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Voto de TOM REGAN:
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Drama
Biografía de Emiliano Zapata (1879-1919), famoso revolucionario mexicano que sublevó a todo el país contra el gobierno dictatorial del Presidente Porfirio Díaz. Kazan intenta mostrar cómo los líderes revolucionarios se corrompen en cuanto alcanzan el poder. El guión lo firma nada menos que el escritor John Steinbeck ("Las uvas de la ira", "Al este del edén"). (FILMAFFINITY)
24 de mayo de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
258/15(31/12/12) Elia Kazan recrea los años que dieron fama al revolucionario mexicano Emiliano Zapata, regalándonos algunas escenas fascinantes. El 20 de Noviembre de 1910 comenzó en México la primera gran Revoluciones sociales del SXX, el escritor norteamericano John Steinbeck, adapta el libro de Edgcomb Pinchon, ‘Zapata Unquencorable’, la acción arranca en 1909 y acaba en 1919, se inicia con una delegación de campesinos del pueblo de Ayala que se entrevista con el presidente mexicano Porfirio Díaz (buen Fay Roppe) en su palacio de la capital, le exponen sus quejas sobre los privilegios que los terratenientes tienen y que les someten, Emiliano Zapata (gran Marlon Brando) está entre ellos y destaca por su vehemencia y fuerte carácter, Porfirio les da largas, esto provoca que Zapata junto a su hermano Eufemio (gran Anthony Quinn) lidere una rebelión campesina al Sur de México, al Norte hay otra en marcha, liderada por Pancho Villa (buen Alan Reed), la Revolución triunfa, Francisco Madero (buen Harold Gordon) toma el poder, desea reformas pero lentamente, siendo manipulado por el General Victoriano Huerta (buen Frank Silveira), y lo único que cambia son los nombres de los opresores. La historia es una exacerbación de la figura de Zapata, una cuasi-hagiografía, se pinta un líder orgulloso, incorruptible, noble, valiente, se muestra su alzamiento como la lucha por la libertad, la de las tierras para el que las trabaja, suena a comunista. Si rascas te das cuenta que es una distopía, el fruto de la revolución es más de lo mismo, ni el mismo era capaz de ofrecer lo que anhelaba, abandona el poder dejándolo a las hienas, lo deja darse cuenta de que se estaba convirtiendo en lo que odiaba, para volver a ser un revolucionario con una huída hacia ninguna parte, pues si volvía a ganar que haría? Volver a regalar el poder? Zapata, un campesino corriente que por su carisma enarbola con su mítico caballo blanco la bandera de la lucha contra la tiranía, contra el abuso de poder, entre medias se enamora de Josefa (correcta Jean Peters), al final se convierte en un mártir inmortal. Steinbeck imprime en los diálogos una intensidad sobresaliente, agudos, mordaces, incisivos, de un increscendo narrativo prodigioso para desembocar en un final que se recordaran por siempre, tanto que se ha plagiado-homenajeado en muchas ocasiones. Kazan dota la obra de un tremendo ritmo, emoción, pasión, una dirección de actores sobresaliente, con un reguero de secuencias que el subconsciente guardará, el comienzo en el palacio cuando entre los campesinos anónimos surge la voz de la desesperación de Zapata para atizar con la palabra, <Con la paciencia no se come> impresionante cuando es detenido Zapata, su hermano Eufemio golpea repetidas veces dos piedras, este gesto es repetidos por las gentes en gesto de homenaje al detenido, lo llevan unos soldados montados a caballo por los campos de Morelos mientras él anda amarrado por el cuello y las manos, por el camino decenas de campesinos surgen de todas partes, los rodean en una procesión estremecedora, trémula, la escena en que Zapata le expone a Madero la importancia de defender la tierra con armas