Media votos
6.5
Votos
5,713
Críticas
5,211
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
9
8.1
13,678
Cine negro. Intriga
Jeff Bailey, un antiguo detective, posee una gasolinera en un pequeño pueblo, donde lleva una vida tranquila y sencilla. Sus amores son la pesca y una joven con la que quiere casarse. Inesperadamente, recibe la visita de un viejo conocido que le anuncia que el jefe quiere verlo. Bailey se ve entonces obligado a contarle a su novia su turbio pasado. (FILMAFFINITY)
14 de noviembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
207/02(04/11/16) Clásico imperecedero del cine negro, un Jacques Torneaur en su cumbre nos regala una obra con un tremendo halo fatalista, un icono del género, donde no faltan todos los elementos inherentes al noir, protagonista de apariencia de duro que una femme fatale encuentra sus grietas, mafiosos sofisticados, asesinos sin escrúpulos, red mentiras, traiciones, y sobre todo sueños rotos. Basada en la novela de Daniel Mainwaring "Build My Gallows High" (1946), que el propio novelista adaptó al cine (bajo el seudónimo de Geoffrey Homes), con ayuda de los no acreditados Frank Fenton (“Rio sin retorno”) y James M. Cain (“Perdición”), componiendo un entramado sórdido de relaciones que se van enmarañando en una telaraña opresiva de la que los personajes parecen no poder escapar a su destino. Apoyándose la narración en un estilo visual fascinante gracias a la fenomenal fotografía en glorioso b/n de Nicholas Musuraca (“La mujer pantera”) y con una excelente banda sonora a cargo de Roy Webb (“Encadenados”) creando una atmósfera obsesiva, regida por unos actores en estado de gracia, un Robert Mitchum pletórico, pocos en cien han llevado una gabardina con más estilo que él (salvando a Bogart), y fumado con más naturalidad (quizás Bogart), se suma una de las mujeres fatales más fabulosas, una sensual y hermosa Jane Greer, y un villano sutil y de sonrisa cínica como es un Kirk Douglas estupendo, a su lado secundarios muy bien trazados en pocas pinceladas.
La cinta te atrapa desde su inicio, este con muchas similitudes con “Forajidos” (1946) de Robert Siodmak, del año anterior, tipo escondido del “mundo criminal” en un pueblucho de la América profunda, donde ha llevado una nueva y tranquila vida, descubierto por alguien de su pasado por casualidad, pero a partir de aquí la trama es bastante diferente, aunque si camina por el mismo género del cine negro más insidioso. Ello con un ritmo trepidante, donde apenas hay remansos, con la inclusión de un flash-back prodigioso en la síntesis narrativa y en descolocarte, para volver al presente con esa metáfora colosal del protagonista cerrando una reja, símil de que ya probablemente no podrá escapar, y el coche con su felicidad alejándose en el horizonte. Entonces se conforma una ambientación impresionante cerrando más y más el aire alrededor de su protagonista, donde engaños, medias verdades, chantajes, venganzas, y sobre todo la ambigüedad moral se campana a sus anchas en la historia. Ello con diálogos deliciosos, de dobles sentidos, punzantes, mordaces, cínicos, con un desarrollo intenso, con situaciones de enorme tensión tanto dramática como romántica, envolviendo a los complejos y retorcidos personajes en lo sombrío, seres dominados por sus bajos instintos, la codicia, la pasión amorosa, la sed de poder, y acuciados por los fantasmas del pasado.
El realizador desborda en el metraje su lirismo visual inquietante, revistiendo de romanticismo triste cada fotograma, es como si viéramos una caída (inevitable) al abismo, todo evolucionado con sensibilidad amarga, una visión lúgubre y pesimista de un microcosmos de personajes autodestructivos, individualistas, egoístas, ambivalentes en su comportamiento, nunca sabremos lo que va a ocurrir, el realizador nos va sorprendiendo a cada movimiento, ello con mucho fuera de campo y elegantes elipsis.
Sobresale la edificación de la mujer fatal, Kathie Moffett, compleja e individualista hasta la médula, puede ser enfocado su carácter desde diferentes lados, por lado puede ser el reflejo del poder manipulador femenino, una adalid de la mujer, una heroína que en un mundo de hombres utiliza sus perversas armas para destruir a hombres de apariencia poderosa, aquí ella es la fuerte, más que los machos, ella sabe lo que quiere y como lo quiere y no dudad en hacer lo necesario para alcanzarlo, una voluntad de hierro que contrasta con el modo en que maneja a los hombres cual marionetas, una mujer adelantada a su tiempo, emancipada e independiente. Pero esto positivo es visionado mediante una misoginia un tanto agria, y es que la mujer individualista solo puede ser mala, perversa, avariciosa, infiel, amoral, su lugar en el mundo es ser sumisa y amorosa como Ann (su novia actual), abnegada y sin maldad alguna, pero al menos deja una personalidad carismática y de un influjo poderoso en cada fotograma, incluso cuando no está presente.
