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Voto de TOM REGAN:
6
5.8
7,318
Bélico. Drama. Acción
Año 1942, Segunda Guerra Mundial. Después del devastador ataque sorpresa que destruyó Pearl Harbor, la Armada Imperial Japonesa se prepara para un nuevo ataque. Pero el Almirante Nimitz (Woody Harrelson) y Dick Best (Ed Skrein), el mejor piloto de la armada estadounidense, preparan un contraataque al imponente ejército japonés. Así, Best encabezará un ataque masivo que hará que Japón se dé cuenta de su error. Una decisión que cambió el ... [+]
17 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
313/24(16/09/20) Aparatosa superproducción del hermano ‘bastardo’ de Michael Bay, el realizador afincado en Hollywood, el germano Roland Emerich (dirigida y producida), que como buen inmigrante hace méritos una vez tras otra para demostrar su ‘patriotismo’ estadounidense, poniendo una y otra vez a sus habitante contra las cuerdas, para luego loar su valentía y arrojo para salir de las dificultades, como demostró en “El patriota”, Independence Day”, o “El día de mañana”. En esta ocasión se centra en la Segunda Guerra Mundial en el escenario del Pacífico, abarcando (tras el prólogo en 1937) los seis meses que transcurrieron entre el Ataque Japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 y la Batalla de Midway acaecida entre el 4 y 7 de junio de 1942, con lo que podría haberse titulado “De Pearl Harbor a Midway”, pero este nombre ya estaba cogido por otra película poco conocida, pero englobando el mismo arco temporal y situaciones pero desde la visión japonesa y es que fue una producción del país oriental del 1960.
La batalla de Midway fue el punto de inflexión en el teatro bélico del Pacífico, y es el clímax de la película que guioniza el novel en la materia Wes Tooke, que quiere ser un homenaje a los soldados de los dos bandos en contienda (al menos así lo remarcan al final en una sobreimpresión), quiere ser imparcial mostrando a los rivales norteamericanos, los japoneses (aunque ni mucho menos equitativamente, la balanza esta claramente de los de las Barras y estrellas), no como caricaturas de villanos, si no como personas inteligentes, que dudaban, que tiene fuertes sentimientos del deber, epítome el carismático Almirante Yamamoto. Como clase de historia gustará por lo bien que sintetiza los aconmtecimientos, relatando la génesis del conflicto, el ataque sorpresa a Pearl Harbour, los 30 segundos sobre Tokyo, hasta llegar a Midway, y como en la trastienda se mueve el espionaje (descifrado de mensajes), la burocracia militar y las estrategias bélicas.
Emmerich demuestra que lo suyo es la acción, el hacernos involucrar en el fragor de la batalla, gracias a los sensacionales efectos visuales coordinados por Eric Rylander (“Abyss”, “Spider-Man” o “Oblivion”), en miscelánea con la cinematografía arenosa de Robby Baumgartner (“The Guest” o “Blindspotting”), sumado a la electrizante edición de Adam Wolfe (“Asalto al poder” o “Independence Day”), para una inmersión apabullante cuasi- en primera persona descendemos en picado entre un una telaraña infinito de disparos intentando llegar al objetivo y destruirlo, acciones temerarias cercanas al suicidio, con duelos de cazas impresionantes en los cielos, donde los héroes se hacen de carne y hueso cual cowboys contra los indios se lanzan cual cohetes en pos de su objetivo, apasionados de lo que hacen y con un sentido del deber entrelazado a sus sentimientos patrióticos vigorosos, siendo epítome de esto el piloto Dick Best (Ed Skrein), ni apropósito el apellido. Creándose un espectáculo dantesco de lo que fue la batalla naval más grande de la historia, con tomas panorámicas que parecen el mismo Infierno en el mar. Donde curiosamente por primera vez en la historia los barcos enemigos no llegan a verse entre ellos, aquí no había cañones disparando unos a otros, estos son sustituidos aquí por los aviones de combate, en el futuro igual son drones. Por supuesto que todo huele a CGI, en muchos momentos a videojuego, pero es que estos también han llegado a un nivel de realismo acongojante.
