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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de afrontar el mayor reto de su carrera profesional: grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. Pero su vida personal y sus decisiones van a ir interfiriendo en su carrera musical con consecuencias imprevisibles. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2023
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
18/18(18/01/23) Irregular, aunque sugerente drama psicológico, escrito y dirigido por el poco prolífico Todd Field, este es su tercer film en 21 años de carrera (tras “In the Bedroom” en 2001, y “Little Children” en 2006, con lo que llevaba 16 años apartado de la dirección), en lo que es adentrarse en un subgénero fílmico elitista y clasista, como es el abordar el micro universo de los entresijos de una orquesta de música clásica (“El director de orquesta”, “Sinfonía en soledad: Un retrato de Glenn Gould”, “El violín rojo”, “El último concierto”; con sus derivadas en el ballet en por ejemplo “Las zapatillas rojas” o “Cisne Negro”), en este caso centrándose en la crisis de una compositora y directora (ficticia) Lydia Tár, la primera directora titular de la Filarmónica de Berlín, inmersa en los ensayos para la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler y en la promoción de su libro auto biográfico Tár on Tár, haciendo un retrato ácido del poder (de su abuso… sexual), del culto a la celebridad, del snobismo, del arribismo, de la competitividad, de la arrogancia, del narcisismo, de la egolatría, habiendo espacio para la crítica los nuevos medios de transmisión de ‘noticias’ (como se mueven los videos virales que pueden arruinar vidas) de internet, ello reflejado en lo que es lo mejor de la película, la sensacional actuación de la descomunal Cate Blanchett (da igual cuando diga esto; siete nominaciones y dos Oscas por "El Aviador" de reparto y "Blue Jasmine" de principal), dueña y señora de la pantalla, no hay escena en la que nos esté presente, tan brillante que hace que el resto el elenco de actuaciones de reparto queden opacadas por su carisma (ejemplo notorio es el siempre grande Mark Strong, aquí resulta una figura pequeñita). Encarna a Lydia una (persona que está en el selecto club) EGOT (se denomina así a quien tiene el cuarteto de premios Emmy, Grammy, Oscar y Tony) obsesionada con la perfección en su trabajo, es un placer verla transmutada en esta dura directora de orquesta, implacable, manipuladora, utiliza su condición de perteneciente a minorías, pues es mujer y lesbiana. No muestra sentimientos a la hora de cortar ‘cabezas’, arrolla con su poderío, con su crudo carácter, con su punzante expresividad, como tras su corza de rígida se haya una persona con evidentes grietas mentales que van goteando con sus inseguridades que quiere esconder, no duda en avasallar con su superioridad moral (lo hace al inicio del film con un alumno ‘pan-género y con Bach de referente, estableciendo el dilema moral entre la persona artista), Deslumbrante.

Comienza de forma espléndida con dos escenas roídas a en plano único sostenido que dan reflejo de la fuerza dramática de la Blachett. En la primera Tár es entrevistada en el escenario por Adam Gopnik (himself) del New Yorker. Donde Gopnik hace una ensalzadora semblanza de la mujer, donde ella da un muy medido discurso cargado de falsa humildad, haciendo comentarios sobre los procesos creativos artísticos. Tras esta hábil y sutil presentación pasamos a una clase musical en la escuela de Juilliard a estudiantes. Allí con su arrolladora personalidad altiva destroza a un alumno ante su reticencia a interpretar música de Johann Sebastian Bach por su vida íntima, aduce: ‘Fue un misógino que tuvo 20 hijos con distintas mujeres’, y ella le espeta: “Que que tienen que ver sus proezas en la cama con el Sí menor... Si el talento de Bach se puede reducir a su género, país de nacimiento, religión, sexualidad, etc., entonces también se puede reducir el tuyo”. En realidad, una vez visto el film, puede entenderse como una defensa de sí misma.

Field muestra a Tar de forma sutil, sin que su patología depredadora sexual sea explícita, pero sin embargo va dejando migas de pan que puedan darlo a entender, habiendo referencias en este sentido a Jimmy Levine y Charles Dutoit, directores destacados estuvieron entre las primeras víctimas de la caza de brujas sexual en curso. El director juega a lo velado, a dejar indicios, miradas, actuaciones arbitrarias, mentiras, ensoñaciones, juega a generar preguntas y no dar respuestas, deja sea el espectador el que interprete. Ello en un devenir lento, incluso parsimonioso en algunos tramos, aunque regado de algunos diálogos y escenas ricas dramáticamente. Con tramos de buena tensión emocional que nos llega en este retrato de personalidad, donde los secretos y fantasmas en el armario amenazan con hacerla colapsar. Esto último crípticamente reflejado en las pesadillas que tiene y que le hacen sentir un mundo oculto en su vivienda, donde no se sabe si es real (ruidos extraños, gritos, …) lo que notamos a través de la convulsa y afectada protagonista. Estamos con ella en su complicada vida que cual funambulista intenta mantener los platillos sobre las varillas en movimiento sin que se caigan, y siempre desde sentirse el centro del mundo. Estamos con ella mientras está en la cima, seguimos su ambición, sus debilidades sexuales (subrepticiamente expuestas en su nepotismo), y de allí solo puede caer. Y esto lo vamos viendo en grietas que traslucen tras su coraza, ello incluytendo mucho simbolismo y alegoría. Esto queda muy bien en su formidable rush final (spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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