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Voto de TOM REGAN:
7
6.3
30,128
Romance. Drama
En Verona Beach se suceden los enfrentamientos entre las dos familias más poderosas (los Montesco y los Capuleto), cuyo objetivo es conseguir el dominio de la ciudad. Fulgencio Capuleto organiza una fiesta a la que asiste, gracias a la mediación de su amigo Mercuccio, Romeo Montesco. Lo que los Capuleto pretenden es que su joven hija Julieta se comprometa con el arrogante Dave Paris, el hijo del gobernador. Pero, cuando Romeo y Julieta ... [+]
4 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
42/19(26/02/20) Atrevida y a ratos fascinante adaptación del clásico imperecedero del Bardo de Avon, obra controvertida revisión de una obra universal tantas veces llevada a la gran pantalla. Dirigida con su singular videoclipero sello por el australiano Baz Luhrman, al que amas o detestas (yo me encuentro en medio) que también guioniza junto a Craig Pearce (“El Gran Gatsby”), en la que se traslada la acción medieval al presente, y la acción transportarla de Verona en Italia, a Verona Beach (sucedáneo de urbe en Florida), pero con la tragedia romántica conservando sus diálogos anacrónicos con el tiempo, lo que conlleva valentía, aun con sus defectos. Con una ambientación espectacular, con un ritmo que a veces se va de las manos, pero sobre todo con una entrañable pareja protagonista en los jóvenes Claire Danes (17 añitos) y Leo DiCaprio (21 años), acompañando con vigor en los roles secundarios por Paul Sorvino, Brian Dennehy, John Leguizamo , Pete Postlethwaite, y Diane Venora. Un relato original en su concepción, que alterna momentos grimantes (esa pelea en la gasolinera del inicio, con ese Leguizamo bailando flamenco al ritmo de sus pistolas que parece manejar como banderillas), con otros de gran brillantez (esas miradas primerizas de los dos míticos amantes a través del acuario).
La película tiene se eleva en las escenas que tienen protagonismo de los dos jóvenes Romeo + Julieta, cuando se aleja de ellos se desboca en escenas pasadas de vueltas, demostrando por ejemplo que el realizador aussie no sabe manejar las escenas de acción, las convierte gracias a una edición cuasi-epiléptica en una danza de imágenes caóticas cuasi-ininteligibles, donde los tiroteos, explosiones, y persecuciones resultan una amalgama de fotogramas propios de un video musical de rock, que termina abrumando. Tan apabullante en sus excesos, con un estilo visual transgresor (por la historia que se adapta), pero en esta vorágine alterna aciertos con desfases, donde la cámara nerviosa y febril montaje termina por ser en muchas escenas su propia enemiga, convirtiendo algunas en verso del bardo en chirriantes, donde la lírica es atropellada por algunos artificios audiovisuales. Por supuesto la historia sigue la línea argumental híper-conocida, donde los cambios no alteran la idea de cómo afecta el sino del Destino. Pero sus partes buenas en lo concerniente a la trama principal me ha resultado emocionante, me he sentido empatizado por este amor universal, y es que puede que esta no sea la mejor versión de la obra maestra de William Shakespeare, es la de Franco Zeffirelli de 1968, pero esta transgresora adaptación tiene puntos notables que la hacen atractiva de ver.
Arranca marcando sus cartas en la modernidad del relato, ello cuando vemos un televisor sobre fondo negro, en el un noticiario donde una mujer nos habla en prosa shakesperiana de las nefandas muertes de Julieta y Romeo, ello con el logo sobreimpresionado de “Star Crossed Lovers”, mientras el aparato en zoom se acerca al espectador, tras ello un incendiario y frenético montaje en nos muestran a todos los secundarios en una ciudad, Verona Beach, salvaje, al ritmo de una música ominosa. Tras ello vemos a un auto descapotable, con jóvenes Montesco en camisas floridas que se meten con los que se cruzan, paran en una gasolinera y allí se cruzan con otro grupo de Capuletos, sus enemigos, la pendencia está asegurada, pero esto desarrollado con una edición video-clipera caricaturesca, con cortes sofocantes, con una coreografía propia de una pista de baile. Todo este batiburrillo se serena cuando aparece DiCaprio en su rol de Romeo, que es donde la película gana muchos enteros.