Ello para una cinta que quiere tocar demasiadas subtramas y además dar algo de alma a los protagonistas, y termina apretando poco. Donde los personajes americanos resultan clichés planos, sin dudas, sin dilemas morales, tipos de una nota, donde tampoco las actuaciones son nada destacables, donde los diálogos resultan bastante tópicos, el director no consigue generar tensión dramática al no empatizarse con los personajes arquetípicos, sin indagación alguna psicológica, y es que para conectar con la acción primero debe importarte lo que les pase a los contendientes, y aquí eso aquí es inexistente, la acción es espectacular pero carente de fondo sentimental. Tampoco la película se acerca a mostrar el horror de la muerte en guerra, es algo que se ve marginalmente, vemos explosiones, tiroteos, bombas, torpedos, pero el Horror de la Muerte es algo que se extirpa, no pretendiendo ser un alegato anti-bélico, glorificando el heroísmo cercenando asépticamente la angustia de las consecuencias, hace poco vi “pabellón de oficiales” que es precisamente la contraparte a esto que comento. Posee un coral elenco un tanto desigual (todos representando a personas reales) un elenco Ed Skrein, Patrick Wilson, Luke Evans, Aaron Eckhart, Nick Jonas, Mandy Moore, Dennis Quaid, Darren Criss, Tadanobu Asano y Woody Harrelson.
En diciembre de 1937 en Tokio, el oficial de inteligencia agregado naval de los EE. UU., el teniente comandante Edwin T. Layton (Patrick Wilson) y su homólogo están discutiendo las posiciones de EE. UU. Y Japón en el Océano Pacífico durante una función estatal. Layton es advertido por el almirante Isoroku Yamamoto (Etsushi Toyokawa) de que si el suministro de petróleo japonés se ve amenazado por Estados Unidos, los japoneses tomarán medidas inmediatas. El 7 de diciembre de 1941, los japoneses utilizaron su flota de portaaviones para atacar Pearl Harbor. El ataque lleva a Estados Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial. El teniente aviador naval Dick Best (Ed Skrein) y el Air Group (CAG) del portaaviones Enterprise no encuentra la flota de portaaviones japonesa, exacerbando su rivalidad con su oficial al mando, el teniente comandante Eugene E. Lindsey (Darren Criss).
La batalla de Midway fue el punto de inflexión en el teatro bélico del Pacífico, y es el clímax de la película que guioniza el novel en la materia Wes Tooke, que quiere ser un homenaje a los soldados de los dos bandos en contienda (al menos así lo remarcan al final en una sobreimpresión), quiere ser imparcial mostrando a los rivales norteamericanos, los japoneses (aunque ni mucho menos equitativamente, la balanza esta claramente de los de las Barras y estrellas), no como caricaturas de villanos, si no como personas inteligentes, que dudaban, que tiene fuertes sentimientos del deber, epítome el carismático Almirante Yamamoto. Como clase de historia gustará por lo bien que sintetiza los aconmtecimientos, relatando la génesis del conflicto, el ataque sorpresa a Pearl Harbour, los 30 segundos sobre Tokyo, hasta llegar a Midway, y como en la trastienda se mueve el espionaje (descifrado de mensajes), la burocracia militar y las estrategias bélicas.
Emmerich demuestra que lo suyo es la acción, el hacernos involucrar en el fragor de la batalla, gracias a los sensacionales efectos visuales coordinados por Eric Rylander (“Abyss”, “Spider-Man” o “Oblivion”), en miscelánea con la cinematografía arenosa de Robby Baumgartner (“The Guest” o “Blindspotting”), sumado a la electrizante edición de Adam Wolfe (“Asalto al poder” o “Independence Day”), para una inmersión apabullante cuasi- en primera persona descendemos en picado entre un una telaraña infinito de disparos intentando llegar al objetivo y destruirlo, acciones temerarias cercanas al suicidio, con duelos de cazas impresionantes en los cielos, donde los héroes se hacen de carne y hueso cual cowboys contra los indios se lanzan cual cohetes en pos de su objetivo, apasionados de lo que hacen y con un sentido del deber entrelazado a sus sentimientos patrióticos vigorosos, siendo epítome de esto el piloto Dick Best (Ed Skrein), ni apropósito el apellido. Creándose un espectáculo dantesco de lo que fue la batalla naval más grande de la historia, con tomas panorámicas que parecen el mismo Infierno en el mar. Donde curiosamente por primera vez en la historia los barcos enemigos no llegan a verse entre ellos, aquí no había cañones disparando unos a otros, estos son sustituidos aquí por los aviones de combate, en el futuro igual son drones. Por supuesto que todo huele a CGI, en muchos momentos a videojuego, pero es que estos también han llegado a un nivel de realismo acongojante.