exigiéndole el reloj apuntadle con el rifle, la escena de la noche de bodas, una lección de ambientación, de tempo narrativo, de fotografía claroscura, la cariñosa charla de Josefa con Zapata desborda ternura, escuchándose el jaleo y la fiesta afuera, con la preciosa canción de <Las mañanitas>, acabando con el grito desesperado de Zapata a su esposa, <No sé leer>, Josefa coge la Biblia, la abre por el Génesis y le lee para que aprenda, <En el comienzo Dios creó los Cielos y la Tierra …>, clara alegoría de la personalidad elegiaca de Zapata, está el intenso encuentro entre Pancho Villa/Alan Reed, actor que deja huella en su corta aparición, la escena que entronca con la del inicio por la que Zapata se da cuenta que el poder corrompe y renuncia a él, la escena del último y encuentro entre Eufemio y Zapata, Quinn demuestra ser un actor de raza, una fuerza de la naturaleza, y por supuesto su antológico final (spoiler), lo dicho, una hemorragia de secuencias de calidad. Elia Kazan dijo sentirse influenciado por el film de Roberto Rosselini ‘Paisa’, aunque donde se nota que ha bebido el realizador es de ‘Viva México!’ de Eissenstein, ayudado por la extraordinaria fotografía de Joseph MacDonald (‘My Darling Clementine’), jugando con el expresionismo, los contraluces, las sombras, con profusión de emocionantes primeros planos, también bebió del archivo de fotografías de la Revolución del más famoso fotoreportero mexicano, Agustín Víctor Casasola, esto dota a los fotogramas una autenticidad sublime. A esto se le suma la excelente música de Alex North (‘Espartaco’), mezclando doctamente el tono dramático con los temas populares mexicanos, sirviendo como gran canalizador de emociones.
El apartado de intérpretes es portentoso, Marlon Brando está imperial, su carisma es un tsunami que arrasa por donde pasa, su mirada penetrante es el espejo de su alma furiosa de justicia social, emana angustia, dolor, ilusión, pasión, amor, ello con un lenguaje gestual apabullante, evoca por momentos a un Mesías, el elegido para guiar a su pueblo, es una luz fulgurante, curiosas las opciones del productor Zanuck, su elección era Tyrone Power y Steinbek pretendía una estrella mexicana, Pedro Armendrariz. Anthony Quinn borda a un impetuoso hermano, de hecho fue óscar secundario por el rol. Jean Peters cumple bien, pero sobre todo destacaría al más complejo de los papeles, Alfredo Aguirre al que da vida un gran Joseph Wiseman, un tipo de gran ambigüedad y que representa a los arribistas que se acercan a los carismáticos personajes para ser unos alteradores pepitos grillo y que desde la sombra se aprovechan de la sangre de los idealistas.
Hay taras que restan mayor puntuación, el romance Zapata- Josefa se presenta muy estereotipado,… (Continua en spoiler por falta de espacio)
El apartado de intérpretes es portentoso, Marlon Brando está imperial, su carisma es un tsunami que arrasa por donde pasa, su mirada penetrante es el espejo de su alma furiosa de justicia social, emana angustia, dolor, ilusión, pasión, amor, ello con un lenguaje gestual apabullante, evoca por momentos a un Mesías, el elegido para guiar a su pueblo, es una luz fulgurante, curiosas las opciones del productor Zanuck, su elección era Tyrone Power y Steinbek pretendía una estrella mexicana, Pedro Armendrariz. Anthony Quinn borda a un impetuoso hermano, de hecho fue óscar secundario por el rol. Jean Peters cumple bien, pero sobre todo destacaría al más complejo de los papeles, Alfredo Aguirre al que da vida un gran Joseph Wiseman, un tipo de gran ambigüedad y que representa a los arribistas que se acercan a los carismáticos personajes para ser unos alteradores pepitos grillo y que desde la sombra se aprovechan de la sangre de los idealistas.