La puesta en escena se convierte en un lienzo con que el parisino Torneaur traza incisivos contrastes de fuerte carga alegórica. Por un lado está el pueblo rural escondite del protagonista, amplios paisajes naturales, representa la luz, la esperanza, el sol, la ilusión, la bondad, la inocencia, y nobleza de las gentes de campo, allí encuentra el amor sumiso e integro, desinteresado, esto en contraposición al otro mundo, el urbano, el de la ciudad, mucha oscuridad, noche, sombras, claroscuros, tenue luz, aire asfixiante, habitaciones mostradas en contrapicados para oprimirnos más, aquí se hayan las mezquindades de nuestro submundo, la corrupción y podredumbre moral, la decadencia, el deseo insano, esto también pueden ser visto en el cabello de las mujeres las morenas (pelo negro) son las malvadas, y la rubia (soleado) la ternura pura. Hace también el director uso de recursos visuales figurativos, como las redes de pescador que vemos mientras la pareja Kathie-Jeff se besa en la playa de Acapulco, símbolo de cómo los dos están ya enredados sin poder escapar a su destino, o cuando Kathie-Jeff llegan lloviendo y empapados a la casa de ella, él le seca sensualmente el cabello, la besa en el cuello y tira la toalla contra una lámpara, entonces la cámara hace un fuera de campo y sale por la puerta que por la tormenta cimbrea, fuera la lluvia es copiosa (símbolo diáfano de relación sexual), o el ya mencionado de la reja que Jeff cierra para entrar en casa del mafioso Whit, quedando preso de su futuro.
La cinta te atrapa desde su inicio, este con muchas similitudes con “Forajidos” (1946) de Robert Siodmak, del año anterior, tipo escondido del “mundo criminal” en un pueblucho de la América profunda, donde ha llevado una nueva y tranquila vida, descubierto por alguien de su pasado por casualidad, pero a partir de aquí la trama es bastante diferente, aunque si camina por el mismo género del cine negro más insidioso. Ello con un ritmo trepidante, donde apenas hay remansos, con la inclusión de un flash-back prodigioso en la síntesis narrativa y en descolocarte, para volver al presente con esa metáfora colosal del protagonista cerrando una reja, símil de que ya probablemente no podrá escapar, y el coche con su felicidad alejándose en el horizonte. Entonces se conforma una ambientación impresionante cerrando más y más el aire alrededor de su protagonista, donde engaños, medias verdades, chantajes, venganzas, y sobre todo la ambigüedad moral se campana a sus anchas en la historia. Ello con diálogos deliciosos, de dobles sentidos, punzantes, mordaces, cínicos, con un desarrollo intenso, con situaciones de enorme tensión tanto dramática como romántica, envolviendo a los complejos y retorcidos personajes en lo sombrío, seres dominados por sus bajos instintos, la codicia, la pasión amorosa, la sed de poder, y acuciados por los fantasmas del pasado.
El realizador desborda en el metraje su lirismo visual inquietante, revistiendo de romanticismo triste cada fotograma, es como si viéramos una caída (inevitable) al abismo, todo evolucionado con sensibilidad amarga, una visión lúgubre y pesimista de un microcosmos de personajes autodestructivos, individualistas, egoístas, ambivalentes en su comportamiento, nunca sabremos lo que va a ocurrir, el realizador nos va sorprendiendo a cada movimiento, ello con mucho fuera de campo y elegantes elipsis.
Sobresale la edificación de la mujer fatal, Kathie Moffett, compleja e individualista hasta la médula, puede ser enfocado su carácter desde diferentes lados, por lado puede ser el reflejo del poder manipulador femenino, una adalid de la mujer, una heroína que en un mundo de hombres utiliza sus perversas armas para destruir a hombres de apariencia poderosa, aquí ella es la fuerte, más que los machos, ella sabe lo que quiere y como lo quiere y no dudad en hacer lo necesario para alcanzarlo, una voluntad de hierro que contrasta con el modo en que maneja a los hombres cual marionetas, una mujer adelantada a su tiempo, emancipada e independiente. Pero esto positivo es visionado mediante una misoginia un tanto agria, y es que la mujer individualista solo puede ser mala, perversa, avariciosa, infiel, amoral, su lugar en el mundo es ser sumisa y amorosa como Ann (su novia actual), abnegada y sin maldad alguna, pero al menos deja una personalidad carismática y de un influjo poderoso en cada fotograma, incluso cuando no está presente.
