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Voto de TOM REGAN:
7
6.7
1,003
3 de abril de 2024
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78/17(23/03/24) Entretenida comedia estadounidense costumbrista dirigida por el maestro John Ford, aunque algo envejecida en sus aspectos de paternalismo racista (me extiendo más adelante). El guion de Dudley Nichols (“El delator” o “La Diligencia”) y Lamar Trotti (“Cielo Amarillo” o “Incidente en Ox-Bow”), se basa en el personaje homónimo del humorista, historias costumbrista narradas en 1915 por el prolífico escritor sureño Irvin S. Cobb: "Old Judge Priest", retratando un sur idealizado (recordándome en gran medida a esa comunidad irlandesa de Innisfree), orgulloso de sus costumbres, aun rememorando la guerra contra el norte con nostalgia, no habiendo asumido su derrota, ambientada en el Kentucky posterior a la reconstrucción. Ford afirmó en una entrevista de 1972 que esta era la película más le gustaba de todas sus películas. Siendo protagonista la entonces estrella Will Rogers, famoso vaquero habilidoso con el lazo y la palabra se hizo tremendamente popular en USA, llegando a ser el actor mejor pagado en su momento. Ford inició con él una buena relación personal y artística que cuajó en una trilogía del 33 al 35: "Doctor Bull", "El juez Priest" y "Barco a la deriva", carrera truncada por un accidente de aviación en 1935. Estando en el elenco secundario Henry B. Walthall, Hattie McDaniel y Stepin Fetchit.
Un retrato humanista de esta sociedad intentando restañar las cicatrices del pasado, viviendo con puritanismo, haciendo del honor una religión. Donde Ford trata con cariño reverencial a sus personajes, seres pintorescos cargados de alegría de vivir, ensalzando la amistad, la dignidad, el orgullo, la valentía y atacando los prejuicios.
En su momento el film fue atacado por potenciar estereotipos raciales, donde los negros son vistos como que viven felices a la sombra de los blancos, no son sus esclavos pero casi, son sus sirvientes, no pueden entrar a la sala del juicio, la cocinera Hattie McDaniel (la mítica criada de Scarlett en “Lo que el viento se llevó”) canta feliz canciones sudistas, lo que es peor y más sangrante los negros tocan en la calle el himno confederado ‘Dixie’, como si echaran de menos el pasado donde eran esclavos sin libertad. Para reforzar esta idea vemos la actuación del afamado entonces negros Stepin Fetchit, creando un cliché de negro gandul, vago, torpe, y con pocas luces. Fetchit fue la primera gran estrella negra (bienvenida por la comunidad negra) y se hizo rico con su controvertida interpretación de un holgazán tartamudo, perezoso, inarticulado y arrastrando los pies. Fuera de la pantalla vivía de manera extravagante y le encantaba mostrar su riqueza. El remake que Ford realizó 19 años después mejoró este aspecto racial, de hecho, Ford lo realizó por que en este le prohibieron filmar una escena de intento de linchamiento a un negro. Incluso en vez de solo ver a los sudistas, hay una maravillosa escena en que los del sur y los yankis se hermanan.
Retrata a un juez viudo, veterano de la Guerra Civil Confederada, el titular Juez ‘Billy’ Priest (Rogers), vive con tranquilidad en su casita del sur, después de llevar casi 20 años impartiendo justicia. Cuando conocemos por primera vez al juez, supervisa el juicio de un ladrón de pollos llamado Jeff Poindexter (Fetchit), muy gracioso como parece pasar de ello el magistrado leyendo una tira cómica del periódico, cuando el juez se entera del cebo de pesca secreto de Poindexter, hay una elipsis genial, y ya no sabremos la sentencia, y saltamos a verlos a los dos juntos ir a pescar, y desde entonces Poindexter pasa a ser parte del servicio del Juez, habiendo entre los dos una gran química cómica en sus ententes jocosos. El juez entre sus aventuras tiene entre manos hacer de ‘alcahuete’ entre su sobrino abogado Rome (Tom Brown) y la bonita maestra de escuela (menudo cliché) Ellie May (Anita Louise), teniendo que sortear la oposición de su hermana Caroline (Brenda Fowler), ultra protectora madre de Rome que desprecia a la huérfana Ellie por no saberse quien es su padre. Todo esto punteado con jugosas dosis de humor, como cuando el juez mantiene una conversación falsa con Poindexter imitándolo para que el petulante e irritante (por su sonrisa) pretendiente barbero de Ellie, salga de allí corriendo.
