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Voto de TOM REGAN:
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Drama
Walter Lee Younger, un joven negro que vive en un pequeño apartamento en Chicago con su mujer, su hijo, su hermana y su madre, no puede evitar sentirse como si fuera un prisionero. Pero, un día, surge en su vida una oportunidad inesperada gracias a un cheque de 10.000 dólares. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
139/36(30/04/22) Atractivo y valiente (por lo innovador de la raza de los protagonistas) drama familiar que cumple ahora medio siglo de su estreno (29/05/1961) y haciendo poco tiempo de la muerte del carismático protagonista Sidney Poitier (06/01/2022) dirigido por Daniel Petrie, que adapta el guión de Lorraine Hansberry (La dramaturga fue la primera mujer afroamericana en tener una obra de teatro en Broadway) que a su vez adapta su propia obra teatral homónima, siguiendo a una familia afroamericana trabajadora y humilde de Chicago, que aspira a mejorar su situación con la llegada de un cheque de 10,000 $ de un seguro de vida. La producción original de Broadway se estrenó en el Ethel Barrymore Theatre de la ciudad de Nueva York el 11 de marzo de 1959 y tuvo 530 funciones. Sidney Poitier, Claudia McNeil, Ruby Dee, Diana Sands, Ivan Dixon, Louis Gossett Jr (debutaría en cine con este papel) y John Fiedler recrean sus papeles en el escenario de la película, y todos ellos bordando sus roles en la traslación a la gran pantalla.
Los miembros de la familia Younger están anticipando un cheque de seguro de vida por un monto de $10,000 y cada uno de ellos tiene una idea de lo que le gustaría hacer con el dinero. La matriarca Lena Younger (Claudia McNeil) quiere comprar una casa para cumplir el sueño que compartió con su difunto esposo. Walter Lee (Sidney Poitier), su hijo, preferiría usar el dinero para invertir en una licorería, creyendo los ingresos pondrían fin a los problemas financieros de la familia. Ruth (Ruby Dee), la esposa de Walter, desea brindar más espacio y mejores oportunidades para su hijo Travis (Stephen Perry), está de acuerdo con Lena. A Beneatha (Diana Sands), la hija de Lena, le gustaría usar el dinero para pagar la matrícula de la escuela de medicina.
No se puede quitar la sensación el director de estar trasladando teatro al cine, pues el escenario cuasi-total es la sala de estar de un pequeño apartamento donde vive esta familia, esto se intenta sortear dando dinamismo a los personajes con mucha toma alargada sin cortes, donde se explayan con sus monólogos y diálogos sustanciosos en sentimientos, con los protagonistas una y otra vez se acercan a la cámara en desbordantes primeros planos, cual si ahí estuviera el espectador de la platea, ello para acentuar el dramatismo y empatizar el sufrimiento de los protagonistas. Pudiendo verse este piso como una especie de ‘prisión’ (claustrofóbica) que representa la opresión racial del exterior que no deja a estos seres tener algo más de libertad, que puede reflejar la nueva vivienda suburbana por comprar. Siendo lo crucial aquí las emociones que transmiten estos seres a la deriva, en lo que es una clara reivindicación de la superación de los problemas con la fuerza del núcleo familiar, una loa a las familias negras, atacando los prejuicios e intolerancia rancia de las clases acomodadas que no desean gente ‘diferente’ a su alrededor.
También se puede ver cómo un estudio del Sueño Americano, la sana aspiración de todo ser a tener más, pero en esta prole cada uno desea algo distinto, en lo que es un buen alegato y sobre todo valiente para ese tiempo sobre los derechos Civiles, tan en boga y efervescentes en aquellos años, con mucha manifestación y disturbios sociales en pos de la justa reivindicación de sus derechos contras el racismo. Asimismo se ahonda en los choques generacionales (reflejado en la beatería de la matriarca frente a su hija atea, que la progenitora ve como el veneno y ataca con ira) en los complejos hetero-patriarcales de que el Hombre debe ser el guía de la familia, donde en este caso la masculinidad de Walter está herida al no ser dueño de lo que quiere, lo es su madre.
