106(07/12/06) Entretenido film de aventuras de piratas de los años 40, realizado por Henry King con su actor fetiche de protagonista, un vivaraz Tyrone Power, además de la bella Maureen O’Hara de anhelo romántico de Power. Amena propuesta contextualizada en un tiempo de plena WWII, donde venía a decir que el pueblo debía estar unido (por diferentes que fuesen) para luchar contra un mal común. Achacable es que el paso del tiempo la arrugado un tanto, dejando traslucir bastante simplismo en su desarrollo. Ganó el Oscar a fotografía de Leon Shamroy en color y se alzó con dos nominaciones (efectos especiales y banda musical). El guión de Ben Hecht (“Scarface”, “luna Nueva” o “Encadenados”) y seton I. Miller (“Scarface”, “Robin de los bosques” o “El Halcón del Mar”), adaptando la novela “The Black Swan” (1932) del escritor italiano Rafael Sabatini [The Sea Hawk” (1915), “Scaramouche” (1921), “Captain Blood” (1922) y “Bellarion the Fortunate” (1926)], que a su vez se inspira libremente en hechos reales, cuando Inglaterra tras detener al afamado pirata galés Henry Morgan (1635-1688) en 1672, dio la vuelta a la situación y lo nombró en 1674 Tte. Gobernador de Jamaica para combatir la piratería. Este film se considera la respuesta de la Fox a las exitosas cintas de aventuras de la Warner con el binomio Michael Curtiz (director) y Errol Flyn (estrella protagonista), con films como “EL capitán Blood” (1935), “Robin de los bosques” (1938) o “El Halcón del mar” (1940).

Estamos en el mar del Caribe en pleno SXVIII, en unas aguas surcadas por jaurías de barcos piratas. El otrora filibustero capitán Morgan (Laird Cregar) es nombrado por el Imperio de Inglaterra gobernador de Jamaica, con la misión de limpiar de piratas el Caribe. Tendrá como lugarteniente al capitán (anteriormente también pirata) Jamie Waring (Tyrone Power), este se enamorará de Lady Margaret Denby (Maureen O'Hara), hija del anterior gobernador. También tendrá importancia en la historia Tommy Blue (Thomas Mitchell), mano derecha de Jamie, el capitán pirata Billy Leech (George Sanders), su mano derecha Wogan (Anthony Quinn), el petulante pretendiente de Margaret, Roger Ingram (Edward Ashley), o el anterior gobernador, Lord Denby (George Zucco).

Película de aventuras de capa y espada que fluye de modo rápido, gracias sobre todo a su exiguo metraje (apenas 80 minutos), salpicada de blancas dosis de humor, con diálogos algunos divertidos, otros un tanto pueriles, y otros que caen en lo rancio. Film escapista, liviano, clásica historia del bien contra el mal, queriendo aportar una tenue reflexión sobre las segundas oportunidades, sobre la redención, sobre la capacidad de regenerarse. Es una obra con un halo vitalista, con además del tono de aventuras hay dosis de romanticismo, aunque sobra por lo ramplón y lo prescindible que resulta. Contiene todos los elementos típicos del subgénero piratesco, barcos, bombardeos, abordajes navales, combates paladines, filibusteros villanos, parches en el ojo, romances entre el pirata y una dama, y más clichés. Posee una trama predecible, sin sorpresas, discurre por senderos trillados, la supuesta tensión queda anulada por su tono liviano. Es de aventuras, pero aparte de su inicio y de su tramo final, apenas hay acción, peleas, esta es una de sus taras, que en su bloque central se enfoca hacia la comedia romántica y descarrila, se zambulle en situaciones de vodevil que no encaja con el tono del relato, alejándonos de las vicisitudes bélico-navales, además de que el supuesto romance esta regularmente construido, nada creíble, evoluciona a trompicones, como ya he dicho, prescindible, precio que había que pagar para fuera más comercial y atractiva al público femenino.

Es destacable la simbología freudiana extraída de algunas escenas: La espada que Waring coloca en el techo del dormitorio del barco entre él y Lady Margaret es una alegoría sexual fálica; La imagen del lugarteniente de Leech, Wogan, sin camisa, cual sátiro tras su jefe sobre el alfeice de una ventana; Leech irrumpiendo en el dormitorio de Lady Margaret y Waring, le lleva a ella un camisón de regalo y se lo pone delante y parece le gusta, proyección de que es homosexual y travesti, asimismo hace ademán de meterse en la cama para un menage a trois.

La puesta en escena es un buen aliciente, con buena dirección artística de James Basevi (“Recuerda”, “Al este del edén” o “Centauros del desierto”), y Richard Day (“Las uvas de la ira”, “La ley del silencio” o “Tora, tora, tora”), rodándose la mayoría en los Studios Fox de Los Ángeles, aunque con imágenes de segunda unidad en Cuba, México, Jamaica y Honduras, recreándose con energía estos lares exóticos y su época, secundado por un notable vestuario diseñado por Earl Luick (“Incidente en Ox-Bow”, “Cabalgata” o “Dinero fácil”), todo esto ensalzado por la fenomenal fotografía de Leon Shamroy (“El rey y yo”, “Cleopatra” o “El planeta de los simios”), en fulguroso technicolor, componiendo bellos cielos naranjas y lindas puestas de sol, de colores que nos trasladan al trópico, aportando luminosidad hiperrealista que hace resaltar el cromatismo, jugando con la semioscuridad, resaltando la belleza de Maureen O´Hara. Se añaden erectos especiales buenos en su contexto temporal, con creíbles maquetas de navíos, con explosiones, con derrumbamientos de barcos, con fondos falsos, etc. El score corre a cargo de Alfred Newman (“Tiempos modernos”, “Las uvas de la ira” o “El Rey y yo”), se adcua bien al tono distendido de la narración, pero sin dejar marca, el compositor es autor de la sintonía de la Fox, en su extensa carrera por la música ganó 9 Oscar a mejor música y 43 nominaciones.