Es muy importante tener asumida una premisa fundamental a la hora de ver esta película: Cierra siempre el gas cuando tus sobrinitos estén jugando con cerillas por tu casa, sino pasa lo que pasa, que te toca pulsar el "pause", coger el extintor, y en lugar de apagarles las lindas llamitas que fluyen por sus inocentes anatomías, liarte a darles mamporrazos a esos cabronzuelos por como te han dejado la casa. ¿Les parezco violento? Pues entonces no vean Kill Bill por favor...
Corre el rumor de que "Tarantoide" murió durante el rodaje, ya que a la Uma se le fue la olla, y tan metida en su personaje se encontraba, que lo decapitó por la mísera razón de haberle puesto mermelada de melocotón en la tostada, en lugar de mermelada de fresa, como ella tanto deseaba... ¿A quién coño se le ocurre? ¿Cómo se le fue tanto la pelota? ¿Quién es capaz de hacer algo así? ¿Cómo cojones fue tan insensato de ponerle mermelada de melocotón? ¿Quién coño soporta a los melocotones? Yo desde luego no... y la pobre Uma, por lo que se ve, tampoco...
Sin embargo la película es un claro ejemplo de la vida misma, porque Bill está destinado a palmar, igual que todos nosotros. Porque nadie debe pensar que va a vivir eternamente (seguro que algún insensato pensaba que se iba a quedar con treinta tacos para el resto de los tiempos.. ¡¡Hay alma de "cántarus"!!). Lo que sí espero yo, es que el día que me llegue la hora, entre en mi casa una rubia de tal calibre empuñando una katana... ¿De verdad piensa que podrá conmigo? ¡Ja, ja, ja, ja, ja! "¡¡Brrrrrghrghrhrgrhg!!" (eructo con sabor a "chorisico" picante).
Puede que su katana la haya fabricado el mismísimo Hattori Hanzo... mi katana sin embargo es de fabricación casera... En realidad no sé si sería capaz de cortarme en pedacitos, pero como no estuviese muy avispada... de tanto "treque-treque" le iba a salir humo del ojete, pero previamente claro está, habría esparcido mis lindas semillitas a lo largo y ancho de sus trompas de "farlopa". Lo malo es que unos meses más tarde estaría exigiéndome la manutención, exigiéndome que la volviera hacer flipar de aquella forma tan primitiva, exigiéndome, exigiéndome y exigiéndome... En fin, ya conocen a las mujeres... sobre todo a las que juegan con katanas, no sé si me explico...
Cualquier apunte que añada a mi crítica sobre el film sería redundarme y hablar por hablar, porque la síntesis principal de la obra ya está perfectamente descrita y aclarada. Otra cosa es que me ponga en plan metafísico, con lo cual deberé continuar en el spoiler...