Comienza de modo estimulante con la presentación de personajes (carácter) y situación, en una mañana donde esta familia se levantan a su modo, exponiendo las estrecheces en las que viven (el niño duerme en el sofá), pero reflehjando la ilusión en lo que está por llegar por correo, un talón de 10,000 $, donde cada uno (cual habitante de Villar del Rio) deposita sus ilusiones en un mañana mejor.
Para luego hundirnos en los vaivenes de los sueños que provoca el cheque, que cual maná de puede ser la solución a todos sus problemas (o no?). Ello siendo el pegamento de esta familia la matriarca encarnada por una sensacional y de enorme carácter Claudia McNeil, una fuerza de la naturaleza que domina la escena en cada secuencia, ve en el dinero un motivo de unir más a la familia, pero a la vez nota el peligro de que se pueda convertir en el Vellocino de Oro. Una presencia desbordante de personalidad, de una ética cristiana inquebrantable, orgullosa de su pasado, anhela un futuro mejor que el que ella tuvo para sus vástagos, arrolladora en su expresividad, en cómo se emociona y con ello nos lo hace a nosotros, apabullante la gama de sensaciones que emite.
Sidney Poitier está muy bien en su papel (rozando eso sí, el histrionismo) de castrado (por el poder de su madre) aspirante a patriarca, pretende ser la salvación familiar con su proyecto de licorería, compone a tipo que tras su determinación esconde inseguridad, cansado de su situación laboral, se siente marginado por su color de piel, sueña con multiplicar dinero, pero la vida nunca es lo que esperamos y entonces, en la frustración, en las malas, es cuando hay que demostrar la valentía y la personalidad, teniendo una fase de autodestrucción (alcohólica) y ahí es donde lo vemos en el clímax en su enfrentamiento con el (sibilino) Mal. En realidad, si lo analizas es un tipo acomplejado, que sueña con que la madre lo saque de su situación empeñando el futuro familiar en él, y cuando lo hace resulta que es engañado (él también ha engañado a la madre con lo que debe hacer con la plata, al no guardar para la carrera de su hermana Beneatha) y se siente aún más castrado, un tipo no muy de fiar;
Los miembros de la familia Younger están anticipando un cheque de seguro de vida por un monto de $10,000 y cada uno de ellos tiene una idea de lo que le gustaría hacer con el dinero. La matriarca Lena Younger (Claudia McNeil) quiere comprar una casa para cumplir el sueño que compartió con su difunto esposo. Walter Lee (Sidney Poitier), su hijo, preferiría usar el dinero para invertir en una licorería, creyendo los ingresos pondrían fin a los problemas financieros de la familia. Ruth (Ruby Dee), la esposa de Walter, desea brindar más espacio y mejores oportunidades para su hijo Travis (Stephen Perry), está de acuerdo con Lena. A Beneatha (Diana Sands), la hija de Lena, le gustaría usar el dinero para pagar la matrícula de la escuela de medicina.
No se puede quitar la sensación el director de estar trasladando teatro al cine, pues el escenario cuasi-total es la sala de estar de un pequeño apartamento donde vive esta familia, esto se intenta sortear dando dinamismo a los personajes con mucha toma alargada sin cortes, donde se explayan con sus monólogos y diálogos sustanciosos en sentimientos, con los protagonistas una y otra vez se acercan a la cámara en desbordantes primeros planos, cual si ahí estuviera el espectador de la platea, ello para acentuar el dramatismo y empatizar el sufrimiento de los protagonistas. Pudiendo verse este piso como una especie de ‘prisión’ (claustrofóbica) que representa la opresión racial del exterior que no deja a estos seres tener algo más de libertad, que puede reflejar la nueva vivienda suburbana por comprar. Siendo lo crucial aquí las emociones que transmiten estos seres a la deriva, en lo que es una clara reivindicación de la superación de los problemas con la fuerza del núcleo familiar, una loa a las familias negras, atacando los prejuicios e intolerancia rancia de las clases acomodadas que no desean gente ‘diferente’ a su alrededor.
