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Voto de TOM REGAN:
6
6.8
17,425
Drama. Comedia
Explora la historia real sobre cómo Dick Cheney (Christian Bale), un callado burócrata de Washington, acabó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush (Sam Rockwell), con consecuencias en su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
10/10(15/01/19) Singular y desequilibrado biopic realizado y guionizado por Adam McKay sobre la polémica figura del considerado el vicepresidente USA con más poder de la historia, Dick Cheney, controlando más que el propio presidente (ejército, servicios secretos, energía, o política exterior), el hombre tras la sombra que movía los hilos de George Bush jr. (Expuesto como una mediocre marioneta del “vice”). El realizador tuvo gran éxito con su anterior obra, “Big Short”, vuelve a hacer de cronista de nuestro tiempo, adopta misma estructura narrativa de montaje cuasi-epiléptico de la mencionada cinta que abordaba la crisis económica del 2008, implica con ello un tono de comedia negra vertiginosa. La trama sigue a Cheney en su ascenso al vicepresidente, cómo escaló a lo largo de cuatro décadas en diferentes puestos políticos en la Casablanca en diferentes administraciones (Nixon, Ford, Reagan, Bush padre, hasta llegar a “Vice” con Bush hijo), con las que pasaremos por hechos claves en la Historia USA (Guerra de Vietnam, la Guerra de Camboya, Watergate, los atentados del 11 s, la guerra con Irak,…), y fue aprendiendo las intrigas de “palacio”, ello en parte con su mentor Donald Rumsfeld y los empujones “ladymacbethianos” de su esposa Lynne, hablándonos de un tipo anti-carismático, siniestro, hipócrita, arribista, amoral, nihilista, codicioso, maquiavélico, y que se aprovechó de la tragedia del 11-S para acercara a la nación norteamericana a una dictadura, donde permitió la tortura, el espionaje gubernamental masivo sin permiso, o enriqueciéndose con la guerra a través de su empresa Hallyburton, lo que pude llamarse una anti-hagiografía. Una sátira política en la que McKay vuelve a intentar (como en “Big Short”) contarnos una farragosa historia, que abarca décadas y multitud de situaciones complejas, reconociendo el desafío el director, como bien hace en el inicio, para sortear esta aprensión del espectador se aplica en un estilo pretendidamente entretenido de narración trepidante, donde los planos resultan fugaces, desarrollando todo un tsunami de recursos estéticos, flash-backs, imágenes de archivo, dioramas, ruptura de la cuarta pared (mayormente por un narrador omnisciente y omnipresente que parece ajeno a la acción, y por supuesto no lo está), intertítulos, parodias, homenajes shakesperianos, flash-forwards de broma, y más y más. Pues todo sumado me da un film caótico, que te quieren dar a cucharones su mensaje obvio, panfletario y sin matices de que Dick Cheney era muy malo, pero no se profundiza en el personaje, carece de intensidad el desarrollo, tiene buenos momentos, algunos notables, pero son alternados con muchos michelines, con demasiados subrayados, añádase que no nos cuentan nada que ya no supiera alguien mínimamente enterado de la política americana, tendiendo a ser en algunos tramos un mero mashup de datos ya conocidos que muchos casos son incrustados en modo sketch (influenciado del trabajo de McKay en “SNL”), aspirando el realizador a más de lo que consigue, es un alambique con algunos giros atractivos, pero con mucho relleno cuasi-onanista, gustándose demasiado McKay a sí mismo. Mención aparte merece la extraordinaria encarnación de Christian Bale. El título original en inglés ("Vice"), es un juego de palabras entre diminutivo de vicepresidente y vicio (también traducción al castellano), haciendo referencia al vicio del poder.
“Cuídense del hombre callado. Porque mientras otros hablan, él escucha. Y mientras otros actúan, él planea. Y cuando ellos finalmente descansan, él ataca”, cita anónima antes de los créditos iniciales que marca la hierática y siniestra personalidad del protagonista.