Ford demuestra compasión por estos perdedores del sur, ello ensalzado en la secuencia flash-back, en lo que parece un homenaje a su admirado D.W. Griffith, narrado por el reverendo Ashby Brand (Henry B. Walthall) enmarcado en la guerra civil huele a “El Nacimiento de una Nación”, en la que Ford trabajó, secuencias a caballo épicas ponderando la valentía de estos perdedores. Lástima que se omita que defendían sobre todo mantener el status de la esclavitud de los negros. También hay charlas divertidas sobre batallas de la guerra, un irreverente running gag en el climático juicio donde un tipo hace puntería de escupitajos en una escupidera que cada vez le alejan más.
Tenemos toques tan de John Ford como es la visita de un viudo a su fallecida esposa en el cementerio, a la que habla de temas banales como si estuviera viva, algo tan fordiano que hemos visto en films suyos como “El joven Lincoln” o “She Wore a Yellow Ribbon”; la bonita escena en que tenemos en primer plano sostenido el juez comiendo en la cocina mientras de fondo está la cocinera tía Dilsey (Hattie McDaniel), cantando alegremente; está la escena en que en la barbería hablan malamente de Ellie May y alguien (no quiero spoilear) ataca al chismoso barbero, el juez allí presente hace un comentario punzantemente mordaz contra el barbero, le dice que está cabreado por lo visto, el barbero cree que es por la violencia exhibida, pero le dice que es por no haber sido él mismo el que defendió el honor de Ellie May.
Un retrato humanista de esta sociedad intentando restañar las cicatrices del pasado, viviendo con puritanismo, haciendo del honor una religión. Donde Ford trata con cariño reverencial a sus personajes, seres pintorescos cargados de alegría de vivir, ensalzando la amistad, la dignidad, el orgullo, la valentía y atacando los prejuicios.
En su momento el film fue atacado por potenciar estereotipos raciales, donde los negros son vistos como que viven felices a la sombra de los blancos, no son sus esclavos pero casi, son sus sirvientes, no pueden entrar a la sala del juicio, la cocinera Hattie McDaniel (la mítica criada de Scarlett en “Lo que el viento se llevó”) canta feliz canciones sudistas, lo que es peor y más sangrante los negros tocan en la calle el himno confederado ‘Dixie’, como si echaran de menos el pasado donde eran esclavos sin libertad. Para reforzar esta idea vemos la actuación del afamado entonces negros Stepin Fetchit, creando un cliché de negro gandul, vago, torpe, y con pocas luces. Fetchit fue la primera gran estrella negra (bienvenida por la comunidad negra) y se hizo rico con su controvertida interpretación de un holgazán tartamudo, perezoso, inarticulado y arrastrando los pies. Fuera de la pantalla vivía de manera extravagante y le encantaba mostrar su riqueza. El remake que Ford realizó 19 años después mejoró este aspecto racial, de hecho, Ford lo realizó por que en este le prohibieron filmar una escena de intento de linchamiento a un negro. Incluso en vez de solo ver a los sudistas, hay una maravillosa escena en que los del sur y los yankis se hermanan.
Retrata a un juez viudo, veterano de la Guerra Civil Confederada, el titular Juez ‘Billy’ Priest (Rogers), vive con tranquilidad en su casita del sur, después de llevar casi 20 años impartiendo justicia. Cuando conocemos por primera vez al juez, supervisa el juicio de un ladrón de pollos llamado Jeff Poindexter (Fetchit), muy gracioso como parece pasar de ello el magistrado leyendo una tira cómica del periódico, cuando el juez se entera del cebo de pesca secreto de Poindexter, hay una elipsis genial, y ya no sabremos la sentencia, y saltamos a verlos a los dos juntos ir a pescar, y desde entonces Poindexter pasa a ser parte del servicio del Juez, habiendo entre los dos una gran química cómica en sus ententes jocosos. El juez entre sus aventuras tiene entre manos hacer de ‘alcahuete’ entre su sobrino abogado Rome (Tom Brown) y la bonita maestra de escuela (menudo cliché) Ellie May (Anita Louise), teniendo que sortear la oposición de su hermana Caroline (Brenda Fowler), ultra protectora madre de Rome que desprecia a la huérfana Ellie por no saberse quien es su padre. Todo esto punteado con jugosas dosis de humor, como cuando el juez mantiene una conversación falsa con Poindexter imitándolo para que el petulante e irritante (por su sonrisa) pretendiente barbero de Ellie, salga de allí corriendo.