Hay taras que restan mayor puntuación, el romance Zapata- Josefa se presenta muy estereotipado,… (Continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
… los padres no quieren a su hija con Zapata, al ser este un líder acceden de interesadamente, no trago con las loas a los USA por su sistema político, en las antípodas de lo que ansiaba Zapata, una concesión al país de producción que chirría, y para mí la más importante es la ferviente idealización que se hace del protagonista, se le inviste de un aura mística, es un tipo si fisuras, es todo rectitud, no tiene aristas y esto mengua su humanización, a esto se le suma que su ideario político resulta demasiado esquemático, sobresaliendo lo que quieren pero no el camino a seguir, esto le resta los 2 puntos para ser un diez.
Nos queda una obra que exalta la lucha por lo que es justo, se arremete contra la burocracia tras la que se esconde la corrupción del poder y de los titiriteros que manipulan a los gobernantes. Fuerza y honor!!!
El año del estreno fue convulso para Elia Kazan, cayó en la bajeza moral de delatar a antiguos compañeros suyos del partido comunista (fue miembro del partido entre 1934 y 1936, 19 meses, dejándolo por estar en contra del estalinismo) ante el nefasto Comité de Actividades Norteamericanas, mandó a muchos colegas al ostracismo más absoluto, intentó justificarse a través del cine con ‘Fugitivos del terror rojo’ y la gran ‘La Ley del Silencio’ , pero el estigma le ha acompañado justamente toda su carrera, aunque su inteligencia y sabiduría a la hora de filmar no sufrió merma.
El Zapata real se aleja de la imagen de Marlon Brando, era un tipo bajito de ojos oscuros, en la cinta se sugiere que la Revolución fue por derrocar a Porfirio Diaz y alcanzar el poder, cuando fue para liberar la tierras de Morelos para los campesinos e igual para otras provincias, asimismo Zapata era un tipo sin escrúpulos que fusilaba en masa a sus enemigos sin temblarle el pulso, en este sentido Kazan dibuja a un Zapata bastante buenista para amoldarlo a su mensaje paternalista-moralista. Elia Kazan declaró que su propósito con el relato era plasmar una alegoría sobre lo que había ocurrido con los comunistas en la URSS, su utópico discurso degeneró en manos del sanguinario sátrapa Stalin.
Spoiler:
El tramo final es épico y brillante, Zapata es citado a una reunión con el General Guajardo (Frank De Kova), para entregarle a su gente retenida y darle armas, su mujer piensa es una trampa y que va a hacia la muerte, Zapata cree que debe ir para bien o para mal, llega a la hacienda en Chimeneca en solitario, Guajardo le ofrece su caballo blanco extraviado, está en el centro del patio, se acerca feliz a acariciarlo, derrocha amor hacia él, lo considera su espíritu indomable, Guajardo se separa despacio de los dos, alza su sable en alto, el caballo relincha y se altera, por los terrados, encima de los muros, por todas partes se materializan soldados con rifles, le apuntan y acribillan indiscriminadamente, Zapata cae al suelo de rodillas y encorvado mientras las balas le impactan, el caballo sale asustado del lugar, Fernando Aguirre grita que maten al caballo, según cuentan nunca fue apresado, Fernando Aguirre mantiene un turbador diálogo con un militar:
- El caballo huyó.
- El caballo?
- Si, esta gente es muy supersticiosa.
- Le debían tener mucho miedo. Lo han acribillado a balazos. El Tigre ha muerto.
- Esto ha terminado.
- No lo sé. A veces un hombre muerto puede ser un enemigo muy peligroso.
- Expongan su cuerpo en la plaza para que lo vean. Así sabrán que ha muerto.
Su cuerpo lo llevan a una plaza de un pueblo para los lugareños den fe y corran la voz de su muerte, las mujeres se acercan primero curiosas, luego los hombres agitados y mientras se oyen de fondo acordes de ‘Si Adelita se fuera con otro’ se da un diálogo maravilloso:
- Creen que nos van a engañar?