McKay se nota entusiasta e irreverente al tratar de contarnos la vida de este anti-héroe, podría haber optado por ser más solemne y apegado al academicismo, con intensidad y dramatismo, pero el director es de la ola Michael Moore, cree que las cosas que se dicen más en broma son las más serias, que el humor negro entra y se digiere más suave que una biografía lineal y seca. Con lo que convierte la cinta en una sucesión de viñetas satíricas, a modo de esas tiras de humor que adornan los periódicos. Este modo de contarnos la vida y obra de este gerifalte se apoya en la “sospecha” de que si no puede ser farragoso y aburrido, claramente expresado al inicio con una voz en off que remarca que los estadounidenses poseen en general mentalidades simples y no desean que les cuenten asuntos complejos que escapan a su comprensión, viven más felices en la ignorancia (la imagen de las jóvenes gritando de jolgorio en una disco lo viene decir). Para ello se sirve de un torbellino de elementos con desigual fortuna, con altibajos, e incluso algunas veces se pasa de frenada, aunque mantiene en su metraje bastantes virtudes que la hacen recomendable. Con momentos tan buenos e ingenioso como cuando estando en la Casablanca durante la presidencia Nixon, Cheney se encuentra desorientado cuando se entera de que el presidente planea con Kissinnger más bombardeos sobre Indochina, entonces pregunta a su mentor Donald Rumsfeld “… y nosotros en que creemos?”, que encuentra como respuesta la risa de Rumsfeld, y proyectando el nihilismo y la amoralidad con la que se mueve el protagonista.
Algunos biopics dan semblante del personaje cogen un hecho crucial en su vida y a partir se retrata su carácter (“Lincoln”, “El instante más oscuro”, “Hitchcock”), pero McKay opta por abarcar 40 años, desde que fue expulsado de Yale, hasta que se retiró de la política, demasiados sucesos, cuando lo importante son sus 8 años como “Vice”, del 2000-2008, opta por un prólogo hasta entonces en que nos bombardea con una edición rozando lo esquizofrénico, esta información nos llega a modo de cortes de la wiki dramatizados, no aportan demasiado (su relación con Rumsfeld es prototípica), se excede y gasta munición, llega a saturar en algunos lances…. (sigue en spoiler)
“Cuídense del hombre callado. Porque mientras otros hablan, él escucha. Y mientras otros actúan, él planea. Y cuando ellos finalmente descansan, él ataca”, cita anónima antes de los créditos iniciales que marca la hierática y siniestra personalidad del protagonista.
McKay se nota entusiasta e irreverente al tratar de contarnos la vida de este anti-héroe, podría haber optado por ser más solemne y apegado al academicismo, con intensidad y dramatismo, pero el director es de la ola Michael Moore, cree que las cosas que se dicen más en broma son las más serias, que el humor negro entra y se digiere más suave que una biografía lineal y seca. Con lo que convierte la cinta en una sucesión de viñetas satíricas, a modo de esas tiras de humor que adornan los periódicos. Este modo de contarnos la vida y obra de este gerifalte se apoya en la “sospecha” de que si no puede ser farragoso y aburrido, claramente expresado al inicio con una voz en off que remarca que los estadounidenses poseen en general mentalidades simples y no desean que les cuenten asuntos complejos que escapan a su comprensión, viven más felices en la ignorancia (la imagen de las jóvenes gritando de jolgorio en una disco lo viene decir). Para ello se sirve de un torbellino de elementos con desigual fortuna, con altibajos, e incluso algunas veces se pasa de frenada, aunque mantiene en su metraje bastantes virtudes que la hacen recomendable. Con momentos tan buenos e ingenioso como cuando estando en la Casablanca durante la presidencia Nixon, Cheney se encuentra desorientado cuando se entera de que el presidente planea con Kissinnger más bombardeos sobre Indochina, entonces pregunta a su mentor Donald Rumsfeld “… y nosotros en que creemos?”, que encuentra como respuesta la risa de Rumsfeld, y proyectando el nihilismo y la amoralidad con la que se mueve el protagonista.