Ford demuestra compasión por estos perdedores del sur, ello ensalzado en la secuencia flash-back, en lo que parece un homenaje a su admirado D.W. Griffith, narrado por el reverendo Ashby Brand (Henry B. Walthall) enmarcado en la guerra civil huele a “El Nacimiento de una Nación”, en la que Ford trabajó, secuencias a caballo épicas ponderando la valentía de estos perdedores. Lástima que se omita que defendían sobre todo mantener el status de la esclavitud de los negros. También hay charlas divertidas sobre batallas de la guerra, un irreverente running gag en el climático juicio donde un tipo hace puntería de escupitajos en una escupidera que cada vez le alejan más.
Tenemos toques tan de John Ford como es la visita de un viudo a su fallecida esposa en el cementerio, a la que habla de temas banales como si estuviera viva, algo tan fordiano que hemos visto en films suyos como “El joven Lincoln” o “She Wore a Yellow Ribbon”; la bonita escena en que tenemos en primer plano sostenido el juez comiendo en la cocina mientras de fondo está la cocinera tía Dilsey (Hattie McDaniel), cantando alegremente; está la escena en que en la barbería hablan malamente de Ellie May y alguien (no quiero spoilear) ataca al chismoso barbero, el juez allí presente hace un comentario punzantemente mordaz contra el barbero, le dice que está cabreado por lo visto, el barbero cree que es por la violencia exhibida, pero le dice que es por no haber sido él mismo el que defendió el honor de Ellie May.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Todo surtido por una atmósfera vitalista, con diálogos ingeniosos. Desembocando en el juico al herrero Bob Gillis (buen David Landau) y en su rush final teatralmente emocionante, donde la narración del reverendo es adornada por el plan del juez, que hace (con turbadora ayuda de una orquesta callejera) suene de fondo el ‘Dixie’, mientras vemos el flashback mencionado a ritmo glorioso. Para terminar con un final algo apresurado, que deja muchas preguntas en el aire que intentan ocultar tras la épica del jolgorio festivo, y que en el remake hacen mucho mejor.
Spoiler:
Rome recibe su primer caso cuando Gillis lo contrata. El barbero Flem Talley (Frank Melton) habla mal de los antecedentes de Ellie May y Gillis lo golpea y dos de los compinches de Talley lo atacan con tacos de billar. Gillis toma represalias cortando a Talley con su cuchillo y Talley presenta cargos. El pomposo y ambicioso fiscal Maydew se postula para juez del tribunal de circuito contra Priest e insiste en un juez imparcial. Priest dimite y el juez Fairleigh ocupa su lugar. El caso va mal para Gillis porque se niega a mencionar que la pelea fue causada por la difamación del buen nombre de Ellie May, ya que desea mantener su nombre fuera del asunto. Pero antes de que el jurado emita su probable veredicto de culpabilidad, el héroe de la Guerra Civil de la Confederación, que ahora es el reverendo de la ciudad, Ashby Brand (Henry B. Walthall), se presenta como testigo de carácter de Gillis y testifica cómo reclutó a Gillis, prisionero encadenado que luchó valientemente por la Confederación. Luego revela la verdad sobre la relación de Gillis con Ellie May y cómo pagó en secreto su educación. La conmovedora historia del reverendo sobre Gillis pone la piel de gallina en la corte, incluso la madre de Rome acepta con entusiasmo a Ellie May como novia de su hijo. Y todos salen de la sala al son de Dixie para participar en el desfile del día de los veteranos y a Gillis se le da el honor de portar la bandera confederada (lo cual fue demasiado descarado y cursi para mí).
Nunca sabremos quien era la madre de Ellie May, ni porque Bob Gillis entró en prisión, como tampoco nos enteramos de quien fue la tutora de Ellie May. Esto lo pule en el remake John Ford.
En el papel de Jeff Poindexter, el director John Ford le dio a Stepin Fetchit algo de espacio para ampliar su actuación cómica. Cuando el juez Priest le pregunta a Jeff por qué no usa sus zapatos, Fetchit improvisa cómicamente: "Los estoy guardando para cuando mis pies se desgasten". Fetchit era conocido por asistir a fiestas lujosas y causar travesuras fuera del estudio. Justo antes del rodaje de Judge Priest, Fetchit causó conmoción en un espectáculo benéfico en el Teatro Apollo de la ciudad de Nueva York. Cuando regresó a Hollywood para el rodaje de Judge Priest, el comportamiento de Fetchit fue mucho mejor. De hecho, solo una vez Fetchit llegó tarde a una sesión (se había olvidado su kit de maquillaje).