También se puede ver cómo un estudio del Sueño Americano, la sana aspiración de todo ser a tener más, pero en esta prole cada uno desea algo distinto, en lo que es un buen alegato y sobre todo valiente para ese tiempo sobre los derechos Civiles, tan en boga y efervescentes en aquellos años, con mucha manifestación y disturbios sociales en pos de la justa reivindicación de sus derechos contras el racismo. Asimismo se ahonda en los choques generacionales (reflejado en la beatería de la matriarca frente a su hija atea, que la progenitora ve como el veneno y ataca con ira) en los complejos hetero-patriarcales de que el Hombre debe ser el guía de la familia, donde en este caso la masculinidad de Walter está herida al no ser dueño de lo que quiere, lo es su madre.
Comienza de modo estimulante con la presentación de personajes (carácter) y situación, en una mañana donde esta familia se levantan a su modo, exponiendo las estrecheces en las que viven (el niño duerme en el sofá), pero reflehjando la ilusión en lo que está por llegar por correo, un talón de 10,000 $, donde cada uno (cual habitante de Villar del Rio) deposita sus ilusiones en un mañana mejor.
Para luego hundirnos en los vaivenes de los sueños que provoca el cheque, que cual maná de puede ser la solución a todos sus problemas (o no?). Ello siendo el pegamento de esta familia la matriarca encarnada por una sensacional y de enorme carácter Claudia McNeil, una fuerza de la naturaleza que domina la escena en cada secuencia, ve en el dinero un motivo de unir más a la familia, pero a la vez nota el peligro de que se pueda convertir en el Vellocino de Oro. Una presencia desbordante de personalidad, de una ética cristiana inquebrantable, orgullosa de su pasado, anhela un futuro mejor que el que ella tuvo para sus vástagos, arrolladora en su expresividad, en cómo se emociona y con ello nos lo hace a nosotros, apabullante la gama de sensaciones que emite.
Sidney Poitier está muy bien en su papel (rozando eso sí, el histrionismo) de castrado (por el poder de su madre) aspirante a patriarca, pretende ser la salvación familiar con su proyecto de licorería, compone a tipo que tras su determinación esconde inseguridad, cansado de su situación laboral, se siente marginado por su color de piel, sueña con multiplicar dinero, pero la vida nunca es lo que esperamos y entonces, en la frustración, en las malas, es cuando hay que demostrar la valentía y la personalidad, teniendo una fase de autodestrucción (alcohólica) y ahí es donde lo vemos en el clímax en su enfrentamiento con el (sibilino) Mal. En realidad, si lo analizas es un tipo acomplejado, que sueña con que la madre lo saque de su situación empeñando el futuro familiar en él, y cuando lo hace resulta que es engañado (él también ha engañado a la madre con lo que debe hacer con la plata, al no guardar para la carrera de su hermana Beneatha) y se siente aún más castrado, un tipo no muy de fiar;
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...Ruby Dee da vida a Ruth, la esposa, es la abnegada y cariñosa ama de casa que termina sintiéndose apartada del egoísmo de su esposo y en el peor momento piensa en abortar, siendo en este sentido un gran acercamiento a las mujeres que lo piensan como modo de escapar del miedo al futuro, muy adelantado este tema a su tiempo, chapeau!; Diana Sands como la idealista Beneatha resulta radiante en las ganas de vivir que transmite, ella es el ejemplo del embrujo por el pasado africano, obnubilada por lo que le transmite su pretendiente, Joseph Asagai (buen Ivan Dixon) sueña con ser médica y viajar a Nigeria para reencontrarse con sus raíces (no creo que el cambio de Chicago por Nigeria sea a mejor; la gente huye de África y los del mundo occidental no emigran al tercer Mundo, y menos creyendo es el Edén en la Tierra).
