Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Ciencia ficción La vida transcurre plácidamente en una megalópolis del siglo XXIII. Sus habitantes dedican la mayor parte del tiempo a gozar de los placeres de la vida y frecuentan tiendas en las que pueden cambiar de personalidad y aspecto físico, gracias a la cirugía plástica instantánea. Sin embargo, al cumplir los 30 años, deben morir. Logan, un policía encargado de cazar a los que huyen de la muerte, decide también rebelarse y huir hacia el ... [+]
10 de mayo de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
69/16(29/04/19) Fallido film de ciencia-ficción realizado por Michael Andersen con guión de David Zelag Goodman (“Perros de paja”), una narración con un tremendo potencial que podría haber sido una gran oportunidad de explorar “El Mito de la Caverna de Platón”, y se queda en una plúmbea y sobrevalorada y muy envejecida distopía, con más agujeros que el coche de Sonny Corleone, con unos diálogos simplones, unos personajes más planos que el encefalograma de Tutankamon, con unas personalidades más infantiles que Peter Pan, y un relato naif, kitsh y psicodélico hijo de su década de otras muchas distopias refrito como “El planeta de los simios”, “1984”, “Metrópolis” o “Cuando el destino nos alcance”, coronado por unas actuaciones low-cost, donde prima más la escasa ropa femenina que transmitir sentimiento alguno. Producida por Metro Goldwyn Mayer, la película utiliza solo la premisa básica de la novela de 1967 de William F. Nolan y George Clayton Johnson, que todos deben morir a una edad determinada y que Logan escapa con una compañera. Después de los intentos abortados de adaptar la novela, se hicieron cambios en la historia, que incluyen aumentar la edad del “último día” de 21 a 30 años y presentar la idea de “Carrusel” para eliminar a los de 30 años. Su filmación estuvo marcada por desafíos de efectos especiales en la representación de Carrousel y el uso innovador de hologramas y lentes de gran angular. Historia sobre una futura sociedad utópica en la superficie, donde la población y el consumo de recursos se mantienen en equilibrio eliminando a todos los que llegan a la edad de treinta años. Fue la última en su categoría en hacer uso de las técnicas tradicionales en efectos especiales de matte shorts (pinturas de fondo), maquetas, miniaturas y efectos fotográficos, ganando tres Oscar en este apartado y siendo galardonada también por la dirección artística de Dale Hennesy. Desde entonces y hasta ahora las películas del género que se han ido haciendo tras “La Guerra de las Galaxias” (1977) presentan una evolución técnica más allá de lo que sus responsables se hubiesen podido imaginar en aquella época. Visionados hoy día estos efectos resultan superados, incluso anticuados, es lo que, por desgracia, esta película con el paso del tiempo ha envejecido peor que otros títulos de su género. La película ganó un Premio de la Academia Especial por sus efectos visuales y seis Premios Saturno, incluida la Mejor Película de Ciencia Ficción. En 1977, se emitió una serie de televisión, aunque solo se produjeron 14 episodios.

En el año 2274, los restos de la civilización humana viven en una ciudad sellada contenida debajo de un grupo de cúpulas geodésicas, lugar utopía dirigida por una computadora que se ocupa de todos los aspectos de la vida, incluida la reproducción. Los ciudadanos viven un hedonista vida, pero para evitar la sobrepoblación dentro de sus recursos limitados, todos deben someterse al rito de “Carrusel” cuando llegan a la edad de 30 años. Allí, son eliminados bajo el disfraz de ser “renovados”. Para rastrear esto, cada persona es implantado al nacer con un cristal de “reloj de la vida” en la palma de la mano que cambia de color a medida que envejecen y comienza a parpadear cuando se acercan a su “Último día”. La mayoría de los residentes aceptan esta promesa de renacimiento, pero los que no lo hacen y el intento de huir de la ciudad se conocen como “Corredores”. Un equipo de élite de policías conocido como “Sandmen”, equipado con uniformes predominantemente negros y sirviendo en una agencia de la ciudad llamada “Deep Sleep”, se asigna para perseguir y terminar a los Corredores como tratan de escapar. Las personas visten las reglamentarias leotardos y minifaldas futuristas, y se deslizan por enormes espacios interiores que parecen edificios modernos (estas escenas fueron filmadas en lugares modernos en Texas). Parece que no comen nada, aunque beben cosas que aparentemente son nutritivas, y cuando tienen ganas de tener relaciones sexuales, simplemente se conectan en un cruce entre un tele-transportador y un servicio de citas por computadora y se materializan en las habitaciones de los demás. La única pega en esta idílica existencia es lo mencionado de que nadie puede vivir más de 30 años.

La cinta explora el conformismo de vivir en hedonista existencia frente a rebelarse frente a la imposición de que tu vida sea teledirigida, donde la libertad individual es manipulada, algo muy orwelliano (1984). Se hace una crítica al culto a la juventud, a su despreocupación, se arremete contra los peligros de jugar políticamente con la eutanasia (como se hacía en el film de 1973 “Soylent Green”), contra la libertad sexual por su impersonalidad fría (el modo arbitrario en que se empareja a la gente recuerda a las webs de coitas actuales, aunque se agradece el modo tolerante en que se toca el lesbianismo), pero todo esto es tratado de modo infantil, propio de clase de parvulario, sin intensidad alguna, con las diferentes situaciones discurriendo por imperativo del mediocre e inconexo guión. Y eso que la idea prometía, tenía mucho potencial, pero todo queda reducido a un thriller simplón, con una acción pobre, con la aparición de un robot (Box, con el actor Roscoe Lee Brown en su interior) de vergüenza ajena, propio de un sketch malo José Mota, adornado por personajes acartonados. Más en spoiler.

La puesta en escena rezuma estilo hippy propio de los setenta, con esos atuendos para hombres con leotardos y con vestiditos túnicas sexys para mujeres; El diseño de producción Dale Hennesy (“El jovencito Frankenstein” o “King Kong”), se utilizaron nueve sets de sonido en MGM en Culver City, California, donde se aloja una ciudad en miniatura entre las más grandes de su tipo construida hasta la fecha… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow