227/06(04/07/22) Divertidísima serie de comedia británica creada y escrita por Rowan Atkinson y William Davies, estructurada en un formato novedoso de episodios de apenas diez minutos de duración que hacen por su agilidad y ritmo frenético que se te pasen en un santiamén, nueve episodios, cada uno de ellos dirigido por David Kerr. Atkinson interpreta a un hombre sin suerte que se encuentra atrincherado en una batalla con una abeja mientras cuida la mansión moderna de una pareja rica. El excelente actor cómico inglés, heredero en su especialidad de los grandes Buster Keaton, Jacques Tati o Peter Sellers, vuelve con su típico personaje de perdedor que se encuentra una y otra vez inmerso en un fatalismo constante, que cual bola de nieve no es capaz de controlar y termina yéndosele de las manos, este rol es claramente una secuela de Mr. Bean, aun con distinto nombre, y hablando un poco (ni hacia falta), pero su modo de comportarse es este mítico personaje de la homónima serie. Partiendo de una idea simple pero desarrollada con mucho efectismo, tenemos a este ‘loser’ como primerizo en un trabajo de cuidar una ultramoderna vivienda domotizada, y repleta de obras de arte, así como de vehículos de lujo, ah, y un perro alérgico a las nueces, y si a todo esto le sumamos la irrupción de una traviesa abeja (en maravilloso CGI) tenemos el coctel perfecto para que este involuntario Destroyer despliegue toda su extravagante mentalidad. Una producción con claro sabor ‘toon’ en el sentido que recuerda a esas tiras de humor como ‘El Coyote & el Correcaminos’ o ‘Tom & Jerry’ donde alguien pretende atrapara a su enemigo y falla una y otra vez, provocando con ello un desastre a cada vez más aparatoso. Ello con un sentido de la risa blanca, haciendo con ello una serie para toda la familia, donde niños y los no tanto disfrutaran, en un akelarre de slapstick que son una delicia para la diversión, por supuesto que unos gags son mejor que otros, pero en conjunto es una serie notable, atractiva y muy adictiva. Por supuesto que no han descubierto la pólvora con esta serie, pero lo hacen de modo que pasas un rato muy ameno.

‘Solo ante la abeja es el resultado de tres años de trabajo de Atkinson y sus cómplices Will Davies en el guión y David Kerr en la producción, y sentimos, ante cada episodio de la lucha del hombre contra el insecto, el cuidado que se ha tenido en el diseño de los decorados y situaciones: aunque se mantenga la típica exageración de Mr. Bean, todo lo que presenciamos sigue siendo "probable", creíble, por lo tanto, nos reiremos mucho.’

Tiene un inicio que para mi es un error, pues vemos a Trevor Bingley (Rowan Atkinson) ante un tribunal que lo encuentra culpable de 14 cargos, que se expondrán con clips flash-backs de las ‘hazañas’ de este cuidador residencias. Y para mi no hay necesidad de mostrar lo que veremos, nos pone en antecedentes y pierde frescura lo que veremos a continuación que es retroceder al comienzo de autos. Trevor llega a un hogar de lujo ultra futurista que debe cuidar mientras los dueños Nina y Christian (Jing Lusi y Julian Rhind-Tutt) estarán de vacaciones, donde queda muy jocoso como de modo mega-veloz le cuentan el galimatías que es el funcionamiento d ela domótica de la casa (Christian explicando los códigos de alarma: “Uso los nombres de batallas navales famosas para que sea más fácil, así que abrir es la Batalla de Frisverhelwilen – 1748 – y armar el sistema, aún más fácil, es la batalla de Bulhornbører, 1513”), o explicándole todos los artículos de valor que allí ahí. Pero por si acaso, le dejan un manual, amén del chucho Cupcake con alergia, el coctel molotov está servido, pues mientras le cuentan todo esto imaginamos que cada uno de esos elementos que se mencionan serán destrozados de alguna u otra forma por las ‘habilidades’ de nuestro protagonista que ya sabemos por su (bendito) encasillamiento, y lo que es peor por el flash-forward, siendo la primera uy tímida señal del ‘tsunami’ como le da el chaquetón a Nina y lo que provoca.

La cinta además guarda ciertas similitudes con algunos mantras de Chaplin y Tati en cómo se arremete contra las deshumanizantes nuevas tecnologías, como en pos de hacernos la vida más cómoda, terminamos complicando lo sencillo (ejemplo abrir una puertecita o abrir un grifo), provocando gags en este sentido ingeniosos y muy imaginativos. También entramos en uno de los mantras ‘rowanatkinsianos’ como es atacar el arte, como ya hizo en uno de los spin off de Mr Bean.