Algunos biopics dan semblante del personaje cogen un hecho crucial en su vida y a partir se retrata su carácter (“Lincoln”, “El instante más oscuro”, “Hitchcock”), pero McKay opta por abarcar 40 años, desde que fue expulsado de Yale, hasta que se retiró de la política, demasiados sucesos, cuando lo importante son sus 8 años como “Vice”, del 2000-2008, opta por un prólogo hasta entonces en que nos bombardea con una edición rozando lo esquizofrénico, esta información nos llega a modo de cortes de la wiki dramatizados, no aportan demasiado (su relación con Rumsfeld es prototípica), se excede y gasta munición, llega a saturar en algunos lances…. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… Su vida íntima se trata (como casi todo) en flashes set-pieces en que debemos rellenar los huecos nos faltan. Un minutaje en tono de farsa y Grand Guiñol, con dardos constantes, donde obviedades son huracán, donde la sutileza ni está ni se le espera, despotismo, corrupción política, manipulación borreguil de las masas, el abuso del poder, la tortura, el belicismo.
McKay tiene claro su objetivo, pero peca al dárnoslo todo masticado, cae en esquematismo, su clima burlón y bufo resta más que suma, hay muchos aciertos, y hay muchos valles, no sabe pausar para que conozcamos al protagonista, se hace degustable y fácil de aguantar, pero cuando acaba te sientes un tanto vacío, te has reído, has visto lo malo que era Cheney, pero no has saboreado, no ha habido complejidad que diera aristas al personaje, ha sido como ir al fast-food de turno en comparación con ir a un restaurant y disfrutar plácidamente. Ya sabemos que Cheney es la mente tras tantas tropelías, la Guerra de Irak, su connivencia con Hallyburton, como se propasó en las leyes (acercándose al absolutismo) para espiar a todo el mundo y para torturar con juegos semánticos como "interrogatorio mejorado", pero ya de paso se le endosa ser responsable de la creación de ISIS (¿?).
Christian Bale vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores de su generación, un camaleón que se metamorfosea de modo estajanovista en Dick Cheney, asistido por una prótesis tan maravillosa que no se nota, y un trabajo físico de engorde, el intérprete se pierde bajo la piel del protagonista, con sus ademanes calmados, con su voz serena, con su mirada seca, sabiendo dejar brillo para la vulnerabilidad cuando está con su esposa, y sobre todo en la escena en que su hija menor Mary (Alison Pill), le dice que es lesbiana. Extraordinario su temple frío y a la vez sombrío. Actuación que le ha valido el Globo de Oro como mejor actor, galardón que agradeció a Satanás, por haberle inspirado a la hora de afrontar el papel, genial dedicatoria; Amy Adams está notable en rol de Lynne “Lady Macbeth” esposa de Dick, exhibiendo carácter, vigor, energía, tanto que se siente algo desaprovechada; Steve Carell es Donald Rumsfeld, da una interpretación algo caricaturesca; Sam Rockwell como George Bush hijo lo encarna con gran mesura, sin caer en la caricatura, pero dejando entrever su parquedad en personalidad, su frugalidad intelectual, y su don para ser manipulado arteramente por Dick; Resto de secundarios quedan en cuasi-apuntes a pie de página, si acaso destacar por ser camafeos Naomi Watts como presentadora de un noticiario televisivo, y Alfred Molina como disfuncional camarero de Dick y su séquito.
Puesta en escena entre apabullante y aparatosa. Con un buen diseño de producción de Patrice Vermette (“Sicario”), recreando los regios escenarios en California (Santa Clarita y Kern River), con una estimable cinematografía de Greig Fraser (“Zero Dark Thirty”); Pero donde sobresale (para bien y mal) es en la zozobrante edición de Hank Corwin (“El árbol de la vida”), lo más parecido a montarte en una montaña rusa, donde los planos cambian de forma fulgurante, un vendaval irregular, pero impresionante en sus picos.
