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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Acción El Dr. Paul Kersey (Bruce Willis) es un famoso cirujano que vive con su familia en Chicago. Un día, su esposa (Elisabeth Shue) y su hija (Camila Morrone) son brutalmente atacadas en su casa. Paul, que siempre había sido un tipo tranquilo, siente cómo la sed de venganza va apoderándose de él. Con la policía sobrecargada de crímenes, decide tomar la justicia por su mano e ir en busca de los agresores de su familia y de paso enfrentarse a ... [+]
29 de junio de 2020
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
191/40(28/06/20) Grotesco remake del popular film de 1974 protagonizado por el estoico Charles Bronson ý dirigida por el artesano de la acción Michael Winner (que dio pie a una saga), que tampoco es que fuera una maravilla, pero comparada con esta de Eli Roth con Bruce Willis de protagonista es “Ciudadano Kane”. Tenía ganas de ver esta versión por saber que podría aportar el guión de Joe Carnahan (“Narc”) al libreto primigenio de de Wendell Mayes que a su vez adaptaba la novela homónima de Brian Garfield de 1972, pero lo que en la original era un cuando aire setentero serie b, con acción y tiroteos secos, con un debate sugerente sobre si podemos tomarnos la justicia por nuestra mano, ello en un contexto de una urbe sumida en el terror de las pandillas y narcotraficantes, pero este clima no se respira hoy día, y parece esto impostado desde el corifeo de la voz en off de una radio espetando los niveles insoportables de crimen en Chicago. Aquí deriva en un mensaje rancio y simplista, sin fuerza alguna, propio de un infantilismo grimante en su ideario ultra fascista de culto a las armas, quizás patrocinado por la ANR y por ende producto alabar por Donald Trump, donde parece que nos estén diciendo que no es que tenemos el derecho a llevarlas, si no que tenemos el deber de utilizarlas. Esto ya lo llevaba la de 1974, pero al menos su juego artero se notaba destinado a mentes simples que disfrutan con productos escapistas, aquí pretende más y se toma en serio a sí misma y la ‘caga’. Nada que ver con otra que hace poco trataba temas similares como “Prisioneros” (2013) de Villeneuve y lo había generando en su complejidad y hondura tono incisivo potente.

Como primeras alteraciones están que pasamos de Nueva York a Chicago, que el protagonista Paul Kersey pasa de ser un arquitecto a ser un cirujano, y que en la Home Invasion, de modo timorato y cobardica el director no hace que los asaltantes violen a la hija, la que era la escena más impactante de la de Michael Winner, aquí todo se ventila con dos disparos (y no se sabe porque no rematan la hija para no dejar testigos; Como no se sabe quién llama la ambulancia; como no se sabe cómo un tipo acomodado de cirujano como Paul Kersey no tiene alarma en su residencia) . El modo en que este protagonista pasa de cirujano a vigilante nocturno vengativo resulta inverosímil, asistido por videos risibles de tutoriales de youtube (aportación moderna, como lo es el modo de hacer viral a “El Ángel Exterminador” a través de un video viral de móvil), donde el personaje a pesar de estar dedicado profesionalmente a salvar vidas, no tiene dilemas morales al ir matando fríamente cual videojuego, ello en una trivialización de la violencia que resulta aberrante por el enfoque que se quiere dar de hacerte reflexionar. Por supuesto que hay muchísimas películas que banalizan la violencia, y algunas son muy buenas, pero lo hacen sin tomarse en serio (ejemplo de los últimos es la saga “John Wick”). Producto moralmente vomitivo que si te paras a pensar un segundo hace aguas con mayor estrépito que el Titanic. Quedándome un thriller de acción olvidable y superficial en su ideología reaccionaria, donde todo se siente tan artificioso como unos personajes acartonados (que habría pasado si eliminan al hermano y a los policías del guión? Pues que la película sería la misma por la nula interacción de estos con los acontecimientos), capitaneados por un insulso e inexpresivo Bruce Willis, que en su modo de comportarse es una especie de “Unbreakable” (2000) que el encarnó, donde incluso mantiene la imagen con la muda con capucha, cruzado con el justiciero de la noche Batman, pariendo entre las dos un film mediocre, ello contraponiéndose a unos villanos desprovistos de mínima alma, meros guiñoles que se comportan de modo burdo. Sumándose una visión bastante reprochable de racismo y clasismo.

Se intenta proyectar un debate sobre si es bueno o malo este justiciero, ello con el altavoz penosamente ideado de unos debates radiofónicos con unos tertulianos más planos en sus argumentos que el encefalograma de Napoleón, donde se nos quiere dar imparcialidad y todo está 99% enfocado a que es justo los justicieros, no hay ambigüedad alguna. Se nos quiere ofrecer una transformación del protagonista, para ello al principio nos lo muestran como un manso, con escenas tan chirriantes como esa discusión que tiene con un padre en un partido de futbol de su hija, que termina intermediando su esposa, solo grita sus carencias orgánicas. Asistimos al Santa Santorum de una familia salida de un anuncio de catequesis, la esposa e hija (Elizabeth Sue y Camila Monroe) preciosas y rubias, la hermosa chica acaba de elegir Universidad, es la noche de cumpleaños de la hijita, la madre en ausencia de su buen marido ejerciendo de salva-vidas en el Hospital, prepara una tarta de celebración, no puede ser todo más idílico y a la vez vomitivo, y entonces la Home Invasion. Pues todo se resume al final (o al menos eso quiere el guión) en que el suegro dispara a unos cazadores furtivos y dice a su yerno que la policía no puede ocuparse de todos los malos (o algo más o menos así). Y voilà, ya tenemos cociéndose al Justiciero del título, y entonces cual Elegido Divino (hay una escena en el rush final donde de nuevo aparece el elemento cuasi-Divino de su misión cuando la suerte vuelve actuar en modo bolo), Dios le ‘regala’ una pistola glock que él recoge como espada deidífica a la que rinde culto aprendiendo a manejarla. Ello reflejado de modo repelente en un montaje paralelo a pantalla dividida en que Paul aprende por un lado a desmontar y montar el arma y por el otro lado vemos movimientos similares para operar a Paul en el hospital, edición con la música de fondo de Back in Black" de AC/DC. Entonces saldrá por las noches al azar en busca de ‘malhechores’, al principio todos negros (¿?), teniendo un momento ochentero con uno al que acribilla con una frase lapidaria (“Soy tú último cliente”).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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