóvenes con ganas de perder la virginidad o algo más.

El poco aliciente que exhala ésta peliculita algo aborrecible y poco entregada al gore (al contrario que una posterior secuela rodada en 1987 con evidentes referencias a las criaturas de ultratumba aún incapaces de competir con monstruos como Freddy Krueger o Jason Vorhees) queda en las interpretaciones vacías de Leslie Nielsen como director del centro estudiantil y Jamie Lee Curtis; coronándose nuevamente como Reina del Grito, a expensas de John Carpenter. Si el cine de terror puede ser aburrido, éste es uno de sus más claros ejemplos.