Ello para una cinta que quiere tocar demasiadas subtramas y además dar algo de alma a los protagonistas, y termina apretando poco. Donde los personajes americanos resultan clichés planos, sin dudas, sin dilemas morales, tipos de una nota, donde tampoco las actuaciones son nada destacables, donde los diálogos resultan bastante tópicos, el director no consigue generar tensión dramática al no empatizarse con los personajes arquetípicos, sin indagación alguna psicológica, y es que para conectar con la acción primero debe importarte lo que les pase a los contendientes, y aquí eso aquí es inexistente, la acción es espectacular pero carente de fondo sentimental. Tampoco la película se acerca a mostrar el horror de la muerte en guerra, es algo que se ve marginalmente, vemos explosiones, tiroteos, bombas, torpedos, pero el Horror de la Muerte es algo que se extirpa, no pretendiendo ser un alegato anti-bélico, glorificando el heroísmo cercenando asépticamente la angustia de las consecuencias, hace poco vi “pabellón de oficiales” que es precisamente la contraparte a esto que comento. Posee un coral elenco un tanto desigual (todos representando a personas reales) un elenco Ed Skrein, Patrick Wilson, Luke Evans, Aaron Eckhart, Nick Jonas, Mandy Moore, Dennis Quaid, Darren Criss, Tadanobu Asano y Woody Harrelson.
En diciembre de 1937 en Tokio, el oficial de inteligencia agregado naval de los EE. UU., el teniente comandante Edwin T. Layton (Patrick Wilson) y su homólogo están discutiendo las posiciones de EE. UU. Y Japón en el Océano Pacífico durante una función estatal. Layton es advertido por el almirante Isoroku Yamamoto (Etsushi Toyokawa) de que si el suministro de petróleo japonés se ve amenazado por Estados Unidos, los japoneses tomarán medidas inmediatas. El 7 de diciembre de 1941, los japoneses utilizaron su flota de portaaviones para atacar Pearl Harbor. El ataque lleva a Estados Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial. El teniente aviador naval Dick Best (Ed Skrein) y el Air Group (CAG) del portaaviones Enterprise no encuentra la flota de portaaviones japonesa, exacerbando su rivalidad con su oficial al mando, el teniente comandante Eugene E. Lindsey (Darren Criss).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Comienza en Japón en 1937, en una cena formal donde los japoneses El agregado naval estadounidense Edwin T. Layton (Patrick Wilson) y el almirante japonés Isoroku Yamamoto (Etsushi Toyokawa), educado en Harvard, se escabullen para un debatir sobre la latente guerra que se avecina, antes de lanzarse al ataque a Pearl Harbor, lo que le da a Yamamoto la oportunidad de presagiar un poco más mientras entona: "Me temo que todo lo que hemos hecho es despertar a un gigante dormido y llenarlo con una resolución terrible". (frase frecuentemente citada, también apareció en “Pearl Harbor”, inventada para “Tora! Tora! Tora!” por el guionista Larry Forrester).
Ed Skrein interpreta al heroico Dick Best resulta bastante monótono, siendo el centro emocional de la batalla resulta errado por lo poco que transmite. Se le quiere dar hondura dramática en su relación con la inane Mandy Moore ( único rol femenino con entidad en la película), pero esto resulta un mal parche, pues no hay dimensión dramática alguna en esto, ni química alguna que fluya entre ellos; Paradójicamente Nick Jonas da vida a su personaje, le infunde carácter dejando una buena impresión como Bruno Gaido; Dennis Quaid paree metido con calzador en la película, todo el tiempo rascándose y con mala cara, para ser apartado sin papel alguno en la Batalla, totalmente eliminable; Aaron Eckhart como el teniente coronel Jimmy Doolittle, que dirigió el ataque simbólicamente crucial (pero militarmente insignificante) contra Tokio, solo para terminar rescatado por los chinos, como siempre el actor da frescura en sus actuaciones, lástima que esto esté metido con fórceps para contentar a los productores chinos de Shanghai Ruyi Entertainment, acentuado esto por la descolocante tarjeta de título descartada sobre los 235,000 civiles chinos que fueron asesinados por ayudar a Doolittle agrega un regusto simplista a su torpe inclusión; Woody Harrelson como Almirante Chester Nimitz cumple sin dejar huella alguna; Patrick Wilson como el analista de códigos Edwin T. Layton, causa notable desempeño exponiendo mundo interior y zozobra por lo que hace, teniendo ya una estimulante charla en el prólogo del film con el luego enemigo Almirante Yamamoto, el actor infunde inteligencia y poso de solemnidad a su personaje; Etsushi Toyokawa como Yamamoto está radiante en su rol serio de militar ascético que no cree en la guerra, peor que da todo de sí cuando es obligado a hacerla, destila experiencia y sabiduría.