-Ese cadáver es de cualquiera.
- Los ha vuelto a engañar.
- Seguro?
- He luchado con él durante años. Creen que pueden engañarme? Matarle es imposible.
Y entonces aparece en imagen el caballo en libertad de Zapata, el espíritu de Zapata no muere.
Nos queda una obra que exalta la lucha por lo que es justo, se arremete contra la burocracia tras la que se esconde la corrupción del poder y de los titiriteros que manipulan a los gobernantes. Fuerza y honor!!!
El año del estreno fue convulso para Elia Kazan, cayó en la bajeza moral de delatar a antiguos compañeros suyos del partido comunista (fue miembro del partido entre 1934 y 1936, 19 meses, dejándolo por estar en contra del estalinismo) ante el nefasto Comité de Actividades Norteamericanas, mandó a muchos colegas al ostracismo más absoluto, intentó justificarse a través del cine con ‘Fugitivos del terror rojo’ y la gran ‘La Ley del Silencio’ , pero el estigma le ha acompañado justamente toda su carrera, aunque su inteligencia y sabiduría a la hora de filmar no sufrió merma.
El Zapata real se aleja de la imagen de Marlon Brando, era un tipo bajito de ojos oscuros, en la cinta se sugiere que la Revolución fue por derrocar a Porfirio Diaz y alcanzar el poder, cuando fue para liberar la tierras de Morelos para los campesinos e igual para otras provincias, asimismo Zapata era un tipo sin escrúpulos que fusilaba en masa a sus enemigos sin temblarle el pulso, en este sentido Kazan dibuja a un Zapata bastante buenista para amoldarlo a su mensaje paternalista-moralista. Elia Kazan declaró que su propósito con el relato era plasmar una alegoría sobre lo que había ocurrido con los comunistas en la URSS, su utópico discurso degeneró en manos del sanguinario sátrapa Stalin.
Spoiler:
El tramo final es épico y brillante, Zapata es citado a una reunión con el General Guajardo (Frank De Kova), para entregarle a su gente retenida y darle armas, su mujer piensa es una trampa y que va a hacia la muerte, Zapata cree que debe ir para bien o para mal, llega a la hacienda en Chimeneca en solitario, Guajardo le ofrece su caballo blanco extraviado, está en el centro del patio, se acerca feliz a acariciarlo, derrocha amor hacia él, lo considera su espíritu indomable, Guajardo se separa despacio de los dos, alza su sable en alto, el caballo relincha y se altera, por los terrados, encima de los muros, por todas partes se materializan soldados con rifles, le apuntan y acribillan indiscriminadamente, Zapata cae al suelo de rodillas y encorvado mientras las balas le impactan, el caballo sale asustado del lugar, Fernando Aguirre grita que maten al caballo, según cuentan nunca fue apresado, Fernando Aguirre mantiene un turbador diálogo con un militar:
- El caballo huyó.
- El caballo?
- Si, esta gente es muy supersticiosa.
- Le debían tener mucho miedo. Lo han acribillado a balazos. El Tigre ha muerto.
- Esto ha terminado.
- No lo sé. A veces un hombre muerto puede ser un enemigo muy peligroso.
- Expongan su cuerpo en la plaza para que lo vean. Así sabrán que ha muerto.
Su cuerpo lo llevan a una plaza de un pueblo para los lugareños den fe y corran la voz de su muerte, las mujeres se acercan primero curiosas, luego los hombres agitados y mientras se oyen de fondo acordes de ‘Si Adelita se fuera con otro’ se da un diálogo maravilloso:
- Creen que nos van a engañar?
-Ese cadáver es de cualquiera.
- Los ha vuelto a engañar.
- Seguro?
- He luchado con él durante años. Creen que pueden engañarme? Matarle es imposible.
Y entonces aparece en imagen el caballo en libertad de Zapata, el espíritu de Zapata no muere.