Hattie McDaniel (el apellido aparece como "McDaniels" en los créditos iniciales) apenas estaba comenzando su viaje hacia el estrellato cuando le disparó a Judge Priest. Antes de esta película era una actriz relativamente desconocida. Stepin Fetchit aparentemente dudaba de sus habilidades interpretativas al comienzo de la producción, pero pronto se dio cuenta de que estaba trabajando con un intérprete muy talentoso. El director John Ford destacó el talento actoral de McDaniel. Ford cortó algunas de las escenas de Fetchit y le dio a McDaniel escenas adicionales. Esto creó una brecha inicial entre estos dos actores negros pioneros.
Buena comedia costumbrista, que para tolerar sus toques racistas (hoy día paternalistas) hay que entender en su contexto. Gloria Ucrania!!!
Film rehecho con mejores y más pulidos resultados por Ford en 1953 con “The Sun Shines Bright”.
Spoiler:
Rome recibe su primer caso cuando Gillis lo contrata. El barbero Flem Talley (Frank Melton) habla mal de los antecedentes de Ellie May y Gillis lo golpea y dos de los compinches de Talley lo atacan con tacos de billar. Gillis toma represalias cortando a Talley con su cuchillo y Talley presenta cargos. El pomposo y ambicioso fiscal Maydew se postula para juez del tribunal de circuito contra Priest e insiste en un juez imparcial. Priest dimite y el juez Fairleigh ocupa su lugar. El caso va mal para Gillis porque se niega a mencionar que la pelea fue causada por la difamación del buen nombre de Ellie May, ya que desea mantener su nombre fuera del asunto. Pero antes de que el jurado emita su probable veredicto de culpabilidad, el héroe de la Guerra Civil de la Confederación, que ahora es el reverendo de la ciudad, Ashby Brand (Henry B. Walthall), se presenta como testigo de carácter de Gillis y testifica cómo reclutó a Gillis, prisionero encadenado que luchó valientemente por la Confederación. Luego revela la verdad sobre la relación de Gillis con Ellie May y cómo pagó en secreto su educación. La conmovedora historia del reverendo sobre Gillis pone la piel de gallina en la corte, incluso la madre de Rome acepta con entusiasmo a Ellie May como novia de su hijo. Y todos salen de la sala al son de Dixie para participar en el desfile del día de los veteranos y a Gillis se le da el honor de portar la bandera confederada (lo cual fue demasiado descarado y cursi para mí).
Nunca sabremos quien era la madre de Ellie May, ni porque Bob Gillis entró en prisión, como tampoco nos enteramos de quien fue la tutora de Ellie May. Esto lo pule en el remake John Ford.
En el papel de Jeff Poindexter, el director John Ford le dio a Stepin Fetchit algo de espacio para ampliar su actuación cómica. Cuando el juez Priest le pregunta a Jeff por qué no usa sus zapatos, Fetchit improvisa cómicamente: "Los estoy guardando para cuando mis pies se desgasten". Fetchit era conocido por asistir a fiestas lujosas y causar travesuras fuera del estudio. Justo antes del rodaje de Judge Priest, Fetchit causó conmoción en un espectáculo benéfico en el Teatro Apollo de la ciudad de Nueva York. Cuando regresó a Hollywood para el rodaje de Judge Priest, el comportamiento de Fetchit fue mucho mejor. De hecho, solo una vez Fetchit llegó tarde a una sesión (se había olvidado su kit de maquillaje).
Hattie McDaniel (el apellido aparece como "McDaniels" en los créditos iniciales) apenas estaba comenzando su viaje hacia el estrellato cuando le disparó a Judge Priest. Antes de esta película era una actriz relativamente desconocida. Stepin Fetchit aparentemente dudaba de sus habilidades interpretativas al comienzo de la producción, pero pronto se dio cuenta de que estaba trabajando con un intérprete muy talentoso. El director John Ford destacó el talento actoral de McDaniel. Ford cortó algunas de las escenas de Fetchit y le dio a McDaniel escenas adicionales. Esto creó una brecha inicial entre estos dos actores negros pioneros.
Buena comedia costumbrista, que para tolerar sus toques racistas (hoy día paternalistas) hay que entender en su contexto. Gloria Ucrania!!!
Film rehecho con mejores y más pulidos resultados por Ford en 1953 con “The Sun Shines Bright”.