Tramo catárquico circular es cuando reciben la visita la familia de Mark Lindner (sibilino y serpentil en el mejor de los sentido John Fielder), enviado por la asociación de vecinos del barrio donde pretenden mudarse, este ratonil tipo viene con dulces palabras que esconden un soterrado racismo vomitivo a comprarles la casa para no ‘se encuentren fuera de lugar’ en un barrio blanco ¿?. La primera visita se produce cuando la familia está en la cresta de la ola de la felicidad, todos, y la segunda visita es el clímax del film, es donde se debe dar el mensaje para bien o mal del relato, y se produce con gran vigor, aunque algo de sobreactuación. Aunque acomodaticio rewsulta una satisfactoria conclusión de esperanza; Esta situación la sufrió en sus carnes Hansberry, su familia se integró en un vecindario blanco a fines de la década de 1930 bajo amenazas de violencia y su padre estuvo involucrado en un caso que desafiaba las restricciones raciales de vivienda que llegaron hasta el final al Tribunal Supremo.
Ruby Dee ganó el Premio de la Junta Nacional de Revisión a la Mejor Actriz de Reparto. Tanto Poitier como McNeil fueron nominados a los Globos de Oro, ella también lo fue en los BAFTA, y el director Petrie recibió un "Premio Gary Cooper" especial en el Festival de Cine de Cannes de 1961. En 2005, la película fue seleccionada para su conservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".
El título de la obra de Lorraine Hansberry “A Raisin in the Sun”, proviene del poema de Langston Hughes "Harlem", que plantea la pregunta mordaz: "Qué le sucede a un sueño aplazado... Se seca / como una pasa al sol?” Hughes pregunta: “O se pudre como una llaga y luego corre?”.
‘Ruth descubre que está embarazada y, por temor a que otro hijo se sume a las presiones financieras, considera hacerse un aborto. Walter no se opone, pero Lena se opone rotundamente y dice: "Pensé que les dábamos vida a los niños, no que se la quitábamos".’
Sugestivo melodrama, reivindicable en los valores que reivindica. Gloria Ucrania!!!
Tramo catárquico circular es cuando reciben la visita la familia de Mark Lindner (sibilino y serpentil en el mejor de los sentido John Fielder), enviado por la asociación de vecinos del barrio donde pretenden mudarse, este ratonil tipo viene con dulces palabras que esconden un soterrado racismo vomitivo a comprarles la casa para no ‘se encuentren fuera de lugar’ en un barrio blanco ¿?. La primera visita se produce cuando la familia está en la cresta de la ola de la felicidad, todos, y la segunda visita es el clímax del film, es donde se debe dar el mensaje para bien o mal del relato, y se produce con gran vigor, aunque algo de sobreactuación. Aunque acomodaticio rewsulta una satisfactoria conclusión de esperanza; Esta situación la sufrió en sus carnes Hansberry, su familia se integró en un vecindario blanco a fines de la década de 1930 bajo amenazas de violencia y su padre estuvo involucrado en un caso que desafiaba las restricciones raciales de vivienda que llegaron hasta el final al Tribunal Supremo.
Ruby Dee ganó el Premio de la Junta Nacional de Revisión a la Mejor Actriz de Reparto. Tanto Poitier como McNeil fueron nominados a los Globos de Oro, ella también lo fue en los BAFTA, y el director Petrie recibió un "Premio Gary Cooper" especial en el Festival de Cine de Cannes de 1961. En 2005, la película fue seleccionada para su conservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".
El título de la obra de Lorraine Hansberry “A Raisin in the Sun”, proviene del poema de Langston Hughes "Harlem", que plantea la pregunta mordaz: "Qué le sucede a un sueño aplazado... Se seca / como una pasa al sol?” Hughes pregunta: “O se pudre como una llaga y luego corre?”.
‘Ruth descubre que está embarazada y, por temor a que otro hijo se sume a las presiones financieras, considera hacerse un aborto. Walter no se opone, pero Lena se opone rotundamente y dice: "Pensé que les dábamos vida a los niños, no que se la quitábamos".’
Sugestivo melodrama, reivindicable en los valores que reivindica. Gloria Ucrania!!!