La puesta en escena se convierte en un lienzo con que el parisino Torneaur traza incisivos contrastes de fuerte carga alegórica. Por un lado está el pueblo rural escondite del protagonista, amplios paisajes naturales, representa la luz, la esperanza, el sol, la ilusión, la bondad, la inocencia, y nobleza de las gentes de campo, allí encuentra el amor sumiso e integro, desinteresado, esto en contraposición al otro mundo, el urbano, el de la ciudad, mucha oscuridad, noche, sombras, claroscuros, tenue luz, aire asfixiante, habitaciones mostradas en contrapicados para oprimirnos más, aquí se hayan las mezquindades de nuestro submundo, la corrupción y podredumbre moral, la decadencia, el deseo insano, esto también pueden ser visto en el cabello de las mujeres las morenas (pelo negro) son las malvadas, y la rubia (soleado) la ternura pura. Hace también el director uso de recursos visuales figurativos, como las redes de pescador que vemos mientras la pareja Kathie-Jeff se besa en la playa de Acapulco, símbolo de cómo los dos están ya enredados sin poder escapar a su destino, o cuando Kathie-Jeff llegan lloviendo y empapados a la casa de ella, él le seca sensualmente el cabello, la besa en el cuello y tira la toalla contra una lámpara, entonces la cámara hace un fuera de campo y sale por la puerta que por la tormenta cimbrea, fuera la lluvia es copiosa (símbolo diáfano de relación sexual), o el ya mencionado de la reja que Jeff cierra para entrar en casa del mafioso Whit, quedando preso de su futuro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La cinta se rueda en exteriores de California (Lago Tahoe, Lower Twin lake, La ke Sherwood, Sierra Nevada, Bridgeport, East Side de Sonora Park, Los Ángeles, San Francisco...), Nevada (Alta Sierra, Reno...), Méjico (Acapulco) y RKO Encino Ranch (CA) y en platós de RKO Studios (L.A.), estos lares enaltecidos por la primorosa fotografía de Nicholas Murasaca, aportando los mencionados contrastes en la dualidad de escenarios, jugando con los picados y contrapicados, con las sombras, claroscuros, penumbras, con una radiante “noche americana” dotando otros tramos de poesía cuasi-onírica (el tramo en México), con bellas tomas generales, implosivos primeros planos que extraen lo mejor de las brillantes interpretaciones, creando un clima brumoso gracias entre otros elementos al constante fumar, sobresaliente trabajo que se convierte en co-protagonista de la película. Se añade la música de Roy Webb dota de un aire genuinamente negro con toques jazzísticos, moviéndose con soltura entre lo dramático y lo romántico, añadiéndose un fragmento de la versión instrumental del sensual tema "The First Time I Saw You".
Jane Greer como Kathie Moffett es la mantis que se cierne sobre cada fotograma, su halito pernicioso es el aire enfermizo que provoca con s cu comportamiento artero y arbitrario, aportando externamente dulzura, sensualidad, belleza, seducción natural, fascinación, pero sobre todo conjugándolo con intriga, misterio, inteligencia, obsesión, una de las grandes mujeres fatales creadas para el cine, extraordinaria. Robert Mitchum con solo 28 años impregna a su rol de una compleja gama de emociones como dureza, hastío, existencialismo, cinismo, frustración, resignación (ante el destino) cansancio vital, lo interpreta de modo carismático, con mirada ajada, lacónico, adusto, de presencia rocosa, y aún así dejando entrever grietas de fragilidad y amargura, soberbio en un papel icono del antihéroe del noir. Kirk Douglas en uno de sus primero papeles en cine demuestra que tenía madera de grande, dota a su mafioso de elegancia, modales refinados, comportamiento sibilino que asusta en slo que no dice y en su pérfida simpatía, muy bueno. Virginia Huston como Ann, representa el sueño de salir de la espiral perniciosa en la que está el protagonista, muy guapa, pero le faltan matices para trascender, aunque muy buena en su última pregunta al chico sordomudo. Dickie Moore está fenomenal en su complicado rol de chico sordomudo, amigo fiel a Jeff, inquietante sus apariciones, y memorable su última expresión que da un sentido memorable al final del film.
