19/19(29/01/19) Clásico de animación de la casa Disney, que el tiempo ha arrugado, envejecido este su decimosexto largometraje y último (y última adaptación de la productora sobre un cuento de hadas hasta 30 años después con “la Sirenita”) que produciría en vida Walt Disney (para los almerienses un mojaquero más) fue una adaptación del cuento popular “La bella durmiente” en la versión de Perrault (1697), guionizado por Erdman Penner (“La Cenicienta” o “Peter Pan”), bajo la dirección de Les Clark , Eric Larson y Wolfgang Reitherman, supervisados por Clyde Gernimi (“La cenicienta” o “Alicia en el país de las Maravillas”), alterando ciertos aspectos y cambiando algunos episodios (el carácter de Maléfica, la cantidad de hadas o la invención de los esbirros de la villana), mezclando terror, drama, romance y aventuras. Fue la primera película grabada en SuperTechnirama 70, esto para poder apreciar la espectacular animación (concretamente los fondos). La banda sonora utilizada fue la del ballet (La Bella Durmiente) de la partitura musical y canciones de la película, que presentan el trabajo de la Orquesta Sinfónica de Graunke bajo la dirección de George Bruns (reduciendo este la duración de más de tres horas a 80 minutos), son arreglos o adaptaciones de los números del ballet de “La Bella Durmiente” de 1890 de PyotrIlyich Tchaikovsky (del cual se adopta el nombre de Aurora para la princesa). Sin embargo, a diferencia de los largometrajes anteriores, este fue el primer largometraje de Disney que no tenía el mismo material de animación de fondo, sino el nuevo material. Primera vez que Disney utilizaba los diseños de un animador, el artista e ilustrador neoyorkino Eyvind Earle (“Peter Pan” o “La dama y el vagabundo”), diseñador también de la producción, hubo una labor en animación especial en los fondos y decorados, marcando la línea el reputado ilustrador, bajo la influencia de grandes de la pintura como Durero, Van Eyck, Botticelli o Brueghel, en un juego de contrastes entre los personajes y los fondos extraordinario, Disney quería que la película fuese como un tapiz en movimiento, que el espectador tuviese la sensación de estar viendo un cuadro que cobrase vida. La cinta fue nominada, con el Oscar a la Banda Sonora de un Musical, película reconocida por el American Film Institute en estas listas: 2003- 100 años de AFI. 100 héroes y villanos; Maléfica - Villano Nominado/2006; Los mejores musicales de AFI, nominados/ 2008: Los 10 mejores 10 de AFI, Película de animación nominada. Fue un fracaso taquillero, recaudando solo la mitad del presupuesto (6 millones de dólares de entonces), poniendo a la compañía del logo del ratón al borde de la bancarrota, marcando un antes y después, siendo la última película en la compañía que empleaba el (costoso) entintado a mano. Los siguientes títulos se realizarían bajo la técnica del xerografiado, técnica que acabaría convirtiéndose también en sello de identidad durante varios años pero rebajaba muchísimo el resultado y calidad final de la animación.

“Se apostó por dejar a un lado redondez del trazo en diseño de personajes y emplear dibujo más estilizado, mucho más elegante y sofisticado, de líneas marcadas y mucho más angulares. Se puede ver como la figura de los humanos es mucho más delgada en las mujeres y mucho más remarcada en los hombres. Incluso se remarca y acentúa el trazo grueso en contornos y anatomía de secundarios como, por ejemplo, los animales del bosque. Para Aurora se recurrió a la actriz Audrey Hepburn por su extrema delgadez y a la actriz Helene Stanley para los movimientos y acciones.”

Es un relato rebosante de encanto infantil, parece estemos viendo un cuento ilustrado con mucho mimo, ello en un argumento lleno de sencillez, que mezcla drama, terror, aventuras, fantasía, romanticismo, sazonado con los clásicos toques de humor disneyano, donde como casi siempre los animales son tan importantes para sacar una sonrisa al espectador más pequeño. Una obra que destaca sobre todo en sus viñetas visuales, en el bello comienzo en el bautizo de la princesa en palacio, con coros celestiales entonando el “Hail to the Princess Aurora” de George Bruns, en ese lobby grandioso cual catedral, con esa entrada mágica de las tres hadas cual rayos de luz solar a través de las cristaleras, concediéndole de regalo dones (kitsch) con los acordes a coro del “One gift” también de Bruns, y con el clímax de la aparición espectral e impactante de la bruja Maléfica; está el bucólico tramo en la cabaña en el bosque, con el enternecedor encuentro de Aurora con el Príncipe y su baile enamorador entre animalitos; para en el último tramo entrar en la zona de terror, donde la acción, las luchas y duelos se suceden en un ambiente bélico; estos diferentes tonos tienen sus leit-motives cromáticos, con el humor con el rosa y el azul (running-gag de choque entre hadas), el terror es reflejado con el color verde-ácido espectral.

Pero con respecto a otras versiones de cuentos este cae en simplismo, donde solo prima el eterno enfrentamiento entre el Bien y el Mal, no hay subcapas sobre lecciones morales como las había en “Blancanieves y…”, en “Pinocho”, o “Dumbo”, aquí no capas, todo es diáfano, sin matices, es más si acaso se puede destacar es la “loa” que se hace a la belleza por encima de la inteligencia, el atributo que se destaca de la pasiva Aurora no es que su picardía, ingenio, o rebeldía contra la opresión, su rol es más plano que una mesa y no tiene más virtud que su beldad, de hecho en el colmo del culto a lo banal las hadas le regalan la Belleza y una voz melodiosa, el cerebro está sobrevalorado para las mujeres (puaj!), lo cual es algo muy rancio y envejecido como enseñanza a las niñas, no importa lo culta que seas mientras seas guapa, y no te rebeles contra el despotismo (un matrimonio de conveniencia acordado cuando ella nació) y las injusticias, se dócil y acepta tu sino (puaj!)… (sigue en spoiler)