Luhrman navega entre dos aguas, la de su voraz puesta en escena y el ofrecer respeto por el Bardo de Avon, pareciendo dos films en uno en su concepción estructural del trato a los personajes cuando los amantes no están presentes, todo a velocidad vertiginosa, y otra cuando Romeo y Julieta está presentes, donde el realizador atempera y demuestra poesía sensorial con ellos, con una cámara que parece acariciarlos, donde las palabras fluyen de modo profundo en sus alegorías, donde la magia del amor se respira en los fotogramas, donde la emotividad y emoción cala en el espectador (o sea, yo). En secuencias como el primer encuentro con ella vestida de ángel y él con armadura de caballero medieval, con esas miradas a través del mencionado acuario; El beso y abrazo en la piscina donde se juran amor eterno, en medio de un ambiente húmedo de sensualidad juvenil (emulo de la mítica escena del balcón); El amor entre las sábanas en su noche de boda; Y por supuesto en su lecho de muerte (esto no puede ser spoilear), lugar adornado por miles de velas y decenas de crucifijos creando una sensación cuasi-etérea en miscelánea con la música de “Tristan e Isolda” de Richard Wagner.
Al realizador no le importa que el verso de Shakespeare suene anacrónico, pues su película juega a este contraste, es parte de su singularidad. Donde la música juega papel predominante para ayudar a envolverte en este romance atemporal. Como es importante la simbología cristiana presente por todas partes, proliferando crucifijos, monjas, curas con cruces tatuadas en la espalda, la constante de la Iglesia con su enrome Santo en la cúpula, ello en pos de hablarnos de la culpa y el perdón.
Danes y DiCaprio se transforman en la idealización de la juventud imperecedera, su química hace saltar fuego de la pantalla, no son actores, son los dos veroneses desgraciados por amor, su compenetración es homérica en su naturalidad. Claire Danes tenía 16 años, dulce, inocente y encantadora ofrece como Julieta una actuación angelical, magnética, un epítome de la juventud pasional, te crees su idealismo romántico, declama a Shakespeare de modo sentido, imposible no enamorarse de esta dulce doncella;... (sigo en spoiler)
La película tiene se eleva en las escenas que tienen protagonismo de los dos jóvenes Romeo + Julieta, cuando se aleja de ellos se desboca en escenas pasadas de vueltas, demostrando por ejemplo que el realizador aussie no sabe manejar las escenas de acción, las convierte gracias a una edición cuasi-epiléptica en una danza de imágenes caóticas cuasi-ininteligibles, donde los tiroteos, explosiones, y persecuciones resultan una amalgama de fotogramas propios de un video musical de rock, que termina abrumando. Tan apabullante en sus excesos, con un estilo visual transgresor (por la historia que se adapta), pero en esta vorágine alterna aciertos con desfases, donde la cámara nerviosa y febril montaje termina por ser en muchas escenas su propia enemiga, convirtiendo algunas en verso del bardo en chirriantes, donde la lírica es atropellada por algunos artificios audiovisuales. Por supuesto la historia sigue la línea argumental híper-conocida, donde los cambios no alteran la idea de cómo afecta el sino del Destino. Pero sus partes buenas en lo concerniente a la trama principal me ha resultado emocionante, me he sentido empatizado por este amor universal, y es que puede que esta no sea la mejor versión de la obra maestra de William Shakespeare, es la de Franco Zeffirelli de 1968, pero esta transgresora adaptación tiene puntos notables que la hacen atractiva de ver.
Arranca marcando sus cartas en la modernidad del relato, ello cuando vemos un televisor sobre fondo negro, en el un noticiario donde una mujer nos habla en prosa shakesperiana de las nefandas muertes de Julieta y Romeo, ello con el logo sobreimpresionado de “Star Crossed Lovers”, mientras el aparato en zoom se acerca al espectador, tras ello un incendiario y frenético montaje en nos muestran a todos los secundarios en una ciudad, Verona Beach, salvaje, al ritmo de una música ominosa. Tras ello vemos a un auto descapotable, con jóvenes Montesco en camisas floridas que se meten con los que se cruzan, paran en una gasolinera y allí se cruzan con otro grupo de Capuletos, sus enemigos, la pendencia está asegurada, pero esto desarrollado con una edición video-clipera caricaturesca, con cortes sofocantes, con una coreografía propia de una pista de baile. Todo este batiburrillo se serena cuando aparece DiCaprio en su rol de Romeo, que es donde la película gana muchos enteros.
Luhrman navega entre dos aguas, la de su voraz puesta en escena y el ofrecer respeto por el Bardo de Avon, pareciendo dos films en uno en su concepción estructural del trato a los personajes cuando los amantes no están presentes, todo a velocidad vertiginosa, y otra cuando Romeo y Julieta está presentes, donde el realizador atempera y demuestra poesía sensorial con ellos, con una cámara que parece acariciarlos, donde las palabras fluyen de modo profundo en sus alegorías, donde la magia del amor se respira en los fotogramas, donde la emotividad y emoción cala en el espectador (o sea, yo). En secuencias como el primer encuentro con ella vestida de ángel y él con armadura de caballero medieval, con esas miradas a través del mencionado acuario; El beso y abrazo en la piscina donde se juran amor eterno, en medio de un ambiente húmedo de sensualidad juvenil (emulo de la mítica escena del balcón); El amor entre las sábanas en su noche de boda; Y por supuesto en su lecho de muerte (esto no puede ser spoilear), lugar adornado por miles de velas y decenas de crucifijos creando una sensación cuasi-etérea en miscelánea con la música de “Tristan e Isolda” de Richard Wagner.