Spoiler:
Le encuentro la tara de que el modo en que se supone que tienen cogido por los mismos a Jeff el mafioso me parece muy débil. Que Kathie haya hecho una declaración de que Jeff mató a su socio (lo mató ella), no sostiene el menor análisis, primero que ella huyó tras dispararle y fue Jeff el que se encargó de enterrarlo, con lo que ella no sabe dónde está el cuerpo, y después, por mucho que ella haga una declaración siempre será la palabra de ella contra la de él, un gota de agua en el mar de calidad del film.
Frases y diálogos resplandecientes:
“Solo nos merecemos a nosotros. Estamos hechos el uno para el otro”.
“Oh Jeff, no quiero morir”
“Yo tampoco nena, pero si lo tengo que hacer, seré el último en morir”.
"Eres como una hoja que el viento sopla de una alcantarilla a otra"
"Quizás yo estaba equivocado y la suerte es como el amor, hay que salir a su encuentro y luego conservarlo".
"No eres bueno y yo tampoco, somos tal para cual".
"Ojalá me alegrara de verte."
“No sabía que eras tan pequeña”
“Soy más alta que Napoleón”.
"No me ofendo desde hace diez años".
"Y cómo lo has logrado?"
"Tengo dinero".
"Tú lo sabías mejor que yo. Se iba con ella? Tengo que saberlo. Se iba con ella?"
Una de las cimas del cine negro. Fuerza y honor!!!
Podéis leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/11/retorno-al-pasado.html
Jane Greer como Kathie Moffett es la mantis que se cierne sobre cada fotograma, su halito pernicioso es el aire enfermizo que provoca con s cu comportamiento artero y arbitrario, aportando externamente dulzura, sensualidad, belleza, seducción natural, fascinación, pero sobre todo conjugándolo con intriga, misterio, inteligencia, obsesión, una de las grandes mujeres fatales creadas para el cine, extraordinaria. Robert Mitchum con solo 28 años impregna a su rol de una compleja gama de emociones como dureza, hastío, existencialismo, cinismo, frustración, resignación (ante el destino) cansancio vital, lo interpreta de modo carismático, con mirada ajada, lacónico, adusto, de presencia rocosa, y aún así dejando entrever grietas de fragilidad y amargura, soberbio en un papel icono del antihéroe del noir. Kirk Douglas en uno de sus primero papeles en cine demuestra que tenía madera de grande, dota a su mafioso de elegancia, modales refinados, comportamiento sibilino que asusta en slo que no dice y en su pérfida simpatía, muy bueno. Virginia Huston como Ann, representa el sueño de salir de la espiral perniciosa en la que está el protagonista, muy guapa, pero le faltan matices para trascender, aunque muy buena en su última pregunta al chico sordomudo. Dickie Moore está fenomenal en su complicado rol de chico sordomudo, amigo fiel a Jeff, inquietante sus apariciones, y memorable su última expresión que da un sentido memorable al final del film.
Spoiler:
Le encuentro la tara de que el modo en que se supone que tienen cogido por los mismos a Jeff el mafioso me parece muy débil. Que Kathie haya hecho una declaración de que Jeff mató a su socio (lo mató ella), no sostiene el menor análisis, primero que ella huyó tras dispararle y fue Jeff el que se encargó de enterrarlo, con lo que ella no sabe dónde está el cuerpo, y después, por mucho que ella haga una declaración siempre será la palabra de ella contra la de él, un gota de agua en el mar de calidad del film.
Frases y diálogos resplandecientes:
“Solo nos merecemos a nosotros. Estamos hechos el uno para el otro”.
“Oh Jeff, no quiero morir”
“Yo tampoco nena, pero si lo tengo que hacer, seré el último en morir”.
"Eres como una hoja que el viento sopla de una alcantarilla a otra"
"Quizás yo estaba equivocado y la suerte es como el amor, hay que salir a su encuentro y luego conservarlo".
"No eres bueno y yo tampoco, somos tal para cual".
"Ojalá me alegrara de verte."
“No sabía que eras tan pequeña”
“Soy más alta que Napoleón”.
"No me ofendo desde hace diez años".
"Y cómo lo has logrado?"
"Tengo dinero".
"Tú lo sabías mejor que yo. Se iba con ella? Tengo que saberlo. Se iba con ella?"
Una de las cimas del cine negro. Fuerza y honor!!!
Podéis leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/11/retorno-al-pasado.html