Se le puede achacar la falta de originalidad, siendo una película que sigue los puntos del guión establecidos en todo momento. Nada se acerca a la sorpresa, en todo momento eres consciente de lo que va a suceder en las siguientes secuencias, con el clásico momento de tensión que se traduce en susto que termina en risa, para posteriormente llegar al susto de verdad, que esperas y sabes que llegará.
Dentro de que no esconde grandes sorpresas, y que puede llegar a ser predecible, uno se lo pasa bien disfrutando de esos pequeños momentos de tensión que se consiguen, logrando entretener, que no es poco hoy día.
No es un vehículo de grandes interpretaciones, ni de gran calidad visual, pero una vez eres consciente de eso y lo aceptas, puedes llegar a disfrutarla.
Es un nuevo remake con aroma de telefilme de una versión que se ha llegado a convertir en película de culto.