Al realizador no le importa que el verso de Shakespeare suene anacrónico, pues su película juega a este contraste, es parte de su singularidad. Donde la música juega papel predominante para ayudar a envolverte en este romance atemporal. Como es importante la simbología cristiana presente por todas partes, proliferando crucifijos, monjas, curas con cruces tatuadas en la espalda, la constante de la Iglesia con su enrome Santo en la cúpula, ello en pos de hablarnos de la culpa y el perdón.
Danes y DiCaprio se transforman en la idealización de la juventud imperecedera, su química hace saltar fuego de la pantalla, no son actores, son los dos veroneses desgraciados por amor, su compenetración es homérica en su naturalidad. Claire Danes tenía 16 años, dulce, inocente y encantadora ofrece como Julieta una actuación angelical, magnética, un epítome de la juventud pasional, te crees su idealismo romántico, declama a Shakespeare de modo sentido, imposible no enamorarse de esta dulce doncella;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...Leo DiCaprio sensacional como rebelde y enamoradizo mítico Romeo, gestualidad, mirada, expresividad, irradia entusiasmo por la vida, su modo de entonar al bardo es profundamente emocional.
Paul Sorvino como patriarca Capuleto arrolla con su carisma innato, poderío y raza; Diane Venora como matriarca Capuleto, sensible y notable en sus apariciones; Pete Postlethwaite como el padre Laurence (experto en hierbas), es presencia honda en sus ententes empatizadores con el sufrimiento de la pareja, brillante; Harold Perrineau es Mercutio, el mejor amigo de Romeo, figura extrovertida, convertido en un pomposo gay se jacta en sus maneras de serlo, extraña combinación con la prosa shakesperiana, no me encaja en su sobreactuación; Como no me encaja John Leguizamo como Tebaldo, otro que hace del histrionismo pasado de vueltas su actuación; Resto de secundarios no tiene peso dramático suficiente para calibrarlos, pues Brian Dennehy con el patriarca Montesco está desaprovechado, apartado de la acción la mayor parte del tiempo; Miriam Margolyes con su acusado acento hispanoamericano resulta intrascendente; Paul Rudd como el prometido (forzoso) de Julieta es recortado en su importancia con respecto al relato de Shakespeare.
Puesta en escena apoteósica en todos los sentidos, excesiva, pomposa, un espectáculo que no tiene miedo de pasarse de vueltas (y termina por hacerlo): Empezando por el excelente diseño de producción de Catherine Martin (“Moulin Rouge”), esposa de Luhrmann, algunas partes se rodaron en Miami, pero la mayor parte se filmó en México (Ciudad de México y Boca del Río, Veracruz y Texcoco), la mansión Capuleto se es el castillo de Chapultepec, mientras el salón de baile se construyó en la Etapa Uno de los Estudios Churubusco, y la iglesia es el Inmaculado Corazón de María en el barrio de Del Valle. Siendo creación propia el teatro abandonado y agujereado de la playa, otorgando un subtexto operístico pop a la historia; Escenarios enaltecidos por la meritoria cinematografía de Donald McAlpine (“Moulin Rouge”), dotando de un cromatismo fulgurante los fotogramas, con tomas aéreas neurálgicas, creando un efecto de grandiosidad deidífica en la estatua del Jesús sobre el templo (en realidad solo mide dos metros), o el modo lírico de enfocar algunas escenas con los amantes, con fascinantes primeros planos de ellos, jugando con el expresionismo con picados y contrapicados, o en la climática tormenta (por lo que he leído era real), que baña de tragedia el metraje; La edición de Jill Bilcock (“Moulin Rouge”), es el peor enemigo del film, enfatiza muchos emociones, pero en su conjunto fragmenta en muchas ocasiones los cortes hasta desorienta; Algo que hizo muy popular esta película fue la vibrante galería de temas pop que mezcla de modo iconoclasta temas rock, latina y punk, coro de niños y música clásica (Mozart o Wagner), escuchándose a Garbage, The Wannadies, The Cardigans, o Gavin Friday.
Exitoso film que recaudó más de $ 147.5 millones sobre un presupuesto de $ 14.5 millones. En el 47º Festival Internacional de Cine de Berlín en 1997, DiCaprio ganó el Oso de Plata al Mejor Actor y Luhrmann ganó el Premio Alfred Bauer.
