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España España · bilbao
Voto de ernesto:
9
Drama Brandon (Michael Fassbender) es un joven y apuesto neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obsesionado con el sexo, se pasa el día viendo revistas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día se presenta en su casa, sin previo aviso, su hermana menor Sissy (Carey Mulligan) con la intención de quedarse unos días en su apartamento. (FILMAFFINITY) [+]
22 de septiembre de 2011
214 de 242 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la primera película de Steve McQueen, Hunger, el cuerpo del actor Michael Fassbender se convertía en estremecedor protagonista de una historia que golpeaba sobre la conciencia del espectador de manera brutal. En la segunda película del director, Shame, vuelve a ser el cuerpo del mismo actor el que se adueña de la pantalla, de forma completamente distinta que en la anterior ocasión, pero con efectos igualemente devastadores sobre unos espectadores que tal vez puedan encontrar algún matiz en el personaje en el que reflejarse de forma profundamente desasosegante.
El protagonista de Shame es Brandon, aparentemente un triunfador absoluto. Treintañero, con una presencia física imponente, un trabajo de éxito, un lujoso apartamento en Nueva York, y una vida sexual incesante. Al principio el personaje deslumbra, pero pronto veremos como detrás de esa fachada lo único que hay es un profundo vacío. El sexo en la vida de Brandon es una válvula de escape, una forma de camuflar la imposibilidad de entablar una sola relación con un mínimo de profundidad. En cambio todo parece funcionar para él. Todo cambia el día en que su hermana aparece en su vida de nuevo. Inestable, confundida y muy sola, la presencia Sissy perturba a su hermano hasta el punto de hacerle sentir incómodo con su vida. A partir de ese momento su obsesión compulsiva por el sexo en todas sus formas, se convierte para él en algo que tiene que ocultar, algo que a los ojos de los demás le provoca verguenza. Cuando, en un momento de la historia, ve que es incapaz de dar el siguiente paso con una chica que le gusta pero que le éxige algo más, su caida en picado resulta ya inevitable.
Steve McQueen, además de excelente director tambíen notable guionista, se acerca a la descorazonadora historia de forma envolvente, mágnetica y más que sugerente. Sus potentes y cuidadas imágenes atrapan al espectador de tal forma que resulta imposible salirse de la historia por más que nos gustaría hacerlo en más de una ocasión ante la incomodidad provocada por la crudeza de lo que se está viendo. McQueen juega con el montaje en varias secuencias de forma absolutamente brillante consiguiendo momentos de cine prodigiosos poco habituales en una película de estas características, más preocupadas por el fondo que por la forma. Y aunque aquí la forma es poderosa, lo que verdaderamente da consistencia a Shame es el fondo.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ernesto
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