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España España · Plentzia
Voto de Jon:
4
Acción. Thriller. Intriga Un niño de seis años presencia cómo su padre es asesinado en una piscina por tres hombres. Años después, los líderes principales del crimen organizado internacional van siendo asesinados por un joven desconocido... (FILMAFFINITY)
10 de septiembre de 2014
10 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción española que presenta un relato de venganza lineal y a la vieja usanza, sin ofrecer grandes aspectos de interés, donde lo más destacado es la presencia en su reparto, del veterano actor, Kart Malden.

La película tiene un comienzo prometedor, presentando toda una oleada de asesinatos promovidos por la sed de venganza de un joven enigmático, testigo del asesinato de su padre cuando era un niño. No ofrece grandes sorpresas, ni deja espacio para el desarrollo de los personajes, cuyas pretensiones y motivaciones resultan demasiado simples y evidentes. Todo el relato se apoya en las bases tradicionales del cine de venganza, con la excepción que deja espacio para un pequeño romance, donde dos personajes son víctimas de las consecuencias de la violencia que desata el protagonista.

La película dirigida por el director español, Antonio Isasi-Isasmendi, presenta un aspecto poco cuidado, y todo el interés recae en el desarrollo y culminación de la venganza del protagonista, dando lugar a innumerables persecuciones, que permiten al espectador pasear por los lugares tradicionales del Madrid de la época. Las interpretaciones del reparto son muy discretas, incluyendo en ese aspecto al invitado protagonista de gran repercusión, Kart Malden, que, en el fondo, sólo es una forma de reclamo para el público, que es testigo de cómo los años no pasan en balde para nadie. Las secuencias de acción se apoyan fundamentalmente en la sucesión de numerosas persecuciones, que, vistas hoy día, quedan muy desfasadas y llegan a resultar excesivamente reiterativas y carentes de la emoción necesaria.

El desarrollo de la trama resulta demasiado previsible y carece de la profundidad necesaria, estancándose en el desarrollo de la relación amorosa entre los dos protagonistas y cayendo en la reiteración de situaciones, donde la confianza entre los dos irá en aumento.

Un verano para matar no es la mejor oferta para pasar un buen rato de verano, llegando a resultar monótona, reiterativa y parsimoniosa; sobra metraje y podría haber dado para algo más. No la recomiendo para una tarde de verano, mejor ir a la playa.
Jon
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