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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Western. Drama La relación sentimental entre Vienna, la propietaria de un salón situado en las afueras de una ciudad del Oeste, y Johnny Guitar, un pistolero con el que se vuelve a encontrar en un difícil momento, constituye todo un clásico que alcanzó un gran éxito de taquilla. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
49/12(20/03/16) Sobrevalorado western que ni el propio realizador Nicholas Ray tenía en estima, éxito de público, pero masacrado por la crítica, hasta que en Francia la prestigiosa revista de cine Cahiers du Cinema la elevó a los altares del melodrama psicosexual. Obra de serie b, hay buenos momentos pero orgánicamente mal desarrollados, hay situaciones bastante chuscas, hay que darle muchas licencias que no aguantan mínimo análisis. El guión de Philip Yordan (“El Cid”) se basa libremente en la novela homónima de Roy Chanslor. Historia que te atrapa en su sugestivo inicio, tramo a tiempo real de más de media hora, todos los personajes se presentan de modo fulgurante, pero en cuanto tiene avanzar se le ven las costuras por muchos lugares. Lo que hace especial este film es que da un giro al género oeste poblado de hombres rudos, fuertes, carismáticos, aquí los vértices de la historia son dos mujeres, Viena y Emma, hechas a sí mismas, duras, y enfrentadas de modo visceral, y esto atomizado porque son dos actrices raciales, Joan Crawford y Mercedes McCambridge, aunque en el debe de Joan Crawford está que no me creo que haya varios hombres locamente enamorados de ella, una mujer andrógina, desprende el mismo sex-appel que un arenque, no hay química con Sterling Hayden, no hay chispas, con lo que gran parte de la salsa del film queda descafeinada, quizás lo que si debieron es potenciar más la soterrada y turbadora relación lésbica entre Viena y Emma, esta si verosímil por el comportamiento y vestimenta de una y otra, esta si muy sugestiva. Esto de mujeres fuertes en el Wild West las emparenta con otros dos films de los 50, “Encubridora” (1952) de Fritz Lang con Marlene Dietrich y “Cuarenta pistolas” (1957) de Samuel Fuller con Barbara Stanwyck.

El hilo argumental es similar a “El forastero” (1940) de William Wyler o “Raíces profundas” (1953) de George Stevens, territorio en el oeste donde los ganaderos temen que la llegada de los granjeros y sus vallas arruine su medio de vida, haciendo que sus reses no pasten a gusto, y la llegada de un forastero será la espita que todo lo haga estallar, asimismo recuerda a la posterior de Sergio Leone “Hasta que llegó su hora” (1968), por el tema de la llegada del ferrocarril, ello enfrentamientos entre la modernidad y el conservadurismo, sobre el progreso frente al valor de lo ya establecido. Esto tratado de modo bastante liviano y con carencias evidentes en la puesta en escena que merman el resultado final, ejemplo que ni se ve ganado alguno, solo tiene algo de fuerza en un enfervorecido discurso que hace Emma, el resto queda muy difuso. El director está más por hacer una narración que surque las más bajas pasiones, intensos odios, deseos reprimidos, en base a juegos de miradas y gestos marcados de expresividad, con algunos diálogos y frases punzantes, pasando a la historia el de Guitar y Viena <Miénteme...>. Ray despliega su universo de personajes solitarios, perdedores, frustrados, nihilistas, afligidos por el peso de los recuerdos, pero que aún poseen un halo de esperanza, los enmarca en un mundo decadente donde prima la ira, la venganza, la codicia, el despotismo servil del poder, el fatalismo, tocando temas como la intolerancia, el imparable progreso, lo tóxico de tomarse la justicia por nuestra mano, o la represión sexual.

El peso femenino es diáfano durante el metraje, las mujeres que llevan la voz cantante, manejan y manipulan, guían por donde se debe ir o no, Emma domina con su fuerte personalidad a McIvers, llega a provocar un linchamiento. Y está Viena, sobre la que pivota la historia, dueña del salón, con varios hombres a su mando a los que ordena desde la altura. Ejemplo de este poderío femenino frente a los hombres es cuando a Turkey lo tienen los linchadores interrogándolo en el salón de Viena, aterrorizado le pregunta a Viena que decir, ella le dice que se salve, esto implica acusarla a ella de algo que no ha hecho, Turkey la incrimina, quedao patente la fuerza de la mujer ante el sexo débil, esta vez el hombre. Esta maximización de la dureza feminista se amplifica cuando el duelo final se lleva a cabo entre ellas dos, dos leonas enfrentándose a muerte mientras los hombres miran. Lo malo es que más que feminismo es lesbianismo lo que subyace en esta antagónica relación Emma-Viena, a Viena uno de sus camareros la define <Nunca he conocido a una mujer que era más hombre>, y la vestimenta de Viena no puede ser de más “macho” en el oeste, pantalones con cartuchera, botas altas, pañuelo al cuelo a lo cowboy, pelo corto, y dos pistolas al cinto (simbología freudiana evidente), al otro lado del ring Emma, se dice que está enamorada de Dancin’ Kid, y que está celosa de Viena por haber estado con él, lo que se atisba es que los celos los tiene de él, Emma no le quita la vista de encima a Viena, la tiene enfilada, se siente un caso de atormentada sexual que no puede luchar contra sus “amorales” sentimientos y odia a quien ama realmente por no poder dejar pensar en ella.

Taras empiezan por qué no crees a Joan Crawford vaya rompiendo corazones por su belleza y hermosura, rostro andrógino, mandíbula cuadrada, ademanes varoniles, me chirría su relación con Guitar, no veo pasión entre ellos. Nebulosas como la banda de Dancin’, no se sabe que son, si bandidos, o mineros de una mina que nunca se ve, no se sabe qué relación extraña tiene Dancin’ con Viena, banda de este son unos garrulos al atracar el banco a cara descubierta y sin plan de huida. Turkey tras el atraco va a refugiarse al local de Viena donde saben irán a buscarlo, Viena tiene un plan maestro que ni el profesor Moriarty, lo esconde bajo una mesa, y los que registran el salón deben ser los hermanos tontos de Forrest Gump no dan con el “pérfido” escondite. Luego nos enteramos que el local de Viena tiene un sótano con un pasadizo que conecta con el refugio de Dancin’, porque Viena no metió allí a Turkey cuando apareció y se hubiera ido con su líder?...
(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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