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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama Yelan es una aldea perdida de Siberia donde viven desde siempre dos familias, los Solomin y los Ustuizhanin, ricos los primeros y pobres los segundos. A Yelan llega por fin la noticia del triunfo de la Revolución de octubre de 1917. Mientras los Ustuizhanin la reciben con alegría, los Solomin se niegan a reconocer el nuevo orden. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2010
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
108/32(26/03/10) Es un irregular fresco histórico sobre la evolución rusa a través de un homenaje a la vasta y bella región de Siberia por parte del realizador ruso Andrei Konchalovsky, se hace un recorrido épico a las primeras siete décadas del siglo XX, el referente es una aldea en medio de la Taiga, Yelan, donde conviven dos sagas familiares, los Solomin, los ricos, y los Usthyuzhanin, los pobres, dos familias que entre ellos se pelean, se enamoran, hacen las paces, teniendo como telón de fondo los cambios drásticos que suceden en el país, como la revolución soviética, la Segunda Guerra Mundial o la búsqueda desesperada de petróleo en la región. Lo de irregular es por su tempo lento, deudor de la cadencia de más allá del telón de acero, es decir larguísima duración, unos 200 minutos, donde la síntesis y la condensación hubieran hecho del relato algo mucho mejor, unos buenos recortes de metraje hubiera hecho que la cinta no tuviera tantísimo altibajo, y es que parece ser que les encanta oír crecer la hierba, con lo cual es de los típicos films que uno suele decir que gran fotografía y este no es excepción, Levan Paatasvili realza la belleza de un paisaje salvaje que evoca a la libertad, a espíritus libres, como son los habitantes de Yelan, ejemplo es uno de ellos empeñado en abrirse paso en medio de la jungla, talando árboles para llegar a la mítica ‘Melena del diablo’. Es la historia un canto a la naturaleza, donde se nos idealiza el modo de vida rural en un entorno que le cuesta avanzar y resultan atropellados por el progreso, a lo que intentan resistirse con sus armas. Hay escenas dotadas de un lirismo entrañable, donde lo poético se traspasa la pantalla con secuencias que son cuadros formidables, ayudado por la deliciosa música de Eduard Nikolay Artemiev, de las que se te enroscará en el subconsciente. Recomendable trabajo a los que gusten de retratos de una época convulsa, en este caso tomando como excusa el microcosmos de una aldea rural. Fuerza y honor. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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