Si bien la película requiere cierta licencia artística, Emmerich y Tooke se mostraron firmes en cuanto a ser históricamente precisos, y Midway recibió elogios de algunos veteranos de combate e historiadores por ser más preciso en los eventos que Midway (1976) y Pearl Harbor (2001). El director del Comando de Historia y Herencia Naval y contralmirante retirado de la Armada Sam Cox dijo: "A pesar de algunos de los aspectos de 'Hollywood', esta sigue siendo la película más realista sobre combate naval jamás realizada". Varios eventos aparentemente "hollywoodenses" representados en la película, como Bruno Gaido corriendo hacia un avión estacionado en un esfuerzo por derribar un avión averiado que intentaba estrellarse contra el Enterprise, y luego ser promovido en el lugar, ocurrieron como se muestra, aunque según USA Today, "Gaido se escondió después de derribar el avión, temiendo que se metiera en problemas por dejar su puesto de batalla. 'Tuvieron que cazarlo y llevarlo a Halsey", dice [Contralmirante retirado de la Marina de los EE. UU. Samuel J. Cox, director del Comando de Historia y Patrimonio Naval]"
Resulta divertido el guiño cinéfilo al famoso documental rodado pro John Ford durante la batalla con la inclusión de este en la figura de Geoffrey Blake, apareciendo en un par de escenas que resultan jugosas.
Me queda una película entretenida, pero falta de sustancia para tener trascendencia. Fuerza y honor!!!
Ed Skrein interpreta al heroico Dick Best resulta bastante monótono, siendo el centro emocional de la batalla resulta errado por lo poco que transmite. Se le quiere dar hondura dramática en su relación con la inane Mandy Moore ( único rol femenino con entidad en la película), pero esto resulta un mal parche, pues no hay dimensión dramática alguna en esto, ni química alguna que fluya entre ellos; Paradójicamente Nick Jonas da vida a su personaje, le infunde carácter dejando una buena impresión como Bruno Gaido; Dennis Quaid paree metido con calzador en la película, todo el tiempo rascándose y con mala cara, para ser apartado sin papel alguno en la Batalla, totalmente eliminable; Aaron Eckhart como el teniente coronel Jimmy Doolittle, que dirigió el ataque simbólicamente crucial (pero militarmente insignificante) contra Tokio, solo para terminar rescatado por los chinos, como siempre el actor da frescura en sus actuaciones, lástima que esto esté metido con fórceps para contentar a los productores chinos de Shanghai Ruyi Entertainment, acentuado esto por la descolocante tarjeta de título descartada sobre los 235,000 civiles chinos que fueron asesinados por ayudar a Doolittle agrega un regusto simplista a su torpe inclusión; Woody Harrelson como Almirante Chester Nimitz cumple sin dejar huella alguna; Patrick Wilson como el analista de códigos Edwin T. Layton, causa notable desempeño exponiendo mundo interior y zozobra por lo que hace, teniendo ya una estimulante charla en el prólogo del film con el luego enemigo Almirante Yamamoto, el actor infunde inteligencia y poso de solemnidad a su personaje; Etsushi Toyokawa como Yamamoto está radiante en su rol serio de militar ascético que no cree en la guerra, peor que da todo de sí cuando es obligado a hacerla, destila experiencia y sabiduría.
Si bien la película requiere cierta licencia artística, Emmerich y Tooke se mostraron firmes en cuanto a ser históricamente precisos, y Midway recibió elogios de algunos veteranos de combate e historiadores por ser más preciso en los eventos que Midway (1976) y Pearl Harbor (2001). El director del Comando de Historia y Herencia Naval y contralmirante retirado de la Armada Sam Cox dijo: "A pesar de algunos de los aspectos de 'Hollywood', esta sigue siendo la película más realista sobre combate naval jamás realizada". Varios eventos aparentemente "hollywoodenses" representados en la película, como Bruno Gaido corriendo hacia un avión estacionado en un esfuerzo por derribar un avión averiado que intentaba estrellarse contra el Enterprise, y luego ser promovido en el lugar, ocurrieron como se muestra, aunque según USA Today, "Gaido se escondió después de derribar el avión, temiendo que se metiera en problemas por dejar su puesto de batalla. 'Tuvieron que cazarlo y llevarlo a Halsey", dice [Contralmirante retirado de la Marina de los EE. UU. Samuel J. Cox, director del Comando de Historia y Patrimonio Naval]"
Resulta divertido el guiño cinéfilo al famoso documental rodado pro John Ford durante la batalla con la inclusión de este en la figura de Geoffrey Blake, apareciendo en un par de escenas que resultan jugosas.
Me queda una película entretenida, pero falta de sustancia para tener trascendencia. Fuerza y honor!!!