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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama La acción se sitúa entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando Brant Royle (Gary Cooper), regresa a su pueblo natal, donde la poderosa familia Singleton domina la producción y el negocio tabaquero. Años atrás, el magnate de esta familia consiguió expulsar de allí a Brant y a su enfermo padre, debido al contacto que el joven mantenía con la hija del empresario (Patricia Neal). Gracias al inventor de una máquina para ... [+]
16 de agosto de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
170/08(13/08/18) Sugerente melodrama con efluvios a “Lo que el viento se llevó” (se puede entender el rol masculino de Brant un pseudo-remedo del femenino de Scarlett), por la época, el marco sureño, la mansión colonial, y por los triángulos amorosos. Dirigida por el húngaro Michael Curtiz (nombre de nacimiento Manó Kaminer), con guión de Donald MacDougall, adapta la novela homónima “Bright Leaf” (1949), de Foster Fritzsimmons (La trama se basa libremente en la rivalidad de los magnates del tabaco Washington Duke y John Harvey McElwee en Carolina del Norte). Cinta que aborda temas como la codicia, la sed de venganza, la frustración, la obsesión, la idealización del amor, el odio patológico, ello en un arranque potente, siguiendo el manual del tipo que de la nada se eleva a los altares de las grandes fortunas y por el camino se corrompe, pero que a medida que avanza las situaciones suceden a toda prisa, con elipsis cortantes que impiden los personajes se desarrollen adecuada y gradualmente. En el papel del protagonista Brant Royle está Gary Cooper y Patricia Neal en el de su interés (obsesivo) amoroso Margaret Singleton, que habían encarnado a la extraordinaria pareja protagónica de “El manantial” (1949), formaban entonces una pareja de hecho que mantenía su romance oculto tras la discreción y el silencio. El papel de Sonia Kovac, de 26 años, corre a cargo de una jovencísima y atractiva Lauren Bacall. El título proviene del tipo de tabaco cultivado en Carolina del Norte después de la Guerra Civil estadounidense. El elogio que se hace del consumo de cigarrillos se ha de encuadrar en la época de producción del film, asimismo el modo bastante racista en que se trata a los pocos afroamericanos que aparecen ídem (no por ello menos criticable). La acción dramática tiene lugar en Kingsmont, localidad tabaquera de Carolina del Norte, entre 1894 y 1901.

Film interesante, con momentos álgidos de intensidad, pero cuando termina te das cuenta de que ha sido de poco calado emocional, que apenas te ha rascado, y es que todo resulta previsible, y los personajes se definen al principio y luego no tienen apenas arco de desarrollo. Toda la catarsis es la máquina de liado de cigarrillos, y con ella el golpe de suerte de un resentido, que aliado a un par de socios (un vendedor de crece-pelos que aparece de la nada, y el creador de la máquina) que son simples esbozos, y a la (hermosa) financiera (mujer florero que espera una y otra vez que su tortolito le dé un besito y le diga le quiere), suben como la espuma en su poder económico, pero por el camino todo resulta un tanto trepidante, y las acciones son arrolladas por las prisas, ejemplo es que nunca sabemos de dónde le viene el odio al Mayor Singleton hacia los Royle, simplemente por imperativo guionístico, estas motivaciones hubieran dado más fondo al mejor de los personajes, y a la vez habría contribuido a dar solidez a la historia, como tampoco sabemos el porqué de la inquina de Margaret a Sonia, simplemente porque sí, este error se aumenta cuando la película no nos regala ninguna escena de las dos rivales en un duelo de “gatas”. Aunque es de alabar el modo sutil en que contrapone a las dos mujeres, Margaret es la caprichosa heredera de una fortuna sureña, pícara, fría, se le supone de buenos modales en su educación, pero es una víbora con sonrisa cautivadora, frente a ella (pero nunca juntas) Sonia, todo lo contrario, es una “empresaria” que lleva un exitosa prostíbulo, enamorada fervientemente de Brant, abnegada, noble, digna; dos caracteres contrapuestos con el vértice que las une de Brant; como lo son el del Mayor y Brant, el primero representa los valores sureños ancestrales y conservadores, reacio a la modernización y los avances tecnológicos, no saber adaptarse a los nuevos tiempos será su perdición, frente a él Brant, ejemplificando los nuevos tiempos, el saber amoldarse al futuro, el Sueño Americano por excelencia, pero con ello perdiendo las nobles tradiciones sureñas.

La película se desarrolla a ritmo demasiado rápida, incluso desbocado en algunos momentos, ello en un primer tramo en el que se suministran desengrasantes dosis de humor, pero pasado el primer tercio este tono se difumina para dejar paso al melodrama crudo, ello con personajes estereotipados, sin demasiadas aristas de complejidad, se les ve venir, no hay giros o transformaciones, quedando una cierta sensación de déjà vu, hasta desembocar en un final con cierto halo a la ya mencionada “Lo que el viento se llevó”, pero que no te remueve emocionalmente.

Gary Cooper da bien con el carácter convulso-impulsivo-rencoroso de Bran Royle, teniendo una química especial con patricia O’Neal, teniendo entre los dos momentos de tensión latente, lástima que su personaje sea tan arquetípico; Patricia O’Neal como Margaret exhibe esa belleza gélida-magnética similar a la de “El manantial”, papel de empuje y rabia que borda; Lauren Bacall tiene como Sonia un rol bastante apocado en su abnegación amorosa a su idealizada Brant, le faltan aristas, aunque le sobra beldad; Donald Crisp como el Maj. James Singleton da el mejor rendimiento de todos derrochando carisma y regio porte, te crees su soberbia y orgullo desmedido, siendo protagonista de uno d elos grandes momentos del film (spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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