Spoiler:
Desconcierta McKay muestre a Dick Cheney como comadreja inteligente y callada, agazapada esperando su momento para atacar y obtener su premio del poder para mangonear a su antojo desde la sombra del presidente. Todo claro como el agua, pero entonces en el final hay un soliloquio a cámara del “Vice” (escrito por el propio director) en el que se justifica de todos sus actos en pos de “La seguridad de las familias americanas”, que no buscaba su bien personal, lo cual me deja aturdido.
En conjunto me queda una interesante propuesta, alocada, delirante, divertida, pero que se siente en muchos tramos desbocada, sin saber medir el ritmo, confundiendo rapidez con frescura. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/01/vice.html
McKay tiene claro su objetivo, pero peca al dárnoslo todo masticado, cae en esquematismo, su clima burlón y bufo resta más que suma, hay muchos aciertos, y hay muchos valles, no sabe pausar para que conozcamos al protagonista, se hace degustable y fácil de aguantar, pero cuando acaba te sientes un tanto vacío, te has reído, has visto lo malo que era Cheney, pero no has saboreado, no ha habido complejidad que diera aristas al personaje, ha sido como ir al fast-food de turno en comparación con ir a un restaurant y disfrutar plácidamente. Ya sabemos que Cheney es la mente tras tantas tropelías, la Guerra de Irak, su connivencia con Hallyburton, como se propasó en las leyes (acercándose al absolutismo) para espiar a todo el mundo y para torturar con juegos semánticos como "interrogatorio mejorado", pero ya de paso se le endosa ser responsable de la creación de ISIS (¿?).
Christian Bale vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores de su generación, un camaleón que se metamorfosea de modo estajanovista en Dick Cheney, asistido por una prótesis tan maravillosa que no se nota, y un trabajo físico de engorde, el intérprete se pierde bajo la piel del protagonista, con sus ademanes calmados, con su voz serena, con su mirada seca, sabiendo dejar brillo para la vulnerabilidad cuando está con su esposa, y sobre todo en la escena en que su hija menor Mary (Alison Pill), le dice que es lesbiana. Extraordinario su temple frío y a la vez sombrío. Actuación que le ha valido el Globo de Oro como mejor actor, galardón que agradeció a Satanás, por haberle inspirado a la hora de afrontar el papel, genial dedicatoria; Amy Adams está notable en rol de Lynne “Lady Macbeth” esposa de Dick, exhibiendo carácter, vigor, energía, tanto que se siente algo desaprovechada; Steve Carell es Donald Rumsfeld, da una interpretación algo caricaturesca; Sam Rockwell como George Bush hijo lo encarna con gran mesura, sin caer en la caricatura, pero dejando entrever su parquedad en personalidad, su frugalidad intelectual, y su don para ser manipulado arteramente por Dick; Resto de secundarios quedan en cuasi-apuntes a pie de página, si acaso destacar por ser camafeos Naomi Watts como presentadora de un noticiario televisivo, y Alfred Molina como disfuncional camarero de Dick y su séquito.
Puesta en escena entre apabullante y aparatosa. Con un buen diseño de producción de Patrice Vermette (“Sicario”), recreando los regios escenarios en California (Santa Clarita y Kern River), con una estimable cinematografía de Greig Fraser (“Zero Dark Thirty”); Pero donde sobresale (para bien y mal) es en la zozobrante edición de Hank Corwin (“El árbol de la vida”), lo más parecido a montarte en una montaña rusa, donde los planos cambian de forma fulgurante, un vendaval irregular, pero impresionante en sus picos.
Spoiler:
Desconcierta McKay muestre a Dick Cheney como comadreja inteligente y callada, agazapada esperando su momento para atacar y obtener su premio del poder para mangonear a su antojo desde la sombra del presidente. Todo claro como el agua, pero entonces en el final hay un soliloquio a cámara del “Vice” (escrito por el propio director) en el que se justifica de todos sus actos en pos de “La seguridad de las familias americanas”, que no buscaba su bien personal, lo cual me deja aturdido.
En conjunto me queda una interesante propuesta, alocada, delirante, divertida, pero que se siente en muchos tramos desbocada, sin saber medir el ritmo, confundiendo rapidez con frescura. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/01/vice.html