Entre el desarrollo regularmente (siendo benévolo) hilado, está el modo en que el destino juega en contra de los amantes. Pues que el padre Laurence confié en el correo ordinario un mensaje tan vital me resulta una torpeza de guión, pues podría haber ido él en persona, o habérselo dicho a un amigo de confianza de Romeo, hay pereza en esto.
Me queda una obra que la elevan sus románticas virtudes que provocan, que aun sabiendo lo que va a ocurrir en el final, deseo y espero se despierte ella antes de que tome el veneno él, grito a la pantalla que espere unos segundos, y provoca que casi se me salten las lágrimas (contadas veces esto me ocurre) cuando los dos mueren. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/03/romeo-julieta-de-william-shakespeare.html
Paul Sorvino como patriarca Capuleto arrolla con su carisma innato, poderío y raza; Diane Venora como matriarca Capuleto, sensible y notable en sus apariciones; Pete Postlethwaite como el padre Laurence (experto en hierbas), es presencia honda en sus ententes empatizadores con el sufrimiento de la pareja, brillante; Harold Perrineau es Mercutio, el mejor amigo de Romeo, figura extrovertida, convertido en un pomposo gay se jacta en sus maneras de serlo, extraña combinación con la prosa shakesperiana, no me encaja en su sobreactuación; Como no me encaja John Leguizamo como Tebaldo, otro que hace del histrionismo pasado de vueltas su actuación; Resto de secundarios no tiene peso dramático suficiente para calibrarlos, pues Brian Dennehy con el patriarca Montesco está desaprovechado, apartado de la acción la mayor parte del tiempo; Miriam Margolyes con su acusado acento hispanoamericano resulta intrascendente; Paul Rudd como el prometido (forzoso) de Julieta es recortado en su importancia con respecto al relato de Shakespeare.
Puesta en escena apoteósica en todos los sentidos, excesiva, pomposa, un espectáculo que no tiene miedo de pasarse de vueltas (y termina por hacerlo): Empezando por el excelente diseño de producción de Catherine Martin (“Moulin Rouge”), esposa de Luhrmann, algunas partes se rodaron en Miami, pero la mayor parte se filmó en México (Ciudad de México y Boca del Río, Veracruz y Texcoco), la mansión Capuleto se es el castillo de Chapultepec, mientras el salón de baile se construyó en la Etapa Uno de los Estudios Churubusco, y la iglesia es el Inmaculado Corazón de María en el barrio de Del Valle. Siendo creación propia el teatro abandonado y agujereado de la playa, otorgando un subtexto operístico pop a la historia; Escenarios enaltecidos por la meritoria cinematografía de Donald McAlpine (“Moulin Rouge”), dotando de un cromatismo fulgurante los fotogramas, con tomas aéreas neurálgicas, creando un efecto de grandiosidad deidífica en la estatua del Jesús sobre el templo (en realidad solo mide dos metros), o el modo lírico de enfocar algunas escenas con los amantes, con fascinantes primeros planos de ellos, jugando con el expresionismo con picados y contrapicados, o en la climática tormenta (por lo que he leído era real), que baña de tragedia el metraje; La edición de Jill Bilcock (“Moulin Rouge”), es el peor enemigo del film, enfatiza muchos emociones, pero en su conjunto fragmenta en muchas ocasiones los cortes hasta desorienta; Algo que hizo muy popular esta película fue la vibrante galería de temas pop que mezcla de modo iconoclasta temas rock, latina y punk, coro de niños y música clásica (Mozart o Wagner), escuchándose a Garbage, The Wannadies, The Cardigans, o Gavin Friday.
Exitoso film que recaudó más de $ 147.5 millones sobre un presupuesto de $ 14.5 millones. En el 47º Festival Internacional de Cine de Berlín en 1997, DiCaprio ganó el Oso de Plata al Mejor Actor y Luhrmann ganó el Premio Alfred Bauer.
Entre el desarrollo regularmente (siendo benévolo) hilado, está el modo en que el destino juega en contra de los amantes. Pues que el padre Laurence confié en el correo ordinario un mensaje tan vital me resulta una torpeza de guión, pues podría haber ido él en persona, o habérselo dicho a un amigo de confianza de Romeo, hay pereza en esto.
Me queda una obra que la elevan sus románticas virtudes que provocan, que aun sabiendo lo que va a ocurrir en el final, deseo y espero se despierte ella antes de que tome el veneno él, grito a la pantalla que espere unos segundos, y provoca que casi se me salten las lágrimas (contadas veces esto me ocurre) cuando los dos mueren. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2020/03/romeo-julieta-